(...)
Y, sobre los
respiraderos de la Esperanza de Triana, la miniatura de esta hermandad de la
calle Pureza no puede ser otra que la Purísima, entre apóstoles, ángeles,
serpientes marinas, conchas, dragones, anclas, salvavidas y un Neptuno niño
sobre un ancla.
(...)
(...)
Paso de Nuestra Señora de la Esperanza |
Pero no hay ningún paso de palio que lleve más flores que el
de la Esperanza de Triana, en el que llaman nuestra atención las diez jarras
que ocupan totalmente ambos costeros, con el fanal más alto en cada entrevaral
central, y los cuatro valientes y frondosos estallidos florales que sobresalen
de las cuatro esquinas del paso. Con la Esperanza trianera vemos la exuberancia
de la Naturaleza y del Paraíso, ni más ni menos.
(...)
Buscando los ojos de la Virgen, hemos conseguido situarnos
delante del paso de palio de la Esperanza de Triana. Y allí los hemos
encontrado, inmensos y profundos, llenos de magnetismo, en la guapura y el
garbo de la Señora trianera, en el tronío y el empaque de la Reina victoriosa
sobre los monstruos marinos. Allí hemos comprobado, felizmente, que Ella los
ha vuelto a nosotros, misericordiosamente, mientras caen por sus mejillas
cinco lágrimas. Allí hemos hallado esos ojos que parecen reflejar la luz de la
candelería, pero que en realidad son soles de primavera, fuentes de ríos de
luz.
Porque lo
trascendente es más verdad que lo que es simplemente real.
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