martes, 26 de agosto de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (12: SAN JORGE, LA CABALLERÍA Y LA PRIMAVERA)

Cuando, en 1481, el Tribunal del Santo Oficio que habían montado en 1478 los Reyes Católicos se instaló en el castillo de San Jorge, la Cruz de Calatrava blanca y negra de los dominicos se enseñoreó del antiguo baluarte de caballeros catalanes que habían traído a Sevilla la devoción al mártir de Capadocia, el mártir que fue visto por la Historia como un hombre victorioso sobre un dragón.

San Jorge
Ayuntamiento de Lérida
Jaume Ferrer (siglo XV)
www.historiesdeviatger.blogspot.com
Jorge de Capadocia fue un soldado romano que, por no querer abjurar de su fe cristiana, fue torturado largamente por Diocleciano y muerto, según se cree, el 23 de abril de 303. Su cuerpo yace en la ciudad israelita de Lod. Pero, más allá de su dudosa historia, está su leyenda, en la que tras matar al dragón, entrega a la princesa la rosa roja que brota del cuerpo sin vida del monstruo. Finalmente, de esta fábula vienen los cuentos de hadas y princesas rescatadas.1

San Jorge es el icono de la lucha heroica contra el enemigo primordial, relacionada con los mitos solares del Mediterráneo oriental, y que por extensión representa la victoria sobre el enemigo de Cristo. Por ello, tras la conquista de Jerusalén en 1099, san Jorge se convirtió en el mítico miles Christi, soldado de Cristo y caballero de la Madre de Dios, patrón y protector de cruzados, caballeros y soldados. El Temple, que tenía el día de su santo protector como de precepto, fue el más eficaz difusor de su devoción en Occidente. En España, el mito enlazó fácilmente con la Reconquista y con el milagro de la batalla de Alcoraz en tierra aragonesa, equivalente a la de Clavijo en Castilla, con supuesta presencia de Santiago.2

Batalla del Puig
Marzal de Sas (siglo XV)
Se aprecia a san Jorge junto a Jaime I.
En este caso, el mal es el enemigo infiel
www.derechoaragones.es
La simbología georgiana es rica. San Jorge es también la humanización del arcángel san Miguel, pero, precisamente por ser humano, como paso previo al de atacar y vencer al dragón del mal y el pecado, debe controlar sus deseos exaltados, sus propias pasiones, su propio instinto animal, su propio caballo…, pero eso no es posible sin una larga técnica de aprendizaje. Sobre su caballo blanco, san Jorge representa la inocencia recuperada por la penitencia, de igual modo que la albedo sucede a la nigredo en el universo alquímico; pero tiene también el carácter de la rubedo, del caballero dominador sublimado por la sangre del sacrificio, acreedor, tras la obra de su vida, al oro de la gloria.3

Por otra parte (¿o es por la misma?), san Jorge es una evocación de la primavera, de las flores que surgen de la tierra sin permitir que lo agrio estropee su frescura, de la vida que surge de la muerte, en definitiva. Etimológicamente, Jorge significa labrador, agricultor, campesino. Hay que recordar las Geórgicas de Virgilio, un canto a la fertilidad, a la fecundidad, a la floración, a la belleza de los campos en abril, que incluye como colofón, tras el tratado de las abejas, la fábula de Orfeo. En ella, este joven músico, en un ataque de celos, elimina el colmenar de su hermano Aristeo y luego rescata a Eurídice de los infiernos, aunque con final tráfico para la pareja de enamorados. Luego, un nuevo enjambre de abejas surge de las entrañas de los bueyes sacrificados.4 Con Dante volvería a aparecer Virgilio ¡acompañando al autor al infierno!5

Orfeo en los infiernos (óleo sobre cobre)
Jan Brueghel el Viejo
Pitti Galería Palatina, Florencia
Ya tenemos aquí la regeneración a partir del caos, la resurrección; ya está aquí la primavera. La simbología encaja perfectamente en Sevilla, porque ¿hay alguna ciudad en el mundo que interprete mejor que Sevilla esta explosión de vida que sucede a la muerte, al pecado, al invierno –al infierno–, a la madrugada…?

No tendría sentido enumerar aquí la cantidad de profesiones, organizaciones, ciudades y aun países que tienen a san Jorge como patrón. Baste citar que en la Edad Media pasó a ser patrón de la corona de Aragón –su día es el día de Aragón– y del condado de Barcelona, y que la fiesta barcelonesa del libro y la rosa y hasta las fiestas de moros y cristianos de Alcoy se celebran en su honor. Pero resulta que es también patrón de Aldea del Rey, donde está el sacro convento castillo de Calatrava.

Estábamos en el castillo de Triana. El enclave siempre fue estratégico, como entrada a Sevilla desde el oeste, en la curva del río y en su margen derecha, frente a la ciudad. Ya hubo allí una fortificación para la defensa de la visigoda Spalis (o Spali), que sirvió a Hermenegildo, junto con la de Osset (en la actual San Juan de Aznalfarache), para defenderse de su padre, el arriano Leovigildo.6

Ruinas del castillo de San Jorge
Entrada a la capilla
El rey almohade Abu Jacub Yusuf, en 1171, hizo que la fortaleza trianera, llamada de Gabir, sirviera para canalizar a la ciudad el agua del Guadalquivir, y construyó el puente de barcas, fijado con cadenas al castillo. El 3 de mayo de 1248, Ramón de Bonifaz rompió el puente y las cadenas, cortando el suministro de alimentos a la ciudad desde el Aljarafe y el reino de Niebla, y cortando decisivamente el ánimo defensivo de los almohades de Axataf.7 Tras la conquista, Fernando entregó el castillo a la Orden Militar de San Jorge de Alfama, que había ayudado en la empresa, y la capilla del castillo fue la primera parroquia de Triana.8
Muros del primitivo castillo de Sant Jordi d'Alfama
Folleto oficial del ayuntamiento de Ametlla de Mar
www.ametllamar.cat

La Orden –que en rigor debemos llamar de Sant Jordi d’Alfama– había sido fundada en 1201 por Pedro II de Aragón, tras la conquista de Tortosa por Ramón Berenguer IV y para proteger de la piratería las tierras y la costa. El rey dio el cercano desierto de Alfama y otros bienes al templario Joan d'Almenara, que actuó como limosnero y administrador real para la construcción del castillo.9 La fortaleza, primera casa de la orden, fue levantada por los templarios y encomendada al patrón, en acción de agradecimiento.10 La orden fue fiel a su rey Pedro II en la defensa de los cátaros. La derrota de Muret en 1212, en la que murió Pedro, afectó a la orden, que además en el mismo año combatía en Las Navas de Tolosa. Vino la decadencia. En Sevilla, los freires abandonaron el castillo trianero en 1280.11

En 1319, para heredar los bienes de la Orden del Temple, suspendida en 1312, se erigió en el reino de Valencia, integrado en la corona de Aragón, la Orden de Santa María de Montesa, que tuvo la sede en el castillo otrora templario de Montesa, en Valencia, que se supeditó a la tutela de la Orden de Calatrava, y que tuvo como emblema una cruz flordelisada negra. Sevilla ya había tenido relación con Montesa, porque en 1380 vino un noble que pasó a la Historia como Per de Tous y que traía una imagen mariana, con una leyenda que declaraba su procedencia sevillana, y que fue hallada, según nos dijo, en una hiniesta. Es altamente probable –ya que no probado– que fuera hijo de Pedro (Pere) de Thous (o Tous), maestre de Montesa de 1327 a 1374 y, al ser el maestre un monje, Per habría sido hijo ilegítimo y habría hecho bien en buscarse otros horizontes.12

Martín I el Humano pensó unir San Jorge con Montesa y el papa Benedicto XIII dio su aprobación. Montesa absorbió San Jorge en 1400.13

El castillo de Alfama, cerca de Tortosa, fue destruido en 1650. Hoy, junto a las calas y los acantilados de L’Ametlla de Mar, está el nuevo castillo reconstruido de Sant Jordi d’Alfama.14

A propósito, también en Lisboa hay un barrio de Alfama y también allí hay un castillo de San Jorge, llamado así en homenaje a Martim Moniz, hermano de armas del maestre del Temple Gualdim Pais.15

Maqueta del castillo de San Jorge, dentro del
espacio cultural de las ruinas del castillo
Pero no nos dispersemos con tantos castillos y centrémonos en el de San Jorge de Triana, que, dos siglos después, fue entregado a la Inquisición sevillana. El tema es tan interesante que requerirá más entradas.



1. Vorágine, Jacobo de la. La leyenda dorada
2. G. Atienza, Juan. El legado templario
3. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. xxx Chevalier, Jean. Diccionario de los símbolos. Diel, Paul. Le Symbolisme dans la mytologie grecque
4. Virgilio Marón, Publio. Geórgicas
5. Alighieri, Danto. La Divina Comedia
6. Rivera, Juan Francisco. SanHermenegildo (www.santopedia.com). Flórez, H. y otros. España sagrada
7. Ortiz de Zúñiga, Diego. Annales eclesiásticos y seculares de la M.N.,M.L Y M.H. ciudad de Sevilla…
8. Pérez Cano, María Teresa. Patrimonio y Ciudad. El sistema de los conventos de clausura en el Centro Histórico de Sevilla
9. Rodríguez Campomanes, Pedro. Dissertaciones histórica del orden y caballería de los Templarios. Sainz de la Maza Lasall, Regina. La Orden de San Jorge de Alfama. Aproximación a su historia. Ruta arqueológica. Castell medieval de Sant Jordi d’Alfama. (folleto oficial del ayuntamiento de L’Ametlla de Mar)
10. Calvet, Jordi. Un Castell vora la mar
11. Ibíd. 8
12. Se recomienda la lectura del capítulo 9 de la serie La casa de la Pajería y sus circunstancias, de este blog, titulado Aristocracia y decadencia
13. Robres, Fernando Andrés. Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama (www.moderna1.ih.csic.es)
14. Ruta arqueológica. Castell medieval de Sant Jordi d’Alfama. (folleto oficial del ayuntamiento de L’Ametlla de Mar)
15. Una alfama, como una aljama, es un barrio de una minoría étnica, generalmente judía. Es sabido que los templarios estuvieron siempre cerca de los judíos.


martes, 19 de agosto de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (11: LOS ÚLTIMOS CABALLEROS, LOS PRIMEROS MECENAS)

A medida que se acercaban las últimas décadas del siglo XV, se preveía la inminencia de la culminación de la Reconquista, y las órdenes veían aproximarse lo que para ellas tenía que ser, con toda seguridad, un punto crucial. Ya no habría que gestionar una guerra, sino una paz. La caballería española se había generado y desarrollado en un escenario bélico. Una vez desaparecido este, ¿qué pasaría con las órdenes?, ¿qué sería de los principios de la caballería, sus inspiradores? No olvidemos que estos ideales caballerescos, vinculados a la idea de guerra santa, nacieron en el escenario de las Cruzadas y tomaron cuerpo en la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo, la Orden del Temple, extendiéndose luego a otras órdenes internacionales, como el Hospital de San Juan de Jerusalén (luego Orden de Malta), e inspirando también la gestación de las órdenes peninsulares, motivadas específicamente por la cruzada hispana que fue la Reconquista. Y no olvidemos tampoco que el ciclo templario tuvo un recorrido, entre los siglos XII y XIV, que se correspondió –como no podía ser de otra forma– con las circunstancias de tiempo y de lugar en que el Temple fue necesario. Así pues, ¿cuál sería el futuro de las órdenes, si ya no serían necesarias?

Desde luego, los caballeros españoles no tuvieron el mismo trágico fin de los templarios. Y desde luego, una de las razones de su pervivencia fue el hecho de que ya estaban controladas por los reyes. Entonces, ¿qué había sido de sus principios caballerescos?

Portada de la primera edición de
El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha
,
de Miguel de Cervantes, dirigida
expresamente al duque de Béjar
Caeríamos en un error si creyéramos que el alma de la caballería medieval murió con la Edad Media, y erraríamos aún más si hiciéramos una lectura superficial del Quijote y entendiéramos tal forma de sentir y de ser como algo trasnochado, ridículo, como algo que es mejor quemar para evitar caer en la chaladura. En realidad, los principios de la caballería han seguido presentes en la Historia. En los momentos finales de las órdenes, desvirtuada en gran medida la impronta monástica, se dieron, sin embargo, virtuosos ejemplos de espíritu caballeresco en las personas de probos caballeros inspirados por los ideales del valor, la verdad, la defensa, la fe, la humildad, la justicia, la generosidad, la templanza, la lealtad, la nobleza…1

Haciendo solo lo que sentían que debían hacer, estos últimos caballeros medievales hicieron Historia. Sin duda, la nueva edad tomó cuerpo merced a fuertes y diversas influencias, de tipo filosófico y tecnológico, que generaron una nueva actitud y una nueva aptitud en el hombre europeo. Pero ahí están también las improntas de estos últimos caballeros para llegar a este lugar, que hoy, con perspectiva, identificamos claramente como el Renacimiento. No nos debe extrañar. ¿Acaso no fue Dante Alighieri su precursor?

Glorieta de Dante Alighieri en el Parque de María Luisa,
erigida por la Asociación Dante Alighieri
Dante fue miembro importante de la Fede Santa, una organización terciaria templaria, obligada a la clandestinidad tras la suspensión del Temple. De ella surgieros los Fedeli d’amore, el núcleo duro de una nueva corriente literaria, el dolce stil nuovo. Allí estuvo Dante y allí estuvieron sus más fieles seguidores, Petrarca y Boccaccio.2 Se promovía la escritura en verso, a la que aun hoy somos tan dados los sevillanos.3 Se ponderó el cuore gentile, el corazón purificado. Se humanizó el culto a la Virgen María, con las Madonnas, representativas del intelecto activo, de la propia Sabiduría divina, del vínculo del hombre con Dios… Dante celebró el amor que mueve el sol y las estrellas,4 lo que para Aristóteles había sido el primer motor inmóvil de todas las cosas, perfectamente bello, indivisible, que solo se contempla a sí mismo en una contemplación perfecta.5

Ilustración de la Biblia de Alba:
José interpreta los sueños del faraón en Egipto
(figura de Josep con su noquete labrado a escaques)
www.es.wikipedia.org
Volvamos a España y a las últimas fases del Medievo. Luis González de Guzmán fue maestre electo de Calatrava por merced concedida a su padre, gobernando desde 1414 hasta su muerte en 1443. Fue vasallo de Juan II, sirviendo en las guerras contra Granada y contra los infantes de Aragón, por lo que fue recompensado con el señorío de Andújar. Promovió la traducción al romance de la Biblia hebrea, directamente, soslayando la Vulgata; encargó el proyecto al rabino de Maqueda, Mosé Arragel de Guadalfaraja, y pidió a varios amigos religiosos católicos que le asesoraran. En 1433 estaba concluida la Biblia miniada gótico-sefardí, pero es posible que no llegara nunca a estar en poder del maestre. El manuscrito perteneció a Enrique IV y a Isabel la Católica, siendo luego confiscado por la Inquisición. En el siglo XVI, el inquisidor Andrés Pacheco lo confió a la Casa de Alba, heredera del Conde Duque de Olivares. Esta joya histórica, llamada “Biblia de Arragel” y “Biblia de Alba”, está en Madrid, en el palacio de Liria.6

Portada de la colegiata de Osuna
Juan Téllez-Girón fue notario mayor de Castilla y señor, entre otros lugares, de Osuna, Morón, Archidona, Arahal, Cazalla de la Sierra, Gelves y Olvera. Hijo ilegítimo del famoso Pedro Girón y hermano gemelo de Rodrigo Téllez Girón, fue legitimado por Pío II en 1459. Sucedió como II conde de Ureña en 1469 a su hermano Alfonso.7 Tuvo a varios literatos adscritos a su casa nobiliaria. Uno fue Diego de San Pedro, el poeta que dedicó su Cárcel de amor –de caballeresco amor cortés– a Diego Fernández de Córdoba, a quien puede que conociera en la campaña de Granada.8 Otro fue Juan del Encina, el discípulo de Nebrija, el que entró al servicio del duque de Alba, el que escribió el Cancionero –sus poemas y su música son ya prerrenacentistas– y el que acompañó a Tierra Santa a Fadrique Enríquez de Ribera, el innovador renacentista de la sevillanía. Además, Juan Téllez-Girón ayudó a Cristóbal Colón en la empresa descubridora que fue la cruzada atlántica.9 Y dio trabajo a Diego de Riaño antes de que fuera famoso, introduciéndolo en una trayectoria cortesana que lo haría maestro mayor del Ayuntamiento y de la Catedral de Sevilla. Ahí queda la intervención de Riaño en la colegiata de Osuna, la Insigne Iglesia Colegial de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo pórtico resulta ser también pórtico del plateresco sevillano que vemos en la fachada del edificio municipal de la plaza de San Francisco.

Son los últimos momentos de caballeros relativamente independientes. Los últimos maestres calatravos fueron el citado Rodrigo Téllez Girón y, desde 1482, García López de Padilla.10 En cuanto a la Orden de Alcántara, el último fue Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo del influyente II duque de Béjar, que llegó a la dignidad maestral por bula del papa Sixto IV en 1473.11

La idea de incorporar los maestrazgos a la corona había ido madurando en el pensamiento de los Reyes Católicos, sobre todo en el de Isabel, quien, una vez cumplida la misión granadina, resolvió dar los pasos necesarios. En 1487, Fernando el Católico fue elegido maestre de Calatrava por bula de Inocencio VIII. El mismo papa concedió a Isabel los maestrazgos de Santiago y Alcántara, si bien para esta última orden hubo que negociar con Juan de Zúñiga, que había colaborado en la conquista de Granada.12

Lámina de Antonio de Nebrija
impartiendo una clase de gramática
en presencia de Juan de Zúñiga y Pimentel.
Introducciones Latinae (Biblioteca Nacional)
www.es.wikipedia.org
En compensación, Zúñiga obtuvo la comarca de la Serena, en Badajoz, incluido el castillo de Castilnovo, y una importante renta. En 1494, firmadas las capitulaciones, se retiró a Villanueva de Magacela, también llamada de los Freyres (hoy de la Serena), la más importante encomienda de la orden, donde fundó un monasterio para dedicarse al estudio, dirigido nada menos que por Antonio de Nebrija. Los reyes le ofrecieron, a trueque, la sede episcopal de Sevilla. Zúñiga aceptó en 1502 y al año siguiente fue nombrado arzobispo y luego cardenal y primado de España. Entró en Sevilla en 1504, pero ese mismo año murió.13

Desde Isabel y Fernando, todos los reyes de España son maestres de las órdenes militares. A finales de la Edad Media, los bienes de Calatrava se limitaban a las posesiones en la capital sevillana y a otras en Arcos, Huelva, Niebla, Trigueros y Gibraleón. Y la Orden de Alcántara se había replegado en Extremadura, reducida a la mitad de lo que había sido.14

Ya en el siglo XVI fue camarero del emperador Carlos otro Juan Téllez-Girón, llamado “el Santo”, IV conde de Ureña, alcalde y gran mecenas, que haría de Osuna el destacado conjunto monumental renacentista que conocemos, fundando el Colegio-Universidad de la Purísima Concepción, la conocida universidad de Osuna, ejemplo de arquitectura civil dedicada a la enseñanza, cuyas titulaciones se equiparaban a las de Alcalá de Henares, Bolonia o Salamanca, y que contó ya con un sistema de becas y un hospicio.



1. Llull, Ramon. Libro del Orden de Caballería
2. VV.AA. Codex Templi, capítulo XIV: Zorrilla Hierro, Mauro. Dante Alighieri y la filiación templaria de la Fede Santa
3. Guénon, René. Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada
4. Guénon, René. Esoterismo cristiano. Del mismo autor, El esoterismo de Dante. “Aquel que mueve el sol y las estrellas”, último verso de La Divina Comedia
5. Aristóteles. Metafísica, citado por Guénon, René. El esoterismo de Dante
6. Ladero Quesada, Miguel Ángel. Capilla, joyas y armas, tapices y libros de Enrique IV de Castilla.
7. Se recomienda la lectura del capítulo anterior de esta misma serie, también en relación con el párrafo anterior.
8. Whinnon, Keith. Introducción a la obra de San Pedro, Diego de, Pasión trovada. Poesías menores. Desprecio de la fortuna. Obras completas, III. Morón de Castro, M.F. La iglesia de San Miguel. Cinco siglos en la historia de Morón de la Frontera (XIV-XVIII). Artículo de la misma autora: Las empresas artísticas de los condes de Ureña (www.dialnet.unirioja.es)
9. Se recomienda la lectura de los capítulos 5 y 6 de la serie Sevilla salomónica de este blog, titulados Cruzadas del medio milenio tras el primer milenio de Cristo y Desde Sevilla a Jerusalén… y al cielo.
10. Ayala Martínez, Carlos de. Las Órdenes Militares en la Edad Media
11. Ibíd. 10
12. Ibíd. 10
13. Sánchez Herrero, José. Sevilla del Renacimiento (VV.AA. Historia de la Iglesia de Sevilla. 3ª parte)
14. Ibíd. 10



miércoles, 13 de agosto de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (10: GUZMANES Y GIRONES)

La señorialización fue un proceso gradual, propiciado mediante la entrada de caballeros de linaje en las órdenes, el debilitamiento de estas frente a la monarquía, y el fortalecimiento de los aristócratas. En todo caso, los reyes preferían depender de los nobles a depender de los papas.

Como una consecuencia más del mismo proceso, la pertenencia a las órdenes pasó a ser un signo de ostentación. Y así, aunque en algunos freires permanecía vivo el espíritu caballeresco, puede afirmarse que, en líneas generales, las órdenes se apartaban gradualmente de su ideal primigenio.1 Es también significativo que en el siglo XV, según parece, se implantara definitivamente en la Orden de Calatrava la cruz de gules, con mayor espíritu ornamental y refinado que la de sable, negra, más austera.

Fresco del escudo del linaje Guzmán
Monasterio de San Isidoro del Campo,
en Santiponce (Sevilla)
El de los Guzmán era linaje de alta nobleza, que se inició en el siglo XIII de la figura de Alonso Pérez de Guzmán, el Bueno, el héroe de Tarifa, el I señor de Sanlúcar de Barrameda y el fundador, por tanto, de lo que sería la casa de Medina Sidonia, como veremos. La presencia de los Guzmán en las órdenes fue importantísima, tanto en Calatrava como en Alcántara. Es significativo que entre 1350 y 1450 entraran en Calatrava no menos de dieciséis caballeros de las dos ramas del linaje de Guzmán.2

También se introdujeron las órdenes otras estirpes relevantes, como los Girón, Aza o Ponce de León.3 También la nobleza media e incluso la oligarquía penetraron las órdenes. Los Ramírez de Sevilla, Ribera, López de Córdoba y Roelas, de la oligarquía local, harían valer su relativo poder en la gran encomienda calatrava de la capital. Pero una cosa era la ciudad y otra cosa era el campo, y fue en los campos de las órdenes –y a costa de las mismas– donde creció y se robusteció la nueva aristocracia.

En 1378, como la Orden de Alcántara quería dejar Morón, Enrique II de Trastámara vio la oportunidad de crear allí un señorío para un hijo bastardo suyo y cambió a la orden sus posesiones en la banda morisca (Morón, Cote y Arahal) por Gines, la Barra de la Algaba, la Collera y la Juliana, junto a Sevilla, además de unas casas en la collación de San Salvador, en la propia capital. La permuta apenas se materializó, porque en 1385 Juan I la revocó, sin duda atendiendo a los intereses de la monarquía.4

Ese mismo año Gonzalo Núñez de Guzmán dejó Alcántara (de la que había sido maestre desde al año anterior) para tomar posesión como maestre de Calatrava. Pese a estar obligado por el voto de castidad, se casó con Isabel Enríquez de Castilla, también hija ilegítima de Enrique II. El matrimonio fue disuelto por el papa y ella ingresó en un convento, no sin antes dar a luz a Luis González de Guzmán.5

Torre de los Guzmanes,
en La Algaba (Sevilla)
www.ayuntamiento.org
En 1388, algunas tierras de La Algaba pasaron a Diego López de Zúñiga, I señor de Béjar. En 1396, Juan Alonso Pérez de Guzmán y Osorio, señor de La Algaba y de Sanlúcar y I conde de Niebla, en su intención de casar a su hija Leonor de Guzmán con el de Béjar, hipotecó a favor de este La Algaba para garantizar la dote. En 1440, Juan II cambió a Juan Alonso Pérez de Guzmán y Suárez de Figueroa, III conde de Niebla, el señorío de La Algaba, Alaraz y el Vado de las Estacas por Medina Sidonia.6

Así se formó, en 1445, el ducado de Medina Sidonia, el linaje más rico y poderoso de Andalucía, con capital en la muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda.7

Fachada gótico-mudéjar de la parroquia de Nuestra Señora de la O,
de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en la que se aprecia el escudo
del linaje Guzmán
El señorío de Sanlúcar, incluyendo las torres de Trebujena, Chipiona y Rota, fue una promesa hecha por Sancho IV a Guzmán el Bueno y confirmada por Fernando IV. Sanlúcar siempre fue un lugar estratégico. Seguramente, en el núcleo del palacio de Medina Sidonia, junto a la parroquia de Nuestra Señora de la O, perviven los restos de un ribat musulman, un lugar fortificado de oración y de lucha. Los templarios que vinieron con Alfonso X a conquistar la plaza instauraron la devoción a Nuestra Señora de Barrameda. Y Sanlúcar de Barrameda se configuró como la avanzada de Sevilla para controlar la entrada del Guadalquivir. Tan sevillana fue Sanlúcar en su desarrollo y en su ordenación, que fue también una pequeña ciudad-convento a imitación de la metrópoli hispalense. El castillo sanluqueño de Santiago fue levantado por el segundo duque de Medina Sidonia, Enrique Pérez de Guzmán, que fue partidario de Isabel en la Guerra de Sucesión. Luego, en el imperial siglo XVI, Sanlúcar funcionó como antepuerto de Sevilla.9 En la bella ciudad de Sanlúcar, hoy gaditana, lucen, omnipresentes, las dos calderas gringoladas de cabezas de sierpes (¿dragones apocalípticos de siete cabezas?), de los Guzmán.

Fachada del palacio de los
Marqueses de la Algaba, en Sevilla
Juan de Guzmán y Torres, I señor de la Algaba, intercambió con el conde de Niebla el señorío de Medina Sidonia por otros, entre los que estaba el de la Algaba, y construyó, en 1474 su palacio de Sevilla, junto a la parroquia de Omnium Sanctorum. La Algaba se convertiría en marquesado más tarde, con Felipe II, en la persona de Francisco de Guzmán, hijo del IV señor de La Algaba.10 El palacio, después de innumerables avatares, es hoy Centro de Arte Mudéjar.

Otro apellido importante es Girón, descendiente de caballeros portugueses que habían luchado en el bando castellano-leonés en Aljubarrota. La saga calatrava de los Girón se había iniciado a mediados del XIV con Pedro Girón como comendador de la Peña de Martos.

Otro Pedro Girón (realmente, Pedro Téllez Girón), hijo de Alonso Téllez Girón y hermano del marqués de Villena, Juan Pacheco (que llevaba por capitulaciones el apellido materno), fue maestre en 1445 con veinticinco años.

Vista de Morón de la Frontera (Sevilla),
con el castillo al fondo
www.andaluciaturismodigital.com
En realidad, Pedro era el brazo ejecutor de su hermano el marqués, que fue el hombre fuerte del reino tras la muerte de Álvaro de Luna en 1453, con Juan II y, desde 1454, con Enrique IV. Pedro se dejó tentar por el rey de Aragón y Enrique de Castilla se quejó a su privado el marqués de Villena. Enrique premió el retorno de Pedro con importantes donaciones, como la villa de Morón, el castillo de Cote y el lugar del Arahal, que pertenecían a la Orden de Alcántara (además de Fuente Obejuna y Bélmez). El maestre alcantarino Gómez de Cáceres aceptó y formalizó el trueque correspondiente.9 Y fue frey Diego de Sandoval, el comendador de Heliche, el encargado de la entrega, que se sustanció en la persona del marqués.11

En 1461, el rey nombró a Pedro Girón capitán general de la frontera en Andalucía. Pedro conquistó Archidona en 1462, aunque resultó herido. Cuando se curó, envió al papa Calixto III la casulla de Calatrava con la que había luchado. Y el papa le concedió los diezmos de Archidona.12

Lámina de la farsa de Ávila
www.masvalevolando.blogspot.com
En el mismo año, Beltrán de la Cueva consiguió hacer caer en desgracia a Juan Pacheco y lo reemplazó en la privanza. Pacheco y su hermano Pedro Girón conspiraron, junto con tres influyentes arzobispos: el de Sevilla, Alonso de Fonseca y Acevedo el Joven, el de Santiago, Alonso de Fonseca y Ulloa el Viejo (tío del anterior, y predecesor y sucesor suyo en la sede episcopal hispalense)13, y el de Toledo. La conjura, encaminada a sustituir al rey Enrique por su hermano Alfonso, desembocaría en la “farsa de Ávila”, en la que el propio arzobispo de Toledo y los nobles despojaron al muñeco del rey de sus atributos y lo tiraron al suelo gritando “¡A tierra, puto!”. Los prelados “sevillanos” se habían retirado justo a tiempo.14

El episodio de la farsa tuvo como consecuencias determinadas concesiones para que ambos hermanos se pasaran de nuevo al bando de Enrique, y Juan recomendó a Pedro que pidiera nada menos que la mano de la hermana de Enrique, Isabel, que tenía dieciséis años y que ya era católica. En 1466, por la mediación del arzobispo de Sevilla Fonseca el Joven, Pedro –que ya tenía cuarenta y tres años– preparó la boda con Isabel y renunció al maestrazgo en favor de su hijo Rodrigo Téllez Girón, uno de los tres (tal vez cuatro) que había tenido, pese al voto de castidad, con Inés (o Isabel) de las Casas, y que habían sido legitimados por el rey Enrique y por el papa Pío II. Pedro Girón se había convertido en uno de los personajes más influyentes en la corte, casi dueño y señor de Andalucía. No llegó a casarse porque murió antes. Isabel, ya proclamada princesa de Asturias en 1468, vivió un tiempo en la villa de Ocaña, que pertenecía al marqués de Villena.15

A base de permutas, Pedro Girón había hecho perder a la Orden de Calatrava grandes territorios, sobre todo en beneficio propio.

Escudo de Fuente Obejuna
(Córdoba)
www.wikipedia.org
Tras morir Juan Pacheco, Rodrigo fue declarado mayor de edad. Se le opusieron el comendador mayor de la orden, Fernando (o Hernán o Fernán) Gómez (o Pérez) de Guzmán, que ocupó el castillo de Bélmez, y el clavero García López de Padilla. Rodrigo tomó partido por Juana la Beltraneja. Y en plena Guerra de Sucesión, en 1476, la villa cordobesa de Fuente Obejuna se rebeló contra el comendador mayor de Calatrava, fiel a Isabel. Luego, Rodrigo–a tiempo– cambió de bando y se hizo isabelino. ¿Quién mató al comendador?16 Pese a todo, hoy, la Cruz de gules de Calatrava sigue adornando el escudo de la localidad cordobesa de Fuente Obejuna.

En todo caso, más allá del contexto histórico, desde Lope de Vega, Fuenteovejuna (llamada así en la ficción) es el prototipo iconográfico de “la unión del pueblo contra la opresión y el atropello”17 de su comendador (Fernán Gómez de Guzmán en la ficción), incluida la pretensión de ejercer derecho de pernada sobre la joven Laurencia.18

En 1482 comenzó la Guerra de Granada y el maestre fue encargado de proteger el reino de Jaén. Tras la conquista de Alhama, el mismo año, en la toma de Loja, murió Rodrigo con 26 años. Su sucesor como maestre, el clavero que se le opuso, García López de Padilla, sería el último.19

El III duque de Medina Sidonia, Juan Alonso Pérez de Guzmán y de Ribera, y el II conde de Ureña (o Urueña), Juan Téllez Girón, concertaron un doble casamiento entre guzmanes y girones: Pedro Girón (III conde) y Mencía Pérez de Guzmán por un lado; el futuro duque Enrique y María Téllez Girón (María de Archidona), aún menores, por otro. Con el curso de la Historia, reinando Felipe II, el V conde de Ureña y VI señor de Osuna, Pedro Téllez-Girón, sería nombrado I duque de Osuna y virrey de Nápoles, y contraería matrimonio con Leonor de Guzmán, de la casa de Medina Sidonia. Y así nacería el ducado de Osuna, una de las casas nobiliarias más ricas hasta el siglo XIX.20



1. Ayala Martínez, Carlos de. Las Órdenes Militares en la Edad Media
2. Sánchez Saus, Rafael. Caballería y linaje de la Sevilla medieval
3. Del matrimonio de Félix Núñez de Guzmán y Juana de Aza nació santo Domingo de Guzmán. Se recomienda la lectura del capítulo 5 de esta serie: …Y para la cruz blanca y negra de los perros del Señor.
4. Rodríguez Blanco, Daniel. Las órdenes militares en el reino de Sevilla en la Edad Media
5. Ibíd. 1
6. González Jiménez, Manuel. La Orden de Calatrava en Andalucía (El nacimiento de la Orden de Calatrava) y El final de la expansión de las Órdenes Militares en Andalucía, en Las Órdenes Militares en la Península Ibérica, vol. 1, Edad Media
7. Ibíd. 6
8. Velázquez-Gaztelu y Peña, Juan Pedro. Historia de la M.N.Y M.L. Ciudad de Sanlúcar de Barrameda…
9. Ibíd. 2
10. Bohórquez Villalón, Antonio. Anales de Morón
11. Ayala Martínez, Carlos de. Colección diplomática medieval de la orden de Alcántara, 1157?-1494…
12. Rades y Andrada. F. de. Chronica de la Orden e Caualleria de Calatraua
13. Fonseca el Viejo fue arzobispo de 1454 a 1464. Intercambió con su sobrino la sede de Santiago. Su sobrino, Fonseca el Joven, ocupó la sede sevillana hasta 1469. El Viejo quiso recuperla, pero el Joven se resistió. De ahí viene el dicho “El que se fue de Sevilla perdió su silla”. Finalmente llegaron a un acuerdo y el Viejo volvió a ser arzobispo de Sevilla, hasta 1473.
14. Soria, Enrique. Farsa de Ávila: los nobles contra el rey de Castilla
15. Ibíd. 12
16. Ibíd. 12
17. Revilla, Federico. Diccionario de iconografía
18. Vega Carpio, Félix Lope de. Fuenteovejuna. Covarrubias, Sebastián de. Tesoro de la lengua castellana o española. El Padre Mariana ya confundió el nombre del comendador.
19. Ciudad Ruiz, Manuel. El maestrazgo de Don Rodrigo Téllez Girón
20. Rodríguez-Picavea Matilla, Enrique. Caballeria y nobleza en la Orden de Calatrava: Castilla, 1350-1450



martes, 5 de agosto de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (9: RECOGIMIENTO CLAUSTRAL Y PENITENCIA EXALTADA, BUSCANDO EL CIELO)

En 1403 se inicia la historia de las monjas dominicas en Sevilla.

Jardines, muralla e iglesia del Valle
Junto a la muralla de la ciudad, por su zona este, una mujer ecijana, viuda y con un hijo pequeño, había montado una hospedería. El niño se cayó al pozo que había en el patio y la madre rezó a la Virgen del Valle, patrona de Écija. Las aguas subieron y el niño se salvó. La mujer donó su casa para edificar el monasterio del Valle. Allí se fundó en 1450 la hermandad de la Santa Faz y Nuestra Señora de la Encarnación, que pasaría a denominarse de la Santa Verónica y Nuestra Señora del Valle en 1553.1 Las monjas se habían ido en 1507 y después ocuparían el lugar las beatas dominicas de Santa María de la Paciencia y los terceros franciscanos, pero para el Valle fue importante, sobre todo, la ocupación de los frailes franciscanos menores, ya en 1567.2 Este hecho propició que se aprobara en 1581 la regla de la hermandad del Valle, que adquirió un sello franciscano, llevando los nazarenos el “cordón de san Francisco”.3 La hermandad estuvo en el convento hasta que este se cerró en 1810. Luego vinieron al Valle la exclaustración y la ruina, y finalmente –y afortunadamente–, ya en nuestros días, la hermandad de los Gitanos. En lo que fue la huerta del convento están hoy los jardines del Valle, con la perspectiva de doscientos cincuenta metros de muralla almohade, con tres torreones, que estaban dentro del recinto religioso.4

Convento de Santo Tomás de Aquino, en la calle San Vicente.
Se aprecia el escudo de Castilla y León montado sobre la
cruz dominica de Calatrava
Otra mujer, María “la Pobre”, tuvo la iniciativa de fundar, posiblemente en el mismo año, el monasterio de Santa María la Real, que se acogió a la Orden de Predicadores, con monjas de Santo Domingo el Real, de Toledo. Para ello contó con una casa que había pertenecido a los judíos Zulema Moradiel y Rabí Judá, y luego a los reyes, en la calle que se llamaba de la Zapatería Vieja o de la Carrera Vieja, y que hoy se llama San Vicente. No parece casualidad que el convento se levantara en la collación de este santo mártir, muerto en Valencia a principios del siglo IV, tan venerado por los predicadores y por los valencianos. Hoy, el lugar está ocupado por frailes dominicos de Santo Tomás de Aquino, y la comunidad de monjas pervive en Bormujos.5

Con el tiempo, ya en 1511, las hermanas del Valle se unirían a Santa María la Real por orden del arzobispo dominico fray Diego de Deza.

Púlpito del Patio de los Naranjos
de la Catedral
El dominico valenciano san Vicente Ferrer, que se significó en la devoción a su homónimo, recorrió España entre 1407 y 1410 y aún tuvo tiempo de participar en el Concilio de Perpiñán (donde suplicó al Papa Luna que cediera para restablecer la unidad de la Iglesia) y de resolver el Compromiso de Caspe a favor de Fernando de Antequera. En Aviñón había tenido una visión, en la que Cristo, acompañado de santo Domingo de Guzmán y san Francisco de Asís, le había encomendado, al curarlo, que evangelizara el mundo y lo preparara para el inminente Juicio Final. Allá por donde predicaba sus largos sermones, era seguido por penitentes que se azotaban la espalda, porque la disciplina de sangre era la mejor forma de conmemorar la Semana Santa. Se cuenta que estuvo en Sevilla en 1407, predicando desde el púlpito de piedra del Patio de los Naranjos de la Catedral.6

Las procesiones de flagelantes habían surgido en Italia en 1260, el año en que llegaría a su fin, tras cuarenta y dos generaciones, la “edad del Hijo” y empezaría la “edad del Espíritu Santo”, según las profecías del abad Joaquín de Fiore. El movimiento se extendió como una epidemia de remordimiento, fuera de la Iglesia oficial. Los disciplinantes iban de ciudad en ciudad con estandartes, velas y cruces, de día y de noche, porque la ira de Dios se avecinaba. El movimiento fue consuelo de los pobres, que podían buscar la salvación sin ayuda oficial. Empezaron las excomuniones contra los penitentes. Tras las calamidades del siglo XIV, los flagelantes resurgieron ante la convicción del próximo fin del mundo, sintiendo que el Espíritu Santo los había inspirado para predicar por todo el mundo. Pero los flagelantes degeneraron, llegando a atacar a los judíos. Se les echó la culpa de la peste negra. El movimiento fue condenado por Clemente VI en 1349 y  por el concilio de Constanza, entre 1414 y 1418.

