miércoles, 12 de marzo de 2014

SEVILLA SALOMÓNICA (10: ¿CLASICISMO SALOMÓNICO O SALOMONISMO CLÁSICO?)

En el siglo XVI estábamos en el Renacimiento. El proceso de asimilación del clasicismo humanista renacentista, que se había originado con el emperador Carlos, culminó con Felipe II.

Lápida de la columna de la estatua de Hercules
en la Alameda haciendo referencia a Felipe II
y al conde de Barajas
Esta filosofía clasicista inspiró la creación de la Alameda de Hércules. En 1574, sobre el espacio de la laguna de la Feria desecada, el primer conde de Barajas, Francisco Zapata y Cisneros, asistente de la ciudad, caballero y comendador en Guadalcanal de la Orden de Santiago, e importante hombre de estado al servicio de Felipe II, dirigió la realización del que sería el más antiguo jardín público de España y de Europa.

En el extremo interior de la nueva Alameda, Zapata hizo colocar dos columnas procedentes del templo romano dedicado a Hércules cuyos restos, de su fachada principal, habían resistido el paso y el peso de los siglos dentro de una casa de la calle que se llamó del Mármol y hoy se llama Mármoles.1

Alameda de Hercules, con las
columnas romanas y las estatuas
de Hércules y Julio César
Luego, Asensio de Maeda puso los capiteles corintios y se colocaron las estatuas labradas por Diego de Pesquera.

Se trataba de dar cuerpo a las dos columnas que el fenicio Melkart había traspasado y superado, ganando un más allá, un plus ultra; se trataba de construir la pareja columnaria sevillana físicamente real, no virtual, como homenaje tangible al fundador que “edificó” la ciudad y al dictador romano que la “cercó de muros y torres altas”; pero se trataba también de crear un distilo que fuera pórtico del nuevo paseo, evocando las dos columnas del templo de Tiro que Salomón hizo suyas o, mejor dicho, de Dios.2

Lamentablemente, hoy las venerables columnas de la Alameda son demasiado “tangibles”, expuestas a todo tipo de accidentes y gamberradas.

Volvamos a los tiempos de Felipe II. Porque fue el espíritu clasicista del humanismo jesuita el que inspiró el diseño de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, en la calle de la Compañía, hoy Laraña.3 La Casa Profesa de Sevilla fue uno de los principales edificios de la institución en Andalucía. La iglesia, de uso interno de los miembros de la Compañía, que fue finalizada por el cordobés Hernán Ruiz el Joven y consagrada en 1579, trasmite reposo y austeridad.

Portada de la iglesia
de la Anunciación
La portada, con el pórtico que sostienen sus dos poderosas columnas jónicas, es un ejemplo de clasicismo no exento de salomonismo, que refleja los dibujos del Manuscrito de Arquitectura de Hernán Ruiz, con influencias de Vitruvio y Durero.4

En el Manuscrito está presente el influjo del templo circular de Jerusalén, el templo que había sido Mezquita de la Roca, sobre el solar del destruido Templo de Salomón, y que fue cristianizado por los caballeros templarios.5 La Roca era un punto telúrico venerado por todos. Allí fue donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a Isaac. Allí fue donde Jacob vio la escalera del cielo. Y allí fue donde Mahoma ascendió a las alturas celestes montado en una burra y acompañado del arcángel Gabriel. Entre los años 687 y 691, el califa Albd al-Malik construyó la Mezquita, que luego fue cristianizada por los caballeros templarios, a los que Balduino II había concedido como sede la Mezquita de Al-Aksa, en el lado sur de la explanada.

Cúpula de la iglesia de la Anunciación
En la Edad Media se identificó el templo de la Roca como el propio Templo de Salomón, y a raíz de ello se edificaron, como referencias salomónicas, numerosos templos circulares, entre los que es paradigmática la sede del Temple en la portuguesa Tomar.6 Ese influjo está presente en la cúpula semiesférica de la Anunciación, sorprendente para la época, con casetones y sobre columnas toscanas de gran monumentalidad, cuya linterna hubo que reconstruir tras el terremoto de 1755.7

Retablo de la iglesia de la Anunciación
El retablo mayor de la Anunciación es uno de los mejores retablos pictóricos de la ciudad. El lienzo central, de Juan de Roelas, que muchos estudios describen como una Sagrada familia, es en realidad un cuadro de la Circuncisión de Cristo.

Porque la Circuncisión del Salvador, que se llevó a cabo seguramente en el ámbito familiar,8 como paso previo a la Presentación en el Templo, se simboliza también con el círculo. Y este círculo es el continente del emblema de los jesuitas.

Ya en el siglo XVIII, tras la expulsión de los jesuitas, el templo sería universitario por decisión de Olavide. Hoy la Anunciación es la sede de la hermandad del Valle. Y la cripta es Panteón de Sevillanos Ilustres.

Respecto a ese genio cordobés que fue Hernán Ruiz, maestro mayor de la Catedral, que firmó el cuerpo de campanas de la Giralda, es bueno recordar que fue uno de los artífices de la transformación parcial de la Mezquita cordobesa en Catedral. Una curiosidad a propósito: cuenta un texto árabe que Salomón, en su paso por Córdoba, ante la hondonada que había donde hoy está la Mezquita Catedral, dijo a los genios que le acompañaban: “Rellenad y nivelad este lugar pues aquí se alzará un templo en el que se rendirá culto al Altísimo”. Luego vendría el templo romano dedicado a Jano, luego el templo visigodo, luego la mezquita, y luego la catedral cristiana.

Respetemos el sincretismo.



1. Ortiz de Zúñiga, Diego. Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla
2. La lápida de la Puerta de Jerez proclama la fundación de la ciudad por Hércules y la construcción de la romana por Julio César. Se recomienda la lectura de la primera entrada de la serie Sevilla salomónica y de la entrada Sevilla, nueva Jerusalén de este blog. Anecdóticamente, se puede decir que las dos columnas de la Alameda fueron salomónicas durante el tiempo que estuvieron sin las estatuas que esculpió Diego de Pesquera.
3. Morales, Alfredo J. La arquitectura jesuítica en Andalucía. Estado de la cuestión
4. Nacascués Palacio, Pedro de. El Manuscrito de Arquitectura de Hernán Ruiz el Joven
5. Ibid. 4
6. Ampliato Briones, Antonio Luis. El proyecto renacentista en el tratado de arquitectura de Hernán Ruiz
7. Ibid. 3
8. San Luchas 2, 21


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