miércoles, 25 de junio de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (3: A LAS PUERTAS DE LA NUEVA JERUSALÉN)

La descomposición de Al Andalus propició las campañas de Reconquista.

Los calatravos, con Fernando III, tomaron parte como fuerza de choque en Baeza. En 1225, en virtud de un pacto, el emir de Baeza, Al-Bayyasi, entregó Martos a Fernando III y tres años más tarde el rey la entregó a la Orden de Calatrava, que hizo de la localidad una importante base para las campañas de Andalucía, dotada incluso de un hospital calatravo permanente.1

Fachada de la iglesia calatrava de Santa Marta, en Martos (Jaén)
Durante tres siglos y medio, Martos fue un importante bastión de la orden frente al reino nazarí de Granada, y las encomiendas de Martos y de la Peña de Martos fueron plazas fuertes calatravas en tierra andaluza.2 Tendremos ocasión de volver a Martos y a su Peña en una próxima entrega, para contar la historia de los hermanos Carvajales, que eran templarios y luego fueron calatravos tras la suspensión del Temple en 1312, y que murieron despeñados en una jaula con pinchos, emplazando antes a Fernando IV a comparecer en treinta días naturales ante Dios.3

El autor, ante la Lápida templaria
de Arjona (Jaén)
Cruz de Calatrava representativa
de Porcuna en Martos (Jaén),
junto al Santuario de las
Sagradas Reliquias
Calatrava recibió también, en reconocimiento a sus méritos militares, Alcaudete, Arjona, Porcuna y Víboras, también de la actual provincia de Jaén. Cuenta la leyenda que los calatravos, junto con los templarios, buscaron en el alcázar de Arjona y en el castillo de Víboras la “Mesa de Salomón”, que habría llegado al Santo Reino desde el Sancta Sanctorum del destruido Templo de Jerusalén. En el ayuntamiento de Arjona se expone la “Lápida templaria”, elaborada por la logia masónica de los “Doce Apóstoles” y oculta durante años en la cripta del barón de Velasco, en dicha localidad. La lápida sería una reproducción del mandala contenido en la “Mesa de Salomón”, escondiendo el Shem Shemaforash, el verdadero y oculto nombre de Dios.4

La Orden de Calatrava se convirtió en un poderoso ejército que conquistó numerosas fortalezas, tomó parte en la rendición de Jaén y Córdoba, y recibió importante donaciones, llegando a ser una fuerte potencia económica. Sus caballeros estuvieron siempre en vanguardia y sus maestres se convirtieron en verdaderos príncipes, como ya lo eran los grandes maestres templarios y hospitalarios. El maestre de Calatrava, junto con el de la Orden de Uclés (la que después sería llamada Orden de Santiago), siempre aparecía en primer término en las decisiones militares. Los reyes tenían un sitio para la orden en sus consejos y los papas la llamaban a concilio.5

En cuanto a la Orden de Alcántara, tras la conquista de Córdoba en 1236, recibió Benquerencia y Esparragal, aunque esta última plaza había sido conquistada por los templarios.

Fue a raíz de ganarse sorprendentemente Córdoba cuando Fernando III reunió a sus capitanes y a los maestres de las órdenes, decidiéndose dirigirse a la conquista de Sevilla, posiblemente la ciudad de mayor población de Europa, considerada un objetivo clave: una vez conquistada Sevilla, las demás poblaciones se conquistarían sin mayor esfuerzo y la cruzada del sur podría darse prácticamente por finalizada. El papa Inocencio IV ordenó en una bula que un tercio de los impuestos se dedicara a financiar la campaña, lo que no solo era muestra del poderío de la Iglesia sino también de la importancia del proyecto de la cruzada hispana.6

En 1246, el rey mandó a Jerez una embajada con el maestre de Calatrava, el rey de Granada y el infante Enrique.7

En la primavera de 1247, un contingente cristiano con presencia de los reinos hispanos y una importante participación extranjera –como la cruzada que era– se concentró en Córdoba, mientras la primera flota naval española, integrada por quince naos y cinco galeras construidas en Cantabria, al mando del almirante Ramón de Bonifaz y Camargo, rodeaba Portugal hacia la desembocadura del Guadalquivir.8

Recreación de Alcalá del Río, junto a los retos de la
muralla de la localidad
El contingente de tierra, con las órdenes militares en vanguardia, avanzó por las localidades ribereñas (Lora del Río, Alcolea del Río, Reina, Constantina, Setefilla, Tocina, Guillena, Gerena y Cantillana), hasta conquistar Alcalá del Río.La opulenta Isbiliya almohade estaba al alcance de la mano, con su formidable nuevo trazado de murallas, de más de siete kilómetros, que habían dado morfología fija a una ciudad castigada por las riadas del Guadalquivir, el Tagarete y el Tamarguillo; con sus Caños de Carmona recuperados para traer el agua de las fuentes de Santa Lucía, en Alcalá de Guadaíra; con su castillo de Triana y su puente de barcas que permitía el abastecimiento desde la vega y el Aljarafe; con su palacio de la Buhaira; con su mezquita y su alminar; con su alcázar; con su Torre del Oro… Era la capital de Al Ándalus. Pero estaba en decadencia, con luchas intestinas desde varias décadas antes, sumida en el caos, tributaria de Castilla. El gobernante Ibn al-Yadd, que había firmado un pacto de no agresión con los cristianos, había sido asesinado, y el nuevo rey Axataf había puesto la ciudad bajo la influencia de Túnez por segunda vez.9

El 15 de agosto de 1247 partió Fernando III de Alcalá del Río, para llegar por la noche a Alcalá de Guadaíra. El 20 de agosto, el ejército acampó en Tablada, al sur de la ciudad, a la orilla izquierda del río, frente a Aznalfarache. En ese verano Bonifaz comenzó, no sin lucha, a remontar el Guadalquivir, llegando hasta Coria. Cuando Fernando tuvo noticia de la remontada le salió al encuentro en la torre vigía almohade llamada del Caño, luego rehecha y llamada de los Herberos, en la antigua Orippo.10 Hoy, la torre, perdida en un polígono industrial, está en grave riesgo de ruina, pese a su importancia histórica y a su emblemática presencia en el escudo de Dos Hermanas.

Maqueta de la conquista de Sevilla
Museo Histórico Militar
Plaza de España
El asedio a Isbiliya fue la primera guerra combinada, terrestre y naval, con un único objetivo territorial. A primeros de 1248, tras la toma del castillo de Aznalfarache por la Orden de Santiago, con Pelay Correa al frente, los cristianos dominaban la margen derecha del río, quedando así cubierta la vía fluvial. Aún resistía, sin embargo, el castillo de Triana, al otro lado del puente de barcas.

En el sector norte, cerca de la puerta de la Macarena, junto con las tropas del infante don Enrique y las huestes de Diego López de Haro y Rodrigo Gómez de Galicia, se situaron las órdenes de las cruces floreteadas: Calatrava (incluida la rama aragonesa de Alcañiz), con su maestre Fernando Ordóñez y doscientos caballeros de hábito gris con la cruz de gules, en el Machar del Wazir, donde hoy está el hospital de San Lázaro;11 Alcántara, con su maestre Pero Yáñez (Periáñez) y doscientos caballeros con su cruz de sinople, probablemente cerca de la Puerta de Córdoba, y quizás también con los caballeros de Avis con su maestre Martín Fernández. De enero de 1248 es la carta de otorgamiento a Alcántara con la promesa de una renta de 2.300 maravedíes chicos.12

Maqueta de la conquista de Sevilla, en el Museo Histórico Militar
Detalle del sector norte, donde acamparon las órdenes de Calatrava y Alcántara.
Se aprecia en el centro la puerta de la Macarena, abierta al Cardo Máximus,
y más a la izquierda la puerta de Córdoba
Fernando III había reclamado la presencia de su hijo el infante Alfonso en el cerco a Isbiliya. En primavera llegó el futuro Alfonso X con un numeroso contingente en el que había un grupo de hidalgos portugueses y otro de aragoneses y catalanes enviados por Jaime I, instalándose en la zona palaciega de Buhaira, al este de la ciudad, y controlando desde allí el abastecimiento de agua.13

El rey santo estrechó el cerco de la ciudad, instalando su campamento en el actual barrio de San Bernardo, cuyas calles tienen nombres que guardan memoria de su acción.

Maqueta de la conquista de Sevilla, en el Museo Histórico Militar
Detalle del sector sureste, con el campamento real.
Se aprecian las murallas del alcázar, el alminar de la mezquita, la puerta de la Judería (actual de la Carne),
con el puente sobre el Tagarete ante ella, y acueducto de los Caños de Carmona
Toda Sevilla estaba cercada en el verano de 1248. Solo faltaba dominar el puerto fluvial para precipitar la rendición. Y esa fue la hazaña de Bonifaz, el 3 de mayo de 1248, día de la Cruz, con viento favorable, con dos naves con cruces templarias, con proas de sierras de acero y lastradas con piedras, que rompieron las cadenas de la torre del Oro y el puente de barcas.14

Maqueta de la conquista de Sevilla, del Museo Histórico Militar
Detalle del sector suroeste, con la Torre del Oro y
las naves de Bonifaz dirigiéndose al puente de barcas,
frente a la puerta de Triana. Se aprecian también
las atarazanas, la mezquita y su alminar, y el alcázar.
Isbiliya se rindió por inanición el 23 de noviembre de ese año. Fernando dio un mes para desalojar la ciudad, y el maestre de Calatrava tuvo a su cargo la seguridad de los musulmanes en su retirada. La mayoría de ellos, tres cuartas partes de la población, fueron a Jerez, y para los que prefirieron ir a África, se dispusieron cinco barcos y ocho galeras que los llevaron a Ceuta.15

Un mes después de la rendición, transcurrido el plazo, Axataf, el último en salir, entregó a san Fernando en el Arenal las llaves de la ciudad.



1. Ayala Martínez, Carlos de. Las Órdenes Militares en la Edad Media
2. Rades y Andrada, Francisco de. Chronica de las tres órdenes y cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara: en la qual se trata de su origen y successo, y notables hechos en armas de los maestres y caualleros de ellas: y de muchos senores de título y otros nobles que descienden de los maestres: y de muchos otros linajes de España
3. Benavides, Antonio. Memorias de Don Fernando IV de Castilla
4. Eslava Galán, Juan y Rendón, Álvaro. La lápida templaria descifrada
5. Rodríguez Blanco, Daniel. Las órdenes militares en el reino de Sevilla en la Edad Media
6. Ros, Carlos. Fernando III el Santo
7. Ayala Martínez, Carlos de. Primera Crónica General de España
8. Zúmer, Carlos. Sevillanas (V): El asedio de Fernando III (www.jotdown.es)
9. Ibíd. 8
10. Ibíd. 8
11. Mena Calvo, José María de. Entre la cruz y la espada. San Fernando
12. González González, Julio. Reinado y diplomas de Fernando III
13. González Jiménez, Manuel. Alfonso X, infante. García Fernández, Manuel. Conferencia del 22 de noviembre de 2012
14. Ibíd. 8
15. Ibíd. 6



viernes, 20 de junio de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (2: SIGNO DE ENTREGA, DE UNIDAD, DE VICTORIA Y DE SEÑORÍO)

La fundación de la Orden de Calatrava, a imagen y semejanza del Temple, pero adscrita al reino de Castilla, marcó un hito en la Reconquista. A partir de ese momento, se desarrollarán las diferentes órdenes religiosomilitares ibéricas. Por eso, no puede negarse la existencia de un plan calatravo (¿templario?) para la tarea conquistadora y cruzada, tan amplio que se extendió a todos los reinos peninsulares.

¿Por qué, si no, en un primer momento, las cruces distintivas de las diferentes milicias peninsulares eran todas similares? Todas eran de Calatrava, de brazos iguales, con los cuatro remates en flor de lis o azucenas, inspirados de las del rey don García de Navarra, marcando un sello nacional respecto a las cruces de templarios, hospitalarios, teutónicos y sepulcristas, de Tierra Santa.1

Sala de cenotafios del monasterio de
Uclés (Cuenca), con las dos cruces
En 1169, Pedro Fernández de Fuentencalada fundó la Cofradía de los Caballeros de Cáceres, que adoptó la cruz roja en forma de espada en el pecho y la cruz flordelisada, también roja, para la bandera. Ambas cruces podían ir solas o acompañadas de conchas. En 1171, Pedro Fernández obtuvo del arzobispo de Santiago de Compostela el permiso para llamarse Milicia de Santiago. Con el tiempo, esta milicia se convertiría en la Orden de Santiago, que tuvo estatutos y características específicas, acogida a la regla de San Agustín.2 Tendremos ocasión en otro momento de estudiar esta orden y su relación con Sevilla. Baste por ahora esta referencia a su uso de la cruz floreteada de Calatrava, que no me parece casual.

El rey Alfonso II de Aragón solicitó ayuda a la Orden de Calatrava y la recompensó en 1179 con el castillo de Alcañiz, gestándose así la rama aragonesa de Calatrava, con cierta autonomía.3

Campo de la batalla de Alarcos,
visto desde el castillo de Alarcos (Ciudd Real)
En 1195, reinando Alfonso VIII, los almohades conquistaron Calatrava tras la batalla de Alarcos, lo que fue desastroso para Castilla y para los calatravos. Los supervivientes fueron pasados a cuchillo y la cruz flordelisada de la orden se volvió roja. Con el cuarto maestre, Nuño Pérez de Quiñones, la orden anduvo errante hasta conquistar Salvatierra en 1198. Diez años después, el maestre Ruy Días de Anguas, tras defender Salvatierra, se retiró con los pocos supervivientes a Zorita, donde se rehízo la orden.4

Castilla recuperó Calatrava en 1210.

La homologación como cruzada, por parte de Inocencio III, dio unidad al proyecto reconquistador contra los siempre amenazantes almohades (que –no lo olvidemos– tenían su base en Isbiliya) y propició el verdadero punto de inflexión que fue, en 1212, la batalla de Las Navas de Tolosa, en las inmediaciones de la localidad de Santa Elena, en la provincia de Jaén, donde el maestre Ruy, herido en un brazo, quedó inútil para la batalla.

Campo de la batalla de Las Navas de Tolosa,
visto desde el Museo de la Batalla de Las Navas de Tolosa,
en Santa Elena (Jaén)
No es cosa de extenderme yo aquí sobre la batalla, que tiene una abundantísima y versadísima literatura. Me referiré, no obstante, a un hecho supuestamente milagroso, que ha tenido fuerte influencia, como veremos: se cuenta que en la contienda se apareció en el cielo una cruz, como la de Calatrava, y que algunos caballeros –no todos– la vieron. Alfonso VIII escribió al papa Inocencio III contándole el suceso. El hecho (cierto o no) dio lugar a la celebración del Triunfo de la Cruz el día 16 de julio, día de la victoriosa batalla. Y los caballeros privilegiados blasonaron de ser nuevos Constantinos.

A partir de Las Navas de Tolosa, la campaña reconquistadora tomó un impulso decisivo y la influencia de la Orden de Calatrava se acrecentó. 

Escudo de la Freguesía
de Avis, en Portugal
En 1213, se sujetaría a la Orden de Calatrava, y a sus estatutos, leyes y visita, la portuguesa Orden de Avís, fundada como Cavalleria de Ebora tras la reconquista de Lisboa (que había tenido lugar en el año clave: 1147), y llamada Ordem de São Bento de Avis desde que el rey don Alonso de Portugal le diera el castillo de Avis. Se la llamaba también la “nueva milicia” de la Orden de Calatrava. Usó por señal la cruz floreteada de sinople, y por armas la misma cruz en campo de oro con dos aves negras (de sable) al pie, por alusión del nombre. Con el tiempo, el maestre Juan, hijo bastardo del rey Pedro I, se convertiría en rey de Portugal, fundando la dinastía de Avis.5

Detalle de la ciudad de Alcántara (Cáceres)
En 1214, la Orden de Calatrava fue encargada de la defensa de la ciudad extremeña de Alcántara, recién reconquistada. Cuatro años después, siendo maestre Martín Fernández de Quiñones, los calatravos, renunciaron a su defensa, por la lejanía y por no tener suficiente estructura. Alfonso IX de León encomendó la defensa a la portuguesa Ordem de São Julião do Pereiro, que adoptó la regla del Císter y quedó sujeta, como filial de Calatrava, a visita, corrección y reforma, adoptando la cruz flordelisada verde, de sinople, acompañada a veces de un peral. En 1253 la orden era ya nombrada como de Alcántara.6

Interior del castillo-convento de Calatrava la Nueva
(Ciudad Real)
www.latribunadeciudadreal.es
Como era necesario establecer un nuevo baluarte en la vanguardia de las tierras recuperadas, la Orden de Calatrava construyó frente a Salvatierra, en el cerro Alacranejo, sobre el castillo de Dueñas o castillo de Dios, la nueva fortaleza-convento, que se llamó de Calatrava la Nueva en recuerdo del abandonado baluarte del Guadiana, que había quedado, a 60 km, ya sin relevancia estratégica. En 1217 se trasladó al nuevo castillo la sede maestral de la orden, con la Virgen de los Mártires y los restos de los muertos. Calatrava la Nueva fue la más importante fortaleza de Castilla y nunca fue atacada.7

Argote de Molina, Gonzalo.
Nobleza del Andaluzia
(página 41 b del libro primero)
La cruz floreteada, florislada o flordelisada se convirtió en un sello de distinción. Los caballeros que se vieron beneficiados por la milagrosa aparición de las Navas de Tolosa la incorporaron a sus escudos de armas. Así lo refiere Argote de Molina, que nos habla de los linajes que tomaron por armas la “Cruz milagrosa” “semejante a la de Calatrava”, en memoria de la cruz roja que, según “tradiciones antiguas, y memorias” y “papeles antiguos”, “en el Cielo se vio”. Entre estos linajes están los Alarcón, Barco, Caro, Caso, Daza, De Lugo, Medrano, Melgarejo, Obregón, Ovando, Pantoja, Puerto, Reinoso, Ribas, Román, Romo, Santa Cruz, Segura, Sotelo, Tolosa, Villagómez, Villegas, Ybarbuen…

Se estaba gestando la espina dorsal de la futura sociedad andaluza y sevillana.

Sepulcro de Diego de Segura
en la iglesia del antiguo
convento de la Paz
Andando el tiempo, en 1571, a instancias de Andrés de Segura, racionero de la Catedral, se fundaría en Sevilla el convento de monjas agustinas de la Paz, del que Diego de Segura, hermano del anterior, sería patrón perpetuo. Allí, la tumba de Diego nos muestra, tallado, el escudo de la familia, el mismo que describe Argote de Molina, con la “Cruz roxa con quatro Trevedes azules en torno della y por orla ocho Afpas roxas en campo de oro”.8



1. López Agurleta, José. Vida del venerable fundador de la Orden de Santiago y de las primeras casas.
2. Almazán de Gracia, Ángel. Soria en los mil caminos de Santiago (www.soriaymas.com). Heras Febrero, Jesús de las. La Orden de Santiago: la prestigiosa milicia de ricoshombres religiosos
3. Rades y Andrada, Francisco de. Chronica de las tres órdenes y cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara: en la qual se trata de su origen y successo, y notables hechos en armas de los maestres y caualleros de ellas: y de muchos senores de título y otros nobles que descienden de los maestres: y de muchos otros linajes de España
4. Heras, Jesús de las en La Orden de Calatrava: Religión, guerra y negocio
5. Argote de Molina, Gonzalo. Nobleza del Andaluzia
6. Ayala Martínez, Carlos de. Las órdenes militares en la Edad Media (siglos XII-XV)
7. Heras, Jesús de las en La Orden de Calatrava: Religión, guerra y negocio
8. Ibíd. 5. Los trébedes son trípodes de cocina.


lunes, 16 de junio de 2014

SEVILLA Y LAS CRUCES DE CALATRAVA (1: 1147)

El año 1147 fue clave en la historia de la Reconquista y en la historia de Sevilla.

Patio del Yeso del Alcázar
www.sevillapedia.wikanda.es
En el mes de enero, el general magrebí Barraz propició que los almohades se instalaran en el alcázar. Hasta ese momento, desde finales del siglo XI, el reino taifa sevillano estaba integrado en el imperio almorávide unificado, de origen sahariano, pero la degradación había llegado a tal extremo que triunfó el nuevo movimiento rigorista de los al-muwahhidun, los almohades, los “unitarios” magrebíes.

El califa Abd-al-Mumin centralizó el imperio en Marrakech, tomada ese mismo año. En Isbiliya, los almohades controlaron la economía y el ejército, fuera del alcance de la población. Se aposentaron en el “barrio del Cementerio”, donde crearon un área de poder político, administrativo y militar, que culminaría con la mezquita aljama y su famoso alminar.1

Murallas de Sevilla
www.wikipedia.org
Su sucesor Abu Yacub Yusuf trasladó la capital a Isbiliya en 1172, y en 1175 todo Al Andalus estaba bajo dominio almohade. La ciudad hispalense, que había tenido seis decenios de esplendor en el siglo XI con los abbadíes Al-Mutadid y sobre todo Al-Mutamid, volvió a ser el centro en Al Andalus con los almohades, los cuales, pese a su fama de tiránicos y anticulturales. harían florecer Isbiliya en lo económico, en lo demográfico, en lo cultural, en lo artístico y en lo urbanístico.2

Pero no nos adelantemos.

El año 1147 fue también clave en la historia de la Reconquista y en la historia de la Orden del Temple, que en dicho año recibió del papa Eugenio III el derecho de uso de la cruz roja patada en las capas de los monjes guerreros.

Ruinas del castillo de Calatrava la Vieja
www.patrimoniohistoricoclm.es
Ese mismo año Alfonso VII conquistó Calatrava, la ciudad de fundación omeya del siglo VIII, lugar clave en el valle medio del Guadiana, paso obligado entre Córdoba y Toledo y en las comunicaciones entre el este y el oeste de la Península, y encomendó la plaza, el punto más avanzado del territorio cristiano, a la Orden del Temple. Calatrava fue una de las primeras posesiones templarias en Castilla.

El nombre de Calatrava deriva de Kalat-Rabah, que se podría traducir como “castillo de las gracias” pero también, directamente, como “castillo convento”. Porque un rabat era una fortaleza fronteriza en campo abierto o en la costa, donde un ermitaño tenido por santo vivía rodeado de sus discípulos muyahidins, voluntarios de la yihad, la guerra santa. Un rabat pequeño era un rubayt, rubait o ribat. Y así abundaron en España (y Portugal) las rábidas, rápitas, rábitas y rábetas.3 Hay que hacer un comentario en cuanto a la yihad, que en su faceta exotérica es la guerra santa material, y que en su faceta esotérica es la “Gran Guerra Santa”, interior, espiritual. La referencia es importante porque esta ideología de milicias de monjes guerreros fue lo que inspiró al Temple, y, a partir de ahí, a todas las órdenes españolas, de las que la primera fue la de Calatrava.4

Muerto el rey Alfonso, los musulmanes se empeñaron en recuperar Calatrava. Desde 1147, el enemigo musulmán se había vuelto, de golpe, mucho más peligroso.

Los templarios renunciaron a Calatrava. ¿Por qué? La historia oficial dice que no se veían con capacidad de defenderla.5 El nuevo rey Sancho III convocó un consejo y proclamó que entregaría la plaza a quien la defendiera. Allí estaban Raimundo, abad de Santa María de Fitero, y un monje hidalgo burgalés de la Bureva, famoso soldado del rey, llamado Diego Velásquez. Parece que fue Velásquez quien convenció al abad para que pidiera Calatrava, y Sancho III firmó en 1158 en Almazán la donación perpetua de la villa y fortaleza de Calatrava a la Orden del Císter, representada por Raimundo. Ese mismo año entraron ambos fundadores en Calatrava con 20.000 caballeros. En 1164 el papa Alejandro III aprobó la regla de los caballeros, que adoptaron las constituciones benedictinas del Císter, con hábito blanco y escapulario con la cruz flordelisada negra. Estaban exentos de la jurisdicción de los ordinarios diocesanos y solo el Císter podía ejercer sobre ella derecho de visita.6

Portada de las Definiciones de la Orden
de Calatrava. Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando
Hay quien cree que la renuncia del Temple a defender Calatrava no pudo ser un acto de cobardía y que, más bien, el Temple promovió la fundación de la Orden de Calatrava y abdicó en ella como filial suya. Es significativo que los templarios estuvieran presentes en los actos fundacionales calatravos, que la regla calatrava fuera un calco de la templaria, que la elección de los maestres dependiera de los abades de Morimond, considerada una sucursal del Temple, y que la Orden de Calatrava fuera rica y poderosa desde su fundación. Sabemos que cuando el Temple desapareció, muchos templarios de Castilla ingresaron en la Orden de Calatrava. Y vemos que la portada de las Diffiniciones de la orden, de 1652, incluyó la cruz de San Jorge y la cruz patada del Temple bajo las cruces flordelisadas y las parejas de trabas.7

Por otro lado, precisamente fue también en 1147 cuando tuvo lugar la cruzada de Almería, compuesta por castellanos, aragoneses, navarros y occitanos, apoyados por navíos genoveses y pisanos. Fue la primera conquista cristiana de esta ciudad andaluza. La plaza fue entregada al Temple, que la conservó y la defendió heroicamente diez años contra todo pronóstico. Eso sí concuerda con lo que sabemos de los templarios.8 Almería conserva en su escudo la cruz roja de San Jorge desde entonces.

Detalle del castillo-convento de
Calatrava la Nueva
www.typhis.es
La Sevilla almohade, la nueva Jerusalén, estaba en el horizonte de la cruzada española.



1. Viguera Molins, María Jesús. Los almohades en Sevilla: 1147-1248, dentro de la obra Sevilla almohade (VV.AA), editada por Universidad de Sevilla, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Sevilla, Fundación Tres Culturas y Universidad de Mohammedia
2. Valor Piechotta, Magdalena. Sevilla almohade
3. Marçais, Georges. El arte musulmán, citado por Pavón Maldonado, Basilio. Tratado de Arquitectura hispanomusulmana. Volumen 4. Se recomienda la lectura de la serie de este blog La casa de la Pajería y sus circunstancias, y especialmente los capítulos 1 (Palacio principesco y casa prioral templaria), 13 (Al fin los orígenes, por fin el mar) y 14 (Geometría y devociones).
4. Almazán de Gracia, Ángel. Calatrava la Vieja, el Temple y la Orden de Calatrava (www.soriaymas.com). También Asín Palacios, Miguel, El Islam cristianizado, citado por Heras, Jesús de las en La Orden de Calatrava: Religión, guerra y negocio
5. Rodríguez Campomanes, Pedro. Dissertaciones históricas del orden y caballería de los Templarios
6. Heras, Jesús de las en La Orden de Calatrava: Religión, guerra y negocio. La Cruz de Calatrava se define como flordelisada porque sus extremos terminan como flores de lis, aunque también aparece descrita en algunos textos como floreteada, más llanamente.
7. Se recomienda la lectura del capítulo 8 de la serie La casa de la Pajería y sus circuntancias, titulado Non nobis Domine, qui ut Tu.
8. Alarcón Herrera, Rafael. La huella de los templarios: tradiciones populares del Temple en España


viernes, 13 de junio de 2014

SONETO A LA CANDELARIA

Candelaria te llaman, Candelaria,
que eres candela que enciende el fervor,
fanal y vela, lustre y resplandor,
cirial de Dios, norte, hogar, luminaria,

llama que centellea solitaria,
ardiente lumbre, claridad, fulgor,
modelo de eminencia y esplendor,
luz que nimba, radiante, extraordinaria,

aureola rutilante de prudencia,
brillante antorcha de magnificencia,
ascua sin fin, hoguera hospitalaria,

fuego que da calor junto a la piedra
e ilumina las flores y la hiedra,
lucero en los jardines, …Candelaria.



lunes, 9 de junio de 2014

SONETO A LA VIRGEN DEL ROCÍO DOLOROSA

Traes un frescor de amanecer campero
en marismas de lirios y de encanto,
aunque eres rosa de pasión y llanto
por un beso de Judas traicionero,

y aunque evocas el mayo caminero
—Pentecostés que nos alegra tanto—,
eres prez de piedad del Lunes Santo
mecida con cariño costalero.

Tu camino es dolor, pero es caricia,
y es promesa tu gracia peregrina,
reina de gloria en medio del gentío.

Pastora fiel, primaveral primicia,
el Espíritu Santo te ilumina.
Eres favor de Dios. Eres Rocío.



miércoles, 4 de junio de 2014

SEVILLA SALOMÓNICA (Y 22: LA DUALIDAD Y EL ARCO REAL)

Una de las acepciones de lo salomónico es la decisión que se toma de manera que se equilibra el beneficio de las partes. Así, el culmen del salomonismo es procurar que haya dos partes implicadas en lugar de una sola, creando escenarios de equilibrio. Pues bien, esa es Sevilla. Está en la esencia de esta ciudad la dualidad. Se diría que, de forma automática, a una iniciativa le responde otra que polariza la cuestión. Y muchas calles, plazas, edificios o puentes conservan su nombre antiguo, siendo nombrados indistintamente por uno o por otro, para confusión y perplejidad de los visitantes. Ya hemos visto la calle Luis Montoto, más llamada Oriente.1

¿Nos gusta rivalizar? ¿Nos gusta discutir? ¿Nos gusta provocar la escisión? ¿Acaso nos gusta confundir? Muchos autores se recrean en encontrar estos antagonismos, y ciertamente no es difícil. No tiene sentido que me extienda aquí. Solo me referiré a uno de los primeros ejemplos que están en la mente de todos: los dos clubes de fútbol de la ciudad.

En el cementerio de San Jorge (o “de los ingleses”), junto a las ruinas de San Jerónimo, yace un niño de un año, hijo de Edward Farquharson Johnston, un comerciante escocés, miembro de la naviera MacAndrews, vicecónsul comercial británico en Sevilla y primer presidente del Sevilla, desde 1890.2 MacAndrews y Cía., dirigida por Johnston, tuvo la hegemonía del comercio sevillano con las islas británicas, hasta que se liquidó en 1917 y nuestro hombre se marchó. Una coincidencia (tal vez solo eso): los colores del uniforme del Sevilla, blanco mayoritario con detalles rojos y una banda negra, son los mismos del bausante templario, la bandera de batalla. Y ya sabemos que los templarios se refugiaron en Escocia.

