domingo, 21 de abril de 2019

DOMINGO DE RESURRECCIÓN, DE FE EN EL TRIUNFO DEL BIEN

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¿Qué buscaba Sevilla al concebir el paso de palio para la Virgen en Semana Santa?, ¿qué buscaba con el paso de palio?, ¿qué buscaba en el paso de palio? ¿Y qué ha ido buscando a lo largo de la Historia? Esta búsqueda, en la que ha habido manifestaciones de valor y de fe, pero también incomprensiones y errores, es amorosa y respetuosa, caballeresca y tenaz, plena de esperanza en la resurrección, en la recuperación del Paraíso perdido, en el advenimiento de la Jerusalén Celestial. Diríamos que es una búsqueda confiada en el triunfo definitivo del bien tras los milenios.
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La sombra de Nuestro Padre Jesús
resucitado, tras el paso de
María Santísima de la Aurora
Y sin embargo es precisamente con el advenimiento del Domingo de Resurrección cuando com­pletamos la percepción trascendental del mensaje que el Santo Corazón de la Dolorosa sevillana nos ha dejado.
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Paraíso y Naturaleza. Naturaleza y Paraíso. Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba.
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La Semana Santa es, por tanto, el momento de la Fe (...). Es la fe en la Resurrección del Mesías, que es fe en la resurrección propia; es el momento del año en el que nuestra fe nos lleva a creer en la eterna cosmogonía que vence siempre al caos.
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Aunque, solo si hemos sido capaces de limpiarnos, de hacernos nuevos en la noche oscura del alma, fieles a los principios, a la pregunta y a la búsqueda, habremos podido resucitar en primavera, bendecidos por el Grial, por el Santo Grial que Sevilla encontró.

Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 21, 195, 216, 249 y 271.

sábado, 20 de abril de 2019

SÁBADO SANTO EN SOLEDAD

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La noche oscura de la Virgen tiene su más palmaria expresión en la Soledad, a partir del desmayo de María al pie de la cruz. (...) Según san Buenaventura, «las hermanas de Nuestra Señora le pusieron un velo, como viuda, cubriendo casi todo su rostro».
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Paso de  María Santísima
de la Soledad
En esta noche oscura, en esta vivencia de la Virgen entre la sepultura y la Resurrección, se basó el ejercicio piadoso servita de la hora de la Soledad. María, en su entrega absoluta y perfecta a la voluntad de Dios, en una Soledad fructífera que es fuente de vida, permaneció en interna contemplación mientras aguardaba la Resurrección. (...) La Virgen soportó su noche oscura, la culminación del camino del dolor, en Soledad, aunque estuviera acompañada por los discípulos del Hijo. Porque la Soledad de la Virgen es interior.
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En el tránsito del siglo XVI al XVII se impuso definitivamente la iconografía de la Dolorosa vestida con telas reales, vinculada a la devoción a la Virgen de la Soledad. La reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, tenía en su oratorio un cuadro de la Virgen de la Soledad —devoción tra­dicional de la casa real francesa— orante al pie de la cruz. Se cuenta que los mínimos de Nuestra Señora de la Victoria de la Puerta del Sol de Madrid le pidieron permiso para encargar una escultura «vestidera», y la reina regaló la imagen al convento. La Virgen de la Soledad fue vestida con ropas de luto regaladas por la condesa viuda de Ureña, camarera mayor de la soberana. Y así nació con la Soledad una nueva tipología de Dolorosa, de inspiración francesa pero específicamente española, con saya blanca y manto negro.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 78, 79 y 154-155.



viernes, 19 de abril de 2019

PATROCINIO DEL VIERNES SANTO

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A propósito del mito del Ave Fénix, no puedo dejar de citar un detalle curioso, que adquiere en virtud de este simbolismo un significado especial: la Virgen del Patrocinio, que sigue al Cachorro en su Expiración, lleva en su interior las cenizas de la imagen anterior, que se quemó accidentalmente.
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Paso de Nuestra Madre
y Señora del Patrocinio
La belleza del bordado sevillano está en la gravidez de las maravillosas bambalinas del Patrocinio, en cuyas caídas se nota el peso del áureo metal, entre flecos que son lágrimas y colgantes que son galletas a borbotones, para enmarcar un palio heráldico en el que el águila bicéfala parece ser, no solo icono de la unión de dos entidades, sino también añoranza de Imperio. La advocación del Patrocinio, gloriosa en origen, proviene de una petición del rey Felipe IV, que tuvo la respuesta favorable del papa Alejandro VII. Así lo proclama la insignia conocida por el primer nombre de su lema: «MEDIATRIX». Por todo ello se titula Nuestra Madre y Señora del Patrocinio en su Dolor y Gloria la Virgen que va tras el Cristo de la Expiración, el Cachorro de Triana.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 104 y 143.


MADRUGADA DEL PASMO INMACULADO

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Hay que ir al evangelio apócrifo de Nicodemo, los Hechos de Pilatos (Acta Pilati), y más concretamente a la versión tardomedieval del original, según las investigaciones del teólogo e investigador bíblico alemán Constantin von Tischendorf, del siglo XIX, que redactó la llamada «recensión B» del citado texto apócrifo, en la que se nos cuentan episodios como (...) el encuentro de la Madre con el Hijo. Menos mal que tenemos este evangelio apócrifo, porque, si no, no se habrían establecido los hitos en la Vