miércoles, 12 de septiembre de 2018

MARÍA DOLOROSA: LA DULZURA DE UN NOMBRE Y LA AMARGURA DE UN CAMINO

María Santísima del Dulce Nombre
 y san Juan Evangelista
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Sevilla es única. La dulzura y el amargor son aquí compatibles. Porque, si el Evangelista acompaña a la Virgen que, como Noemí, quiso tener nombre de Amargura, también asiste a la que luce su Dulce Nombre. Después de todo, el camino de la Pasión ya empezó con la comparecencia de Jesús ante Anás.
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Pero (...) la Dolorosa en Sevilla está en pie, firme, y su fortaleza hace que exprese su dolor (...) con dulzura, (...) sin teatralidad, sin aspavientos…, sin derrumbarse, sin desplomarse, sin excesivo dramatismo, sin el pasmo del evangelio apócrifo.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 72-73, y 133.

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