En 1932, en plena República y en pleno auge de la masonería, Enrique Añino, vocal y miembro fundador de la directiva del Sevilla Balompié, diseñó el escudo del nuevo Betis con el triángulo masónico y las trece barras. Tanto el presidente como el diseñador eran masones.3 Influencia escocesa otra vez. Todos sabemos que los colores verde y blanco béticos se inspiraron en un equipo escocés: el Celtic de Glasgow.

La vinculación escocesa de Sevilla y de Andalucía viene de antiguo. Un caballero escocés, Domingo Poro, enarboló el estandarte de Fernando III en la torre de Albelazís.4 Y otro caballero escocés, sir James Douglas, en su camino hacia Tierra Santa para enterrar allí el corazón de Rober Bruce, fue enrolado por Alfonso XI para la cruzada hispana que tenía ya base en Sevilla, y murió en Teba, en la toma de Málaga.5

Detalle del pergamino Kirkwall
En la logia masónica de Kirkwall, en Escocia, está el llamado “pergamino Kirkwall” o también “pergamino secreto” (ya no es tan secreto), lleno de referencias bíblicas y de las Cruzadas, cuya autoría se atribuye, con gran fundamento, a los templarios que llegaron a Escocia. En él, dos querubines guardan el Arca de la Alianza entre las dos columnas del Templo, bajo el Arco Real.6

El Arco Real es la bóveda que cubría el Santo de los Santos, el cubo de la oscuridad que reservaba y preservaba el Arca. Tras la destrucción por Nabucodonosor del primer Templo, Zorobabel construyó el segundo sobre la bóveda que había sobrevivido a la destrucción.

Placas paleocristianas y visigóticas
Museo Arqueológico de Sevilla
¿No es un Arco Real lo que cobija al crismón en tantas placas paleocristianas que aparecieron en las cercanías de Sevilla, y de las que hay interesantes muestras en el Museo Arqueológico? Puede verse un singular ejemplar en la fachada de la casa número 16 de la calle Abades, con la palabra griega que se traduce como “pez” y que es acrónimo del lema que puede traducirse como “Jesús Cristo Dios Hijo Salvador”.

A partir de Constantino, el cristianismo fue la religión oficial del Imperio, pero, sin duda, el proceso de cristianización estuvo significado por el sincretismo. El crismón constantiniano constaba solo de la ji (X) y la ro (P) y los de la Bética incluyen la alfa y la omega, lo cual, en época tan temprana, no parece aún responder al fundamento apocalíptico. Y también hay en algunos casos parejas de delfines enfrentados, símbolo de salvación y de divinidad muy frecuente en los romanos.7 ¿No sería una aplicación sincrética del tetragrama de Jano? Ya sabemos que el culto a Jano estuvo vinculado a los Collegia fabrorum de constructores, transmisores de la tradición corporativa de los obreros del Templo de Salomón.8

Y un par de detalles más, para hacer más sugestivas aún todas estas cuestiones. Uno: no se descarta que algunas placas de las existentes en el Museo Arqueológico de Sevilla llegaran a la Bética como objetos de intercambios con Túnez.9 Dos: en la isla de Yerba (¡o Gelves, como también es llamada!), junto a la costa de Túnez, se cree que se establecieron hebreos fugitivos tras la destrucción del Templo de Salomón por Nabucodonosor.

Los templarios, identificados con los guerreros constructores de Zorobabel, tendrían el Arco Real en sus rituales como cuádruple símbolo de bóveda: del Tabernáculo precursor del Templo, de la propia cámara sobreviviente, de la cabeza humana y del firmamento.10 El Arco Real es, de esta forma, insignia de renacimiento, de resurgimiento, de resistencia, de supervivencia, de superación, de vida futura… Y, por esta razón, fue símbolo importante en la masonería operativa, pasando a serlo después también en la especulativa, donde tiene un carácter emblemático y filosófico de primer orden.

Azulejo. Centro de
interpretación del Mudéjar
Retomemos el tema de la dualidad sevillana. Está en la esencia de esta ciudad ese estilo que se llamó gótico-mudéjar, porque era necesario incorporar albañiles mudéjares (que quiere decir que se les permitió quedarse) para levantar con la mayor rapidez y eficacia posibles las nuevas parroquias, en soluciones de síntesis cultural. El Centro del Mudéjar, en el palacio de los marqueses de la Algaba, muestra detalles salomónicos procedentes de colecciones municipales.

María Stma. de la Candelaria, por la plaza de Jesús
de la Pasión. La Candelaria es una advocación que
tiene sus raíces en el Templo de Salomón
Y está también en la esencia sevillana el estilo regionalista que floreció con el Romanticismo. En el primer tercio del siglo XX, José Espiau y Muñoz adornó con columnas salomónicas el edificio Pedro Roldán, en la plaza de Jesús de la Pasión, y las casas llamadas de Antonio González, frente a la fachada principal de la Catedral, en las que integró la antigua puerta del colegio de San Miguel.

La reedición sevillana del estilo mudéjar utilizó mucho los detalles salomónicos. También fue neomudéjar, en 1901, la estación ferroviaria de Plaza de Armas, que funcionó así hasta 1990, luego formó parte del pabellón de Sevilla de la Expo 92 y hoy alberga un centro comercial. Sus vidrieras laterales tienen como argumento fundamental coloristas sellos de Salomón.11 Y, cerrando el ciclo, el Pabellón Mudéjar de la Plaza de América tiene también sellos de Salomón en el suelo de acceso.

Es el siglo XX, y la misma Sevilla que usa elementos salomónicos como motivos ornamentales es capaz de levantar columnas helicoidales para enmarcar la puerta de la basílica del Gran Poder.

Esta ciudad es peculiar. En Semana Santa hay símbolos salomónicos en los “buenos” y en los “malos”: está el nudo de Salomón en la túnica de José de Arimatea en el paso del Duelo y está el sello de la estrella en los tronos de Caifás.

Cancela de la Escuela Mercantil
de Sevilla
Estamos cerrando esta serie. Volvamos a los inicios, a la Costanilla de San Isidoro.12 El edificio de la casa palacio del número 4 de la calle Luchana, frente a la iglesia gótico-mudéjar dedicada al santo obispo patrón, alberga hoy la Escuela Mercantil de Sevilla. En la cancela de hierro forjado hay varios detalles: un sello de Salomón con los triángulos enfrentados en vertical, lo que parece sugerir, con el paralelismo de las líneas verticales, un símbolo de los solsticios; un lauburo vasco, celta y visigodo; una flor de lis, y una representación del ojo que todo lo ve. Dentro de la escuela, un techo del siglo XVI tiene estrellas octogonales con el sol central.13 Y un azulejo de una Virgen de la Rosa transmite, con su libro abierto, conocimiento y enseñanzas en la iniciación. El rico manto se enmarca entre dos pilares a modo de columnas del Templo de Salomón y dos ángeles levantan el velo (¿de Isis?), que guarda la luz de los secretos.

En la Escuela Mercantil están seguros de que el edificio actual está asentado sobre el templo de Hércules, que lógicamente debió de existir en la Costanilla. ¿Sería este templo el mismo de la calle Mármoles? Habría sido, en este caso, un templo de grandiosas proporciones.

Nuestro entrañable Hércules fundó Spal en la orilla izquierda del río, mientras su amada Astarté se le escabullía en la orilla derecha.14 Precisamente, así quedó establecida la primera gran dualidad, la dualidad fundamental: Sevilla y Triana.

Las columnas de la Alameda de Hércules son uno de los iconos sevillanos. Las vemos incluso en las orlas universitarias, con plantas trepadoras circundándolas y haciéndolas así más salomónicas.15

Emblema de Andalucía en la
Casa de la Alegría de Coria del Río
Hoy, Hércules es personaje central del escudo de Andalucía, seguidor del emblema que Blas Infante colocó en su “Casa de la Alegría”, de Coria del Río (aunque a la entrada de La Puebla del Río), y que resistió allí la guerra y la dictadura.16

Aunque haya quien lo dude, está documentado que Blas Infante ingresó en 1915 en la logia masónica Isis y Osiris y perteneció luego a las logias Redención y Fe y democracia.17

En el emblema, flanqueando al dominador y fundador Hércules y a los leones dominados, están las columnas. Y, coronando y uniendo la dualidad de las columnas, el arco verde, blanco y verde que compone el lema del héroe no es otro que el Arco Real, el verdadero símbolo de la construcción, de la determinación, de la perseverancia y, en definitiva, de la supervivencia de Andalucía.



1. Se recomienda la lectura del capítulo 21 de esta serie, Columnas que señalan al Oriente.
2. Rodríguez López, Manuel. Historia del Sevilla F.C.
3. Carrillo, Emilio. El Betis y Sevilla
4. Ortiz de Zúñiga, Diego. Annales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, metrópoli de Andalucía
5. Olvera, Israel. Teba: el delicado paisaje de la batalla. Sinclair, Andrew. El pergamino perdido de los templarios
6. Sinclair, Andrew. El pergamino perdido de los templarios
7. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos
8. Se recomienda la lectura del capítulo 18 de esta serie, titulado Cofradías.
9. Ruiz Prieto, Enrique. Las placas cerámicas decoradas del Museo Arqueológico de Sevilla (MASE): morfología, iconografía y contextualización (Revista de Claseshistoria, Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales)
10. Ibíd. 6
11. Permítaseme una broma: bajo el actual centro comercial de Plaza de Armas, existe un párking de la empresa “Saba”. Eso sí que es casualidad.
12. Se recomienda la lectura de primer capítulo de esta serie, titulado Etimologías, letanías, columnas y tronos de la sabiduría.
13. Se recomienda la lectura del capítulo anterior de esta serie, Columnas que señalan al Oriente, donde se cita a la logia Luz de Al Andalus, cuyo emblema es la estrella octogonal con el sol central.
14. Se recomienda la lectura del capítulo 14 de esta serie, …Para ver el resplandor trascendental en el Apocalipsis…
15. Se recomienda la lectura del capítulo 10 de esta serie, ¿Clasicismo salomónico o salomonismo clásico?
16. Se recomienda también para este punto la lectura del capítulo 21 de esta serie, Columnas que señalan al Oriente.
17. Alvarez Rey, Leandro. Aproximación a un mito: masonería y política en la Sevilla del siglo XX