miércoles, 28 de mayo de 2014

SEVILLA SALOMÓNICA (21: COLUMNAS QUE SEÑALAN AL ORIENTE)

Durante la segunda mitad del siglo XVIII y todo el XIX, la mayoría de los estudiosos del Templo de Salomón fueron masones. La filosofía científica y humanística de Arias Montano y Villalpando ha dejado paso a una lectura espiritual, y Salomón es ahora visto como un gran mago.

En 1717, en una Europa desgarrada por las guerras de religión, nació en Londres la masonería especulativa, que fue implantada en Francia sobre 1725 por británicos que huían de las persecuciones políticas y religiosas. Surgió así el Rito Francés Moderno, teñido de Ilustración.

La rama escocesa, tras su paso también por Francia, regresó a Escocia en 1846, dando así forma definitiva al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que conserva un alto espíritu caballeresco.

Pero es necesario que hagamos un recorrido por la Historia.

Los orígenes están en la masonería operativa, en las cofradías de constructores medievales, desde que en el siglo XI se volviera a la construcción en piedra imitando los modelos romanos, y promoviendo así el estilo que por esta razón se llamó románico. Las nuevas obras implicaban necesidades de organización y de especialización que dieron lugar a corporaciones de masones (del francés maçon, albañil), a cuyo frente estaban los maestros. Al ser los masones libres, francos (hoy diríamos autónomos), fueron también llamados francmasones.

Enrique III de Inglaterra acompañando al
maestro de obras.
La vida de los santos Albano y Amfíbalo
Y las alegorías del lenguaje masónico hay que buscarlas en los monasterios benedictinos. En el siglo VIII vivió en Britania san Beda el Venerable, que relató la construcción del Templo de Salomón en su De Templo Salomonis Liber.1 Beda, entendiendo que el Templo centraba la espiritualidad de los maestros constructores, creó un método de desarrollo personal a partir de su simbología. Gracias a su influencia, en el siglo XI los benedictinos cluniacenses redactaron las constituciones de las logias de constructores.2

Por otra parte, la conmemoración del ciclo anual y de los solsticios, considerados puertas del cielo, fue una práctica de las organizaciones de oficio, como los Collegia Fabrorum de Roma, pasando después a la masonería operativa medieval. El dios Jano, el dios bifronte, que mira al mismo tiempo al pasado y al futuro, dejó paso en la Cristiandad a los santos Juanes, el precursor y el cronista. La celebración del solsticio de verano como la puerta de los hombres, la puerta de las almas mortales, se convirtió en festividad de san Juan Bautista, y la fiesta solsticial del invierno, la puerta de los dioses o de las almas inmortales, se vinculó al culto a san Juan Evangelista. Esta dialéctica cíclica trascendental es parte esencial hoy de la filosofía masónica.3

Los benedictinos, los constructores o masones laicos y los templarios vivieron en la misma época, la de las cruzadas, las peregrinaciones y las construcciones románicas y góticas. El cluniacense papa Urbano II predicó la Primera Cruzada. La orden benedictina fue la principal promotora de peregrinaciones a Tierra Santa y a Compostela. Y de Cluny surgieron las logias de constructores que difundieron el románico por Europa. Luego, con la reforma cisterciense y con san Bernardo llegaría la Orden del Temple y el románico dejaría paso al gótico. Es el campo en el que florecería la trilogía masónica: la sabiduría contenida en las abadías, la fuerza de los castillos y la belleza de las catedrales, que definirían el templo cristiano con la cabecera en el Oriente, con un simbolismo que haría suyo también la masonería.4

Escocia fue destino de muchos templarios que escaparon de Felipe IV de Francia y que, ayudando a la causa independentista escocesa, se reconvirtieron en órdenes como la de San Andrés del Cardo. Ya estaban operativas las logias de constructores. Los Saint Clair, que construyeron la capilla Rosslyn, practicaron un cristianismo esotérico. Y William Saint Clair fue gran maestre de los Gremios y Órdenes de Escocia.5 En el manuscrito Grand Lodge, de 1583, se citan los orígenes bíblicos de la masonería, en relación con el Templo de Salomón. El simbolismo del Templo jerosolimitano fue así el eje de la francmasonería medieval.6

Pablo de Olavide
www.personal.us.es
Volvamos a la masonería especulativa. Su historia en España es, en gran medida, la historia de una persecución. Desde que en 1738 fue condenada por la Inquisición, hasta la actual democracia, la masonería española solo ha vivido cortos periodos de tolerancia, como el Sexenio Revolucionario y la Segunda República.7

Seguramente fue masón Pablo de Olavide, el asistente que modernizó Sevilla enfrentándose a todos los poderes fácticos de la ciudad, y que, encerrado por la Inquisición, huyó a Francia y vivió la Revolución. Regresó y murió en Baeza.8

Jovellanos no fue sevillano, pero fue aquí magistrado de la Audiencia y promotor de la Sociedad Patriótica de Sevilla. Sí nació aquí Luis Daoíz, el héroe del 2 de Mayo.

Blanco White, hijo del vicecónsul británico, proclamó desde Londres la masónica constitución española de 1812. Otro masón, Rafael del Riego, en 1820, se alzó en Las Cabezas de San Juan y derrocó al gobierno en 1820; lo pagó.9

Entre los ilustres masones sevillanos está Alberto Lista, que ya con trece años ocupó como sustituto una cátedra de matemáticas en la Sociedad de Amigos del País, y que fue poeta, periodista y crítico literario, además de sacerdote. Tuvo que exiliarse por afrancesado. Cuando regresó, rechazó el obispado de Astorga, pero ocupó en 1836 una cátedra en el Ateneo de Madrid. De vuelta a Sevilla, fue canónigo.

A finales del siglo XIX se documentaban 19 logias masónicas en la capital hispalense y 3 en la provincia.10

Lápida en la antigua sede
del Ateneo, en la calle Tetuán
En 1887, Manuel Sales y Ferré fundó el vanguardista Ateneo de Sevilla, de inspiración masónica, que hizo florecer la vida cultural de Sevilla y aun de España. Miembros suyos fueron ilustres políticos masones como Diego Martínez Barrio, presidente de la Segunda República, o Blas Infante, que impregnó el himno de Andalucía de filosofía masónica al definir a los andaluces como hombres de luz. No hay que olvidar que fue en el Ateneo sevillano donde se habló por primera vez de un ideal andaluz, en 1909, como acredita un azulejo.

Hay logias en que se exige a los aprendices el candor, entendido como pureza del alma y amor a la verdad. Reivindiquemos este candor, recordando que de Oriente es la estrella de la ilusión de la Epifanía y de Oriente vienen puntualmente cada año los Reyes Magos en la cabalgata que organiza el Ateneo.

En Sevilla trabajó el onubense Antonio de Seras, que montó en un solar segregado del antiguo convento de San Agustín su Instituto de Higiene, cuyo edificio pervive afortunadamente. Es el número 7 de la calle Luis Montoto, la calle identificada, en el lenguaje ordinario, como calle Oriente.

Antonio Machado fue iniciado masón en la logia Matuana de Madrid. El más joven representante de la generación del 98, filántropo, profesor y poeta, tuvo que ir a morir a Colliure.11

También tuvo que exiliarse el brillante escritor, periodista y cronista oficial Manuel Chaves Nogales, que murió en Inglaterra. Y en el exilio mexicano murió el catedrático Demófilo de Buen.

José González y Fernández de la Bandera y Horacio Hermoso fueron alcaldes, fusilados por Franco, como también lo fueron Manuel Barrios y el propio Blas Infante. La masonería había quedado arrasada.

Actualmente, la logia más antigua y más numerosa de Sevilla es Obreros de Hiram, que “levantó sus columnas” en 1985, en la línea del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Es independiente de cualquier tendencia religiosa, política o social. El propio nombre de la logia es la más clara alusión al salomonismo constructivo. En su emblema, con el compás y la escuadra, la balanza y el lema Poli ut Adaequatur (pule para ajustar), hay cinco granadas que son también evocación de las muchas que adornaban los capiteles de Jaquín y Boaz en el Templo de Salomón.12 La granada, con su simbología de regeneración y de unión,13 de paz, de diálogo y de fraternidad, estaba tan profusamente presente en el Templo que hasta el pomo del cetro del sumo sacerdote era una granada de marfil.14

La logia Mediodía, que consagró su taller un día de San Juan, imitando, como tantas, a la primera obediencia masónica de 1717, tiene en su emblema triangular un sol iluminando espigas de trigo en un damero. El emblema de la logia Itálica evoca el rosetón de la puerta de San Cristóbal de la Catedral sevillana. Y la logia Luz de Al Andalus tiene como emblema una estrella octogonal con el sol en su centro.

