domingo, 19 de abril de 2015

LA CUEVA LUMINOSA (8: PROPORCIONES DIVINAS Y SALUD INFINITA)

El arte ha tenido siempre una sensibilidad especial por la divina proporción. Y en la Semana Santa de Sevilla hay mucho arte.

La llamada divina proporción (proporción áurea, canon áureo, número de oro, regla de oro…) es un número algebraico irracional, representado por la letra griega fi (o phi), que divide un segmento en dos, de tal manera que la longitud total del segmento (a+b) es al segmento parcial más largo (a) como este es al más corto (b). Nada más lejos de mi intención que extenderme en el campo matemático. Solo señalaré que el número fi, en el que se cumple la proporción áurea, y que no es una expresión aritmética, sino una construcción geométrica, es (aproximadamente, ya que es un número irracional) 1,6180339. Así, cumple la proporción áurea un segmento que mida 2,6180339 (fi+1), con dos segmentos parciales, uno (a) de 1,6180339 y otro (b) de 1.1

Hombre de Vitruvio,
de Leonardo da Vinci
www.lucnix.be
Resulta que esta proporción se encuentra en la naturaleza, en las plantas, en los animales y el ser humano, y hasta en las galaxias. El crecimiento armónico de todo lo creado obedece a esa divina proporción. Y resulta también que esa proporción es extraordinariamente adecuada desde el punto de vista estético, incluso para la mística. Como es natural, los artistas la han aplicado a lo largo de la Historia, deliberadamente o de manera intuitiva. Desde que la formuló en el siglo I a.C. Vitruvio, el arquitecto de Julio César,2 la razón dorada empezó a aparecer descrita en los tratados de arte y de arquitectura, como prototipo de diseño grato a la vista3 (y, por cierto, también al oído). En el Quattro-cinquecento italiano la explicó el franciscano Luca Pacioli,4 y la aplicaron Miguel Ángel y Leonardo da Vinci. También Alberto Durero se apoyó en ella.5

Partiendo de la regla dorada, el rectángulo áureo es aquel que tiene entre sus lados una proporcionalidad igual al canon.6 Calificado por los griegos como una de las figuras geométricas más bellamente estructuradas, este cuadrilátero de noble proporción fue utilizado por los arquitectos de forma generalizada, empezando, en el siglo V a.C., por el Partenón.7

María Santísima de Loreto
El paso de palio es un sumario de rectángulos áureos. De abajo a arriba –los pasos están concebidos para ser contemplados así, elevando la mirada– tenemos los faldones, los respiraderos más clásicos, los espacios entre varales (frontal, trasero y laterales) y las bambalinas, especialmente en los palios de cajón. Incluso el plano del paso de palio es áureo. Baste medir el palio de Nuestra Señora del Valle, cuyas bambalinas, del siglo XVII, son la obra más antigua de bordado de las cofradías sevillanas.8 Dejo para otros el estudio matemático pormenorizado de las aplicaciones concretas de la proporción áurea en los distintos pasos de palio sevillanos, que sería sin duda muy interesante, pero que excede los límites de mi exposición. Por otra parte, ya hablaré sobre las formas con figura que tienen muchos respiraderos y, sobre todo, muchas bambalinas, expresión de sevillanía en tiempos más modernos.

Hoy prefiero recrearme en las proporciones divinas del paso de palio, que admiramos como un compendio de equilibrio y de armonía. El oro de la mesura del paso de palio es, por tanto, expresión de cómo entiende Sevilla la grandeza de María, su brillo trascendental y su perfección deslumbrante. Es el mismo oro de la letanía lauretana que resplandece en la Domus aurea de María Santísima de Loreto, en San Isidoro, porque ya en la albedo plateada de María está su oro potencial.9 María, sin ser divina, tenía que ser casa de oro de divinas proporciones para engendrar el cuerpo del Hijo de Dios.10

Pero, ya que estamos en geometría, quiero hablar también del pentágono, en el que la diagonal y el lado están en proporción áurea. Porque a partir del pentágono regular se desarrolla el pentágono estrellado, pentagrama, pentángulo o pentalfa, formado por cinco alfas, cinco principios. Efectivamente, de un pentágono asentado sobre uno de los lados, se genera una pentalfa invertida (con punta abajo); luego, uniendo los vértices de la pentalfa, se genera un pentágono invertido, que generará una pentalfa con punta arriba; y así sucesivamente ad infinitum, tanto hacia fuera como hacia dentro. Y en la estrella pentagonal está el infinito. Pitágoras, en el siglo VI a.C., buscando la noción de lo inconmensurable, escogió como símbolo para su escuela la estrella pentagonal, figura geométrica que muestra la sección áurea en todas sus relaciones. Para los pitagóricos, el número cinco fue signo de unión, cifra de la hierogamia entre el principio celeste y el principio terreno, número de la armonía en la salud y en la belleza, de la felicidad y la realización plena.11

El insigne Benito Arias Montano, sevillano ilustre aunque naciera en la que fuera templaria Fregenal de la Sierra (después de todo, en tierras del antiguo reino de Sevilla), marcó sus libros favoritos del Escorial, en la biblioteca que él mismo organizó para Felipe II, con una fórmula, declarando que el infinito es igual a cinco, sin duda porque veía en el trazo infinito de la pentalfa una imagen de la infinitud de la mente humana.12

Este pentagrama, pentalfa o pentáculo, continente de la quintaesencia alquimista, visión de Ezequiel,13 llave de la ciencia, sello conjurador del mal, valladar que no pudo superar Mefistófeles,14 fue símbolo de salud y seguridad en las tres religiones monoteístas,15 Era símbolo del hombre, del microcosmos, revelando su analogía con el macrocosmos. Como fuente de luz y de inspiración celestial, era considerada emblema del principio inspirador del bien y la belleza. Era insignia salomónica que anunciaba la sagrada verdad y nudo sin fin que unía al caballero con sus armas inmaculadas y con la fe en las cinco llagas de Cristo, con el valor que le otorgaban los cinco gozos de la Santa Reina del Cielo. Antes de ser demonizado por la Inquisición, el pentagrama no era otra cosa que la plasmación de la bendición de Dios.16

Pentáculo invertido de la ermita
de San Bartolomé de Ucero (Soria)
En ese centro de poder telúrico que es el cañón del río Lobos, en la provincia de Soria, existe la ermita de San Bartolomé de Ucero, seguramente un centro iniciático perteneciente al cenobio templario de San Juan de Otero, con una enorme carga esotérica, enclavado en un punto geográfico sorprendemente equidistante del cabo de Creus y del de Finisterre. En los hastiales del crucero de la ermita hay sendos óculos con la misma figura: una enigmática celosía, un auténtico mandala de tracería musulmana proveniente del arte islámico de Al Andalus, con una pentalfa invertida sobre un pentágono central, y diez corazones (cinco grandes y cinco pequeños).17 Volvemos a la simbología del corazón, el órgano del verdadero conocimiento de Dios, la representación en la tierra del trono divino, “como la luz eterna y la conciencia sublime revelada en la quintaesencia de los seres creados”.18 En San Bartolomé de Ucero, los diez corazones se unen en el pentáculo de la salud. Y, cada 24 de agosto, día de San Bartolomé, la Virgen de la Salud sale en procesión por los alrededores de la ermita templaria.

En los emblemas medievales, se representaba el monte de la salud con una figura encima: una flor de lis, una estrella... o una corona.19

María Santísima de la Salud
Es probable que la devoción a la Virgen de la Salud ya existiera en Sevilla en la Edad Media, en el convento de las religiosas mínimas devotas de san Francisco de Paula. También hay una Virgen de la Salud en San Isidoro, junto a la Domus aurea. Más recientemente, santa Ángela de la Cruz fue también devota de la que es Salus infirmorum. Y no son las únicas.20 También en nuestra Semana Santa tenemos a María Santísima de la Salud, que sale cada Lunes Santo de San Gonzalo en un luminoso paso de palio blanco y dorado.

Era obligado este capítulo sobre geometría. San Pablo ya instó a los efesios a comprender “la anchura, la longitud, la altura y además la profundidad” del amor de Dios.21 Y, en el siglo XII, san Bernardo, el que reformó el Císter, el que erigió la bandera del culto a Nuestra Señora, el que patrocinó y elogio a la nueva milicia que era la Orden del Temple, el mismo “Doctor melifluo” que se hizo permeable a la espiritualidad sufí por medio de los propios templarios, se preguntaba “¿Quién es Dios?”, y se respondía a sí mismo: “Es longitud, anchura, altura y profundidad”.22



1. www.es.wikipedia.org Número áureo
2. Polión, Marco Vitruvio. De Architectura
3. Van Mersbergen, Audrey M. Rhetorical Prototypes in Architecture: Measuring the Acropolis with a Philosophical Polemic, Communication Quarterly, Vol. 46
4. Pacioli, Luca. De Divina Proportione
5. Ibíd. 1
6. Livio, Mario. La proporción áurea
7. Clemens y coautores. Geometría con aplicaciones y solución de problemas
8. Carrero Rodríguez, Juan. Anales de las Cofradías sevillanas
9. Se recomienda leer el capítulo 6 de esta serie, La albedo.
10. Cavatoni, Ángel, Pbro. Letanías de la Santísima Virgen (www.mercaba.org)
11.Chevalier, Jean. Diccionario de los símbolos
12. Roso de Luna, Mario. De Sevilla al Yucatán, citado por Fernández Urresti, Mariano. Felipe II y el secreto del Escorial: Una biografía maldita
13. Sherif, Mazar I. Nostradamus
14. Goethe, Johann Wolfgang von. Fausto
15. Se recomienda leer el capítulo 9 de la serie de este blog Sevilla salomónica, titulado Infinito igual a cinco.
16. Esteban Lorente, Juan Francisco. Tratado de iconografía
17. Gaya Nuño, Juan Antonio. Obras completas
18. Cita de Jili y de Ibn al Arabî, por Almazán de Gracia, Ángel en El mandala templario del río Lobos (www.templespana.org)
19. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Se recomienda leer el capítulo 2 de esta serie, El centro del mundo.
20. Mena y Calvo, José María de. Todas las Vírgenes de Sevilla
21 Efesios 3: 18
22. San Bernardo. De Consideratione ad Eugenium Papam, citado por Blaschke, Jorge en Los grandes enigmas del Cristianismo


martes, 14 de abril de 2015

LA CUEVA LUMINOSA (7: LA VIRGEN EN EL CIELO Y EL CIELO EN LA CIUDAD)

Cuando, según la visión de Juan de Patmos, aparezca en el cielo la mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y coronada de estrellas, ya habrán tenido lugar diversos acontecimientos apocalípticos. Habrá aparecido Jesús en el trono de los siete sellos rodeado de cuatro “animales llenos de ojos por delante y por detrás” con apariencia, respectivamente, de león, de toro, de hombre y de águila,1 figuras de los evangelistas según interpretaron los cristianos desde el siglo VI, ángeles zoomorfos en torno al pantocrátor según interpretó la iconografía medieval, y referencia de los cuatro elementos alrededor del “quinto elemento” unificador, según lo entendió la alquimia.2

El Cordero habrá abierto los sellos. Al abrir los cuatro primeros habrán aparecido los cuatro jinetes: el primero sobre un caballo blanco y con un arco de vencedor, el segundo sobre un caballo rojo y con una gran espada, el tercero sobre un caballo negro y con una balanza y el cuarto sobre un caballo bayo, anunciando la muerte por espada, por hambre, por peste y por fieras; con el quinto sello habrá tenido lugar la oración de los mártires; con el sexto habrá habido un terremoto, con ángeles en las cuatro esquinas de la tierra, y habrán sido sellados, para su salvación, ciento cuarenta y cuatro mil fieles, doce mil por cada una de las doce tribus; con el séptimo sello habrá sobrevenido un gran silencio, luego un ángel lanzaría el incensario contra la tierra y vendrían los truenos… Y, tras el capítulo de los sellos, habrán sonado las trompetas del Apocalipsis, y habrán venido las plagas y las tres maldiciones.3

Detalle del llamador de
María Santísima del
Dulce Nombre
Entonces, tras todo esto, aparecerá en cielo una gran señal: la mujer vestida de sol, con la luna a sus pies y la corona de estrellas, gritando y con dolores de parto, amenazada por un dragón.4 ¿El parto de la Iglesia? ¿El segundo nacimiento de Jesús, su Resurrección?5 La mujer, tras dar a luz, se marchará al desierto preparado para ella por Dios, y Miguel y sus ángeles vencerán al dragón, “la serpiente antigua”.6

Luego vendrán las dos bestias, la del mar y la de la tierra –la del 666–; aparecerá el Cordero en pie sobre el monte Sion con los 144.000 santos para entrar en el orden nuevo; aparecerá en la nube el hijo del hombre con la corona de oro y la hoz; aparecerán en el templo del cielo los siete ángeles de las siete últimas plagas, y las siete copas. Y será el Armagedon. Y será la caída de Babilonia.7

Luego llegará la hora del Aleluya, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.8 Será el momento de la revelación (Apocalipsis es revelación) del nombre oculto de Dios: “Jesucristo”.9

Elemento ceriferario simulando
una seerpiente, en la capilla
del convento de las mínimas de
Nuestra Señora de la Consolación
El ángel apresará al dragón Satanás, por mil años, durante los cuales, los mártires gobernarán con Cristo. Tras el milenio, Satanás será libre momentáneamente y reclutará naciones por toda la tierra, rodeando la ciudad amada, pero el fuego del cielo los devorará. Será el fin de Satanás.10

Y llegará el juicio final.11 Y descenderá de las alturas la Jerusalén Celeste, con doce puertas que son perlas y doce fundamentos de jaspe, zafiro, calcedonia, esmeralda, sardónica, sardio, crisólito, berilo, topacio, crisopraso, jacinto y amatista, con los nombres de los doce apóstoles. El que es Alfa y Omega, el que hace “nuevas todas las cosas”, nos mostrará en la ciudad santa a la esposa del Cordero, por medio de uno de los ángeles.12 Y, en medio de la plaza central de la ciudad, florecerán los árboles de la vida, con sus doce frutos en el ciclo de los meses del año, los doce soles zodiacales.13

Volvamos al tiempo presente e imaginemos que estamos viendo pasar una cofradía. Cuando aparezca ante nuestros ojos el paso de palio, ya habrán tenido lugar diversos acontecimientos cofrades.14

Paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas
Habrá pasado ya, tras los primeros nazarenos, el paso de Cristo, trono y retablo horizontal. Es clásico que rodeando el canasto haya figuras de los cuatro evangelistas, como es el caso de la Oración en el Huerto y de la Sentencia, de las Penas de San Vicente y del Nazareno de la O, de la Humildad y Paciencia y de la Expiración del Museo, de la Sangre, del Buen Fin y del Descendimiento.

Con el paso de Cristo se habrá hecho el silencio… o habrá sonado la trompetería. ¿Soy yo solo o hay otros a los que les parece también más apropiada y más emotiva la música de cornetas y tambores cuanto más “aire apocalíptico” tiene?

Finalmente, tras los nazarenos de la Virgen, nos deslumbrará el paso de palio…

Nuestra Señora del Sol, con san Juan y la Magdalena
Hay que hacer un poco de historia. Desde la peste del siglo XIV, Sevilla sufrió sus plagas, en forma de riadas o de sequías, que se sentían como maldiciones, consecuencias de la justa cólera de Dios por los pecados cometidos, porque, efectivamente, la ciudad hispalense se había convertido, al socaire del imperio, en una nueva Babilonia.15 Por eso, tras la peste de 1649, queriendo purgar sus pecados, dio forma, por la mano de Murillo, a la iconografía definitiva de la Inmaculada Concepción, en un cielo dorado.16

Púlpito de los actos conmemorativos del 150º
aniversario del dogma inmaculista,
ante María Santísima de la Concepción
De ahí, del inmaculismo apocalíptico, viene la ráfaga que es atributo de la Virgen gloriosa pero también de una dolorosa del Sábado Santo: Nuestra Señora del Sol, como lo fue en tiempos pretéritos de la Virgen del Rosario o la Virgen de la O.17 Y de ahí el sol que, alternando rayos rectos, de luz, y rayos ondulados, de calor,18 luce en los cultos y en las conmemoraciones inmaculistas de la hermandad del Silencio, que tiene como titular a María Santísima de la Concepción.

Madre de Dios de la Palma
De ahí viene también la luna a los pies de la Virgen,19 una luna que suele verse con los cuernos hacia arriba, por mucho que se nos muestre lo erróneo de la figura (ya que la zona iluminada lo sería por recibir la luz del sol que recubre a María,20 como la pintó Pacheco).

Y de ahí vienen las doce estrellas, como las de tantas Vírgenes gloriosas y como las de la corona de Madre de Dios de la Palma.

El dogma de la Inmaculada Concepción fue definido por Pío XII en la bula Ineffabilis Deus, el 8 de diciembre de 1854.21 Alfonso Grosso, en 1964, pintó para la Catedral un cuadro conmemorativo del acontecimiento, con el papa, el cardenal Spínola, los seises y un nazareno del Silencio venerando a la Virgen, a la que le puso la cara de la Macarena,22 la misma que tiene como llamador a san Miguel Arcángel matando al dragón (como también lo tiene la del Dulce Nombre).

Cuadro conmemorativo de la proclamación del dogma
Alfonso Grosso. Óleo sobre lienzo. Catedral de Sevilla






Sevilla, la ciudad de las doce puertas23 donde san Fernando instituyó el marianismo, la que fue puerta para la cruzada atlántica de Cristóbal Colón –la paloma portadora de Cristo– , la ciudad-convento de los siglos XVI, XVII y XVIII, la que defendió como ninguna el misterio de la Inmaculada Concepción e inventó el rosario popular a cielo abierto, entendió como un juicio favorable de Dios el hecho de que el terremoto de Lisboa, en 1755, no dejara víctimas.24 No era una ciudad cuadrada como la Jerusalén del Apocalipsis, pero eso no impediría que pudiera ser la nueva Jerusalén, la Jerusalén de Occidente, desde la cual ganar la Jerusalén Celeste, de doce puertas zodiacales, que será morada de Dios. Tengo para mí que Sevilla es la ciudad imaginada por san Francisco de Paula, en la que reinarían los crucíferos supervivientes de la lucha del milenio contra el mal.25

María Santísima de la Caridad en su Soledad
En 1888 ya van casi todas las Vírgenes sevillanas bajo palio,26 y en el siglo XIX se generaliza el palio sobre doce varales. ¿Los doce apóstoles? Sí, pero no solo.

¿Y el Árbol (o los árboles) de la Vida? No sé. ¿Será este el fundamento profundo, genético incluso, de que nos guste tanto un paso con un olivo (Oración, Beso de Judas o Prendimiento) en medio de la Campana?

La Semana Santa es el momento primaveral en que todo se renueva. Y en ese momento trascendental, el paso de palio de la corredentora de los siete dolores, será sin duda, para muchos, la figura ideal del cielo en la tierra.



1. Apocalipsis, 4: 1-7
2. Tetramorfos (www.es.wikipedia.org)
3. Apocalipsis, 6-9
4. Apocalipsis, 12: 1-6
5. Valdéz, Ariel. Quién es la mujer vestida de sol de Apocalipsis? (www.mercaba.org)
6. Apocalipsis, 12: 7-9
7. Apocalipsis, 13-18
8. Apocalipsis, 19: 1-10
9. Apocalipsis, 19: 11-16
10. Apocalipsis, 20: 1-10
11. Apocalipsis, 20: 11-15
12. Apocalipsis, 21
13. Apocalipsis, 22: 2
14. Un apunte para los no iniciados: una cofradía es una hermandad en procesión, en Semana Santa.
15. Se recomienda leer en este blog los capítulos 2 y 8 de la serie La casa de la Pajería y sus circunstancias, titulados Lugar de ruina moral en medio del imperio y Non nobis Domine, qui ut tu.
16. Se recomienda leer en este blog es capítulo 14 de la serie Sevilla salomónica, titulado …Para ver el resplandor trascendental en el Apocalipsis.
17. Bermejo Carballo, José. Glorias religiosas de Sevilla. En Canarias, la ráfaga es llamada sol.
18. Fabre d’Olivet, Antoine. La langue hébraïque restituée
19. Se recomienda leer el capítulo anterior de esta serie.
20. Según el artículo Con la luna bajo sus pies¸ de la Comunidad de MM. Dominicas de Santa Ana y Camareras de la Virgen del Rosario, en www.webs.ono.com, fray Juan Interián de Ayala señalaba hacia 1732 el error de representar a la luna con los cuernos hacia arriba a los pies de la Virgen. Luis Alcázar se expresó en la misma línea.
21. Pío XII. Bula Ineffabilis Deus
22. Comas Rodríguez, José Javier. La Macarena de Alfonso Grosso de Inmaculada, 50 años después, en www.semanasantadesevilla.tv
23. Se cuentan las doce puertas de la Macarena, Córdoba, Sol, Osario, Carmona, Carne, Jerez, Arenal, Triana, Real, San Juan y Almenilla, además de los dos postigos, y la puerta de San Fernando, que se hizo después.
24. Se recomienda leer el capítulo 19 de la serie de este blog Sevilla salomónica, titulado Con las luces, las cruces.
25. Se entiende mejor el sentido de este párrafo si se han leído las series de este blog Sevilla salomónica (especialmente los capítulos 5, Cruzadas del medio milenio tras el primer milenio de Cristo, y 13, …Y luz de coplas que son himnos…) y Sevilla y las cruces de Calatrava (especialmente los capítulos 29, La religiosidad de la calle, 32, Buscando la mediación de una madre sin pecado, y 33. La oración por las ánimas, el triunfo del patrocinio y los campanilleros en la madrugada).
26. Martínez Alcaide, Juan. La Virgen dolorosa y el paso de palio, en Sevilla Penitente II (VV.AA.)



domingo, 5 de abril de 2015

LA CUEVA LUMINOSA (6: LA ALBEDO)

En el siglo XVII, la reciprocidad entre la religión y la alquimia fue un hecho patente e innegable. Es más, en el siglo del Barroco, la simbología alquímica estaba integrada en la religión, que era el lugar de la verdad.1

María Santísima de la Paz
La albedo alquímica es la segunda etapa en el proceso de transmutación, subsiguiente a la nigredo básica y previa a la rubedo culminante. En ese segundo círculo, considerado lunar y llamado “restaurador o consolador”, pero también identificado como “plata”, se equilibran las fuerzas contrarias, en correspondencia con el crepúsculo y con el equinoccio de primavera. La sustancia resultante es líquida y de un color blanco intenso,2 siendo el blanqueo un bautismo, una promesa de transformación espiritual, un lavado que purifica la materia y la cristaliza como plata pura, sutil, luminosa, clara como agua de manantial, transparente como el cristal, libre de mácula.3 En la albedo, la reina alquímica cobra su pleno espíritu, abriéndose ante ella un sendero despejado y brillante, en el que impera la paz.4 ¡Y qué fácil es, con esta observación, pensar en María Santísima de la Paz, nuestra Regina pacis, recorriendo el sendero del Parque de María Luisa el Domingo de Ramos!

María Santísima de los Dolores,
de la hermandad de Santa Cruz

La plata es características de los pasos de palio. Es cierto que también hay pasos de Cristo que podríamos llamar “de plata”, como el de Pasión o el de la Divina Misericordia, y también hay elementos de oro en pasos de palio, como en San Bernardo o en San Isidoro, pero todos estaremos de acuerdo en que son excepciones que confirman la regla, una regla que asocia –y con razón– el oro a Cristo y la plata a la Virgen. Los elementos metálicos en los pasos de palio sevillanos han ido tomando forma gradualmente. Durante el siglo XVII, la adopción del palio no estaba aún generalizada. Además, muchos varales eran de madera. La peana, por su parte, data al menos de la segunda mitad del mismo siglo. La canastilla, más ligera que la del paso de Cristo, suele ser de metal plateado, y solo en los últimos siglos se han realizado canastillas de plata. Y la candelería es uno de los componentes más evolucionados, desde los minimalistas cuatro faroles de los primeros tiempos a la profusión actual.5

Es verdad que no todos los elementos plateados de los pasos son de argénteo metal, pero, desde el punto de vista del simbolismo, lo significativo es la idea de envolver a la Virgen en una atmósfera idealmente plateada.

La Giralda y la luna llena
Los metales son como “planetas terrestres” o “subterráneos”. Cada uno simboliza solidificaciones de energías cósmicas, valores espirituales concretos. Y hay una jerarquía, con el oro en la cúspide y la plata en segundo lugar.6 La plata, la “lágrima de luna” para los incas, siendo noble, es mucho más asequible que el oro; se asociada con lo pequeño frente a la grandiosidad áurea, solar; se vincula a la noche y a sus fuerzas mágicas, a la claridad mental y de conciencia, a la exactitud y la discreción, a la honestidad y la rectitud, a la esperanza; es símbolo de iluminación mística y, por su resistencia al fuego, de pureza y castidad; y por recibir y reflejar los rayos del astro rey, se la considera mediadora entre el cielo y la tierra,7 espejo de la imaginación y de la conciencia capaz de manifestar el mundo visible relacionado con el pensamiento.8

Figura de Astarté
El carácter cíclico, variable y enigmático de la luna la ha hecho siempre fascinante. Se creía que era un reflejo de la Tierra en la bóveda celeste.9 La Humanidad ha vivido siempre bajo su influjo como señora de las mujeres, sobre todo en culturas agrícolas como la nuestra. Y el principio femenino de inspiración lunar, a pesar de la desvalorización que sufrió en el proceso de indoeuropeización, siguió en Astarté, la diosa cananea prohibida, fundadora de Triana,10 y luego en la frigia Cibeles.11 Las diosas lunares eran iconos de vida y fertilidad, como la romana Juno (¡la diosa llamada Paloma!).12

La influencia de la luna en la alegoría alquímica es fuerte, por considerarse que guarda los secretos del rocío, la savia de la vida, oculta en Mercurio, en el mercurio, el principio alquímico femenino. Considerada fuente de humedad, gobierna las mareas, regula el ciclo del agua y el ciclo fisiológico femenino. Muchos pueblos han creído –y creen– que la mujer es más fértil en las noches de luna llena.13

Fachada de la farmacia de calle Tetuán,
con símbolos alquímicos, entre los que se
observa en de la plata, arriba, y el del agua, abajo
También el ciclo del agua está en los pasos de palio, desde el agua sutil y pura de la Virgen del Rocío hasta la abundancia reflejada en la Virgen de las Aguas. Ambas advocaciones tienen origen glorioso. La primera data de cuando se dio a la imagen descubierta en Doñana el nombre del lugar donde se había encontrado, “Las Rocinas”, de donde derivó el actual, sin duda por la fuerza del símbolo, precursor de la aurora y alusivo a la iluminación espiritual,14 agua sagrada que viene del cielo, precursora además del maná.15 Y el lunes (el día de la Luna) de Pentecostés se conmemora la venida del Espíritu Santo, en forma de paloma blanca sobre María y los apóstoles. La propia Virgen del Rocío es identificada por el pueblo como la Blanca Paloma.

La advocación sevillana de las Aguas data de la Reconquista, porque era el recurso devocional en caso de riadas y de sequías.16 En la tradición, las aguas representaban la sustancia, la vida en estado anterior a toda forma. La inmersión en agua es la regresión a lo preformal, la purificación, la plena regeneración, el nuevo nacimiento; porque la inmersión equivale a la disolución de las formas, a una reintegración en el mundo preexistente, porque las aguas son lugar de iniciación, de bautismo. Las aguas y el principio femenino están estrechamente asociados. El signo arcaico del agua, el triángulo invertido, tiene una connotación claramente femenina. Y la tierra emergente de las aguas de la vida es la Tierra divinizada, que no es otra cosa que agua seca.17

María Santísima de Regla, en su traslado para las
Jornadas Mundiales de las Juventud en Madrid

La alquimia adoptó el simbolismo de la búsqueda del Santo Grial, un icono femenino en su concavidad y su sentido continente, para significar un ideal que de hecho es inalcanzable, lo que supone la sacralización del camino.18

No será casual la abundancia de jarras de plata, en todos los pasos de palio, sosteniendo mazos de flores. Las hay pequeñitas, sobre todo para la delantera del paso, y las hay mayores, para los costeros. ¿Son solo enseres funcionales? Lo son, sin duda, pero hay algo más, que es su patente simbología, como se evidencia por la presencia de jarras de azucenas bordadas, por ejemplo, en las bambalinas del palio de María Santísima de Regla.

Casa de hermandad de Nuestra Señora del
Rocío en Almonte, en la que se aprecia
el emblema del cabildo de Sevilla
La femenina Sevilla es así. No perdamos de vista las jarras con azucenas –emblema de pureza y atributo mariano– que adornan a la Giralda y las que la flanquean en el escudo del cabildo catedralicio sevillano.19

Todos los cuartos de la luna aparecen en el arte a los pies de la Virgen gloriosa, y todas las fases de la luna encarnan facetas de María. La sombría y crítica luna nueva está referida su papel como favorecedora de la guerra santa, lo que explica su patronazgo de las órdenes y su entronización en los estandartes militares.20 La luna llena está relacionada con su carácter de espejo (Speculum iustitiae), que refleja y hace accesible la luz inmensa del Sol de Justicia. Palmariamente, para Alonso de Ledesma, María es “Luna llena” en su significación sobrenatural…21

Salida de María Santísima del Rocío
Se aprecia la media luna a los pies de la Virgen.
No es por nada: la Semana Santa se relaciona con un punto crítico del calendario solar, el equinoccio de primavera, pero se “ajusta” con la luna llena del mes de marzo. Y, desde hace unos años, el cuarto menguante, que ya encontrábamos bajo la Virgen gloriosa, ha aparecido en algunos pasos de palio: en la Victoria, en el Rocío o en el Sol. En tiempos, la Virgen de la Concepción de la cofradía del Silencio, llevaba luna a sus pies, según un lienzo del último tercio del siglo XVII, en el que aparece bajo un palio sostenido por seis varales.22

En la Victoria, la luna es reconocimiento del triunfo de la Reconquista, en el Rocío es referencia a la Blanca Paloma de Pentecostés, y en el Sol es figura apocalíptica. Como apocalíptico por inmaculista era la luna de la Concepción del Silencio. Son diversos motivos... ¿o es el mismo?23



1. Arola, Raimon. Alquimia y religión: los símbolos herméticos del siglo XVII
2. Valiente, Apiano León de. Las cuatro alas de Mercurio…
3. Baño María, Grial (www.es.wikipedia.org). También www.sanacionnatural.net
4. Warlick, M.E. Las piedras de la alquimia
5. Sanz Serrano, María Jesús. Las artes ornamentales en las cofradías de la Semana Santa sevillana, en Las cofradías de Sevilla. Historia, antropología, arte (VV.AA.)
6. Testi, Gino. Dizionario di Alchimia e di Chimica antiquaria, citado por Cirlot, Juan Eduardo en Diccionario de símbolos
7. Heller, Eva. Psicología del color. También Cirlot, ob.cit.
8. Thompson, John Eric Sidney. Historia y religión de los mayas
9. El poderoso influjo de la luna (www.nimbra.blog.com.es)
10. Lauriño, Manuel. Visión mitológica de Triana
11. Baring, Anne & Cashford, Jules. El mito de la diosa. Evolución de una imagen.
También Gimbutas, Marija. Diosas y Dioses de la vieja Europa
12. Krappe, Alexander Haggerty. La génesis de los mitos, citado por Cirlot, Juan Eduardo, en Diccionario de símbolos
13. Paracelso. Catecismo alquímico, citado en www.es.wikipedia.org
14. Cirlot, ob.cit.
15. Éxodo 16:14: “Evaporada la rociada, observaron sobre la superficie del desierto una cosa menuda, granulada, fina, como escarcha sobre la tierra”.
16. Mena y Calvo, José María de. Todas las Vírgenes sevillanas. Se recomienda leer el artículo de este blog titulado Kiriotissa sevillana.
17. Evola, Julius. Revuelta contra el mundo moderno, citado en La piedra al descubierto (www.lapiedraaldescubierto.blogspot.com.es)
18. Se recomienda leer el capítulo 4 de esta serie, titulado Un Grial y siete espadas.
19. Pinedo, Ramiro. El simbolismo en la escultura medieval española. También Cirlot, ob.cit.
20. Baring & Cashford, ob.cit.
21. Ledesma, Alonso de. Conceptos espirituales y morales, citado por Correa, ob.cit.
22. Ilustración incluida por García de la Concha Delgado, Federico en Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, Archicofradía, Pontificia y Real de Nuestro Padre Jesús Nazareno,Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de la Concepción, en Nazarenos de Sevilla, tomo I (VV.AA)
23. Se recomienda leer el último capítulo, número 36, de la serie de este blog Sevilla y las cruces de Calatrava, titulado La cruz, el rosario y el pueblo hispalense, y el capítulo 14 de la serie Sevilla salomónica, titulado …Para ver el resplandor trascendental en el Apocalipsis.