miércoles, 21 de agosto de 2013

SONETO AL GRAN PODER

Sentimos que te acercas. Se adivina
tu andar seguro y largo entre el gentío.
Tu aplomo nos produce escalofrío
apenas tu perfil dobla la esquina.

Y vemos tu sufrir –¡ay, esa espina!–,
tu resistencia, tu dolor judío,
tu determinación, tu gran vacío...
y nos remueve el alma tu doctrina.

El momento es solemne y es intenso,
trascendiendo las sombras y el incienso,
cuando aparece tu imponente Ser.

Estás aquí, otro año te tenemos.
¡Callad, adoradores, adoremos
al Señor Redentor del Gran Poder!

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