Logia Itálica (vista desde el Oriente)
La logia Tartessos, vinculada al Rito Francés Moderno, se declara adogmática y liberal, libre de influencias externas.

Una logia es también templo y taller. Se accede por el oeste, entre dos columnas que emulan las del Templo de Salomón: en el sur, Jaquín, que suele estar coronada por una esfera celeste; en el norte, Boaz, coronada por una esfera terrestre. La masonería ha recuperado la simbología de las dos columnas: las fuerzas tenantes contrarias en equilibrio dialéctico, los pilares de la eterna estabilidad, la construcción absoluta y esencial, las virtudes de la misericordia y el rigor que dan marco a la belleza en el árbol sefirótico de la cábala…15

La forma de la logia sugiere el Universo. En el Oriente, anunciando la espera, está el triángulo que simboliza la estructura del pensamiento como resultado último del proceso vitalizador de la luz. Y, enmarcando el Oriente, el sol y la luna.

Logia Obreros de Hiram (vista desde la entrada)
El sur, el mediodía, es el lugar más luminoso. Una cadena de unión circunda el templo. En el centro está el damero con tres columnas de los tres órdenes clásicos en tres de sus ángulos, representando la sabiduría, la fuerza y la belleza, las virtudes que es necesario inculcar al aprendiz masón. Ahí están representados los tres personajes que construyeron el Templo de Jerusalén:16 la sabiduría es Salomón, el más sabio de todos los hombres; la fuerza es el rey de Tiro; la belleza es Hiram Abif.

Sabiduría, fuerza y belleza son las principales habilidades para combatir la hipocresía, la ignorancia y la maldad; son los símbolos de los principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad, que pasaron a la Historia como lema de la Revolución Francesa; y son los tres pilares que esperan al cuarto pilar, que es la acción del hombre.17

Puerta principal el edificio Abengoa,
en la avda. de la Buhaira
Hablando de la Sevilla salomónica actual, merece la pena fijarse en el edificio Abengoa, que hace esquina a Luis Montoto y la Buhaira, y apreciar sus triángulos rectos a modo de pirámide. Su planta es la representación de un templo masónico. Para ilustrar este artículo, me quedo con las dos columnas que flanquean la entrada y que, como ocurría en el Templo de Salomón, reciben los rayos del sol de la mañana.

Las columnas del Templo de Salomón abren, con la masonería, el camino hacia el Oriente. No es como si entráramos en el Templo de Salomón; es como si, ya iniciados, saliéramos de él hacia la luz.

Por Oriente sale el sol. Oriente es la fuente de vida. Mirar al Oriente es dirigirse espiritualmente hacia el foco que irradia la luz espiritual.18



1. San Beda. De Templo Salomonis Liber
2. Callaey, Eduardo R. La Masonería y sus orígenes cristianos. El esoterismo masónico en los antiguos documentos benedictinos
3. Se recomienda la lectura de los capítulos 18 y 20 de esta serie, respectivamente Cofradías y La quintaesencia de la locura, y del capítulo 7 de la serie Sevilla y las Ocho Beatitudes de San Juan, titulado De Jano a Letrán y de Letrán a Sevilla y a la cruz como signo también del Evangelista.
4. Callaey, Eduardo R. El otro imperio cristiano: de la Orden del Temple a la francmasonería
5. Sinclair, Andrew. El pergamino perdido de los templarios
6. Biblioteca de la Gran Logia Unida de Inglaterra, citada por Sinclair, Andrew, ob.cit.
7. Enríquez del Árbol, Eduardo. La masonería en Sevilla
8. Se recomienda la lectura del capítulo 19 de esta serie, Con las luces, las cruces, y del capítulo 10 de la serie La casa de la Pajería y sus circunstancias, titulado La cruz en triunfo.
9. Mendívil López, Leopoldo. Secreto 1929: la consumación
10. Ibid. 7
11. García Diego y Ortiz, José Antonio. Antonio Machado Masón
12. 1 Reyes 7, 18
13. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos
14. Vázquez Allegue, Jaime. La granada del Templo de Jerusalén (ideal.es 4 de diciembre de 2007)
15. Se recomienda la lectura del capítulo primero de esta serie, titulado Etimologías, letanías, columnas y tronos de la sabiduría.
16. 1 Reyes 7, 2. Crónicas 2 y 4
17. Agradezco haber participado en una tenida blanca (sesión abierta) en la logia, de la que es venerable maestro Antonio Hernández Espinal, mi hijo.
18. Ibid. 13



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