Ahora, con san Vicente Ferrer, los flagelantes estaban dentro de la Iglesia.

Ubicación del convento de Portaceli en el plano actual de Sevilla
Ibíd. 5
En 1450, fray Rodrigo de Valencia fundó en Sevilla el convento de Santo Domingo de Portaceli (Porta Coeli, la Puerta del Cielo), para albergar a frailes ancianos o enfermos, en un lugar donde había una ermita dedicada a Santo Domingo. Era un convento amplio y diáfano, que ocupaba una extensa manzana con fachada a la actual calle Santo Domingo de la Calzada, esquina a Luis Belmonte, aunque es probable que las dependencias llegaran hasta la actual avenida de Eduardo Dato.7 La institución respondía al impulso reformista del dominico Álvaro de Córdoba (nacido en Zamora), que quiso superar la grave crisis de la Iglesia. Por otra parte, el hecho de ser un convento masculino no fue impedimento para que fuera nombrada abadesa Inés Enríquez, hija de Juan Pacheco, el marqués de Villena. Tras ser usado como lazareto, fue desamortizado y adquirido en subasta por el marqués del Nervión, hecho que finalmente daría el nombre de Nervión a todo un barrio. Muchas obras de arte del convento fueron al Museo de Bellas o a parroquias cercanas.8 Hoy no queda nada del convento, pero quedan recuerdos de la institución, como el afamado colegio Portaceli, en la avenida de Eduardo Dato, dedicado al Inmaculado Corazón de María y perteneciente a la Fundación Loyola, de paternidad jesuita.

Azulejo con el sello del convento
de Escalaceli
www.scalacoeliop.blogspot.com.es
San Álvaro había fundado en Córdoba el primer convento reformado de la orden en España, el de Escalaceli (Scala Coeli, la Escalera del Cielo), en la Torre de Berlanga de la sierra cordobesa, a siete kilómetros de la capital y cerca de las Ermitas. Álvaro estaba empeñado en implantar la devoción a la Semana Santa, sobre todo, después de viajar a Tierra Santa, entre 1418 y 1420. Para muchos, en Escalaceli se celebró el primer viacrucis de Europa o, al menos, una práctica precursora del viacrucis.9

En la sierra cordobesa, la escalera del cielo; en Sevilla, la puerta del cielo.

En 1482, reinando los Reyes Católicos y siendo asistente Diego de Merlo, se construyó el templete de la Cruz del Campo, con un crucifijo y una dolorosa de Juan Bautista Vázquez el Viejo. Pero es muy posible que antes, desde 1380, existiera allí un humilladero con una cruz de madera, edificado por la cofradía de negros de Nuestra Señora de los Ángeles. El lugar fue el destino de procesiones de disciplinantes exhortados por sacerdotes de los tres conventos de la zona: el de San Agustín, el de San Benito de la Calzada y el dominico convento reformado de Santo Domingo de Portaceli.10

Procesión de disciplinantes
www.retabloceramico.net

Manto de Nuestra Señora del Valle
Luego, ya en el siglo XVI, vendría Fadrique Enríquez de Ribera a instaurar el viacrucis desde su Casa de Pilatos. Luego acaecería la explosión barroca. Y con el transcurrir de la Historia, vendría la Semana Santa de Sevilla tal y como la conocemos. Cada Jueves Santo podemos ver a la Virgen del Valle, con un manto en el que una cruz dominica de Calatrava sirve de fondo al escudo corporativo, y bajo un palio que cubrió a la dolorosa de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, en el dominico templo de San Pablo. Aunque los nazarenos llevan cordón blanco con caída al lado derecho y tres nudos en uno de sus cabos.



1. Carrero Rodríguez, Juan. Anales de las cofradías sevillanas
2. Pérez Cano, María Teresa. Patrimonio y ciudad: el sistema de los conventos de clausura en el centro histórico de Sevilla
3. Bermejo y Carballo, José. Glorias religiosas de Sevilla
4. Ruiz Ruiz, Carmen, RSCJ. Historia de nuestro colegio (www.redsagradocorazon.es)
5. Ibíd. 2González de León, Félix. Noticia histórica del origen de los nombres de las calles de esta M.N.M.L.Y M.H. ciudad de Sevilla...
6. Sánchez Herrero, José. La Semana Santa de Sevilla. Merita, Tomás. Vida, milagros y doctrina de S. Vicente Ferrer. Barrero, Antonio. San Vicente Ferrer, fraile dominico (www.preguntasantoral.es)
7. Catálogo de yacimientos. 35- Yacimiento: Convento de Santo Domingo de Portaceli (www.sevilla.org). Ibíd. 2
8. González de León, Félix. Convento de Santo Domingo de Portaceli. Ayuntamiento de Sevilla (www.sevilla.org)
9. Huerga, Álvaro. Escalaceli. Sánchez Herrero, Juan. Las cofradías de Semana Santa de Sevilla en la modernidad. Siglos XV a XVII.
10. Piñero, Fran. La histórica religiosidad de un lugar llamado Cruz del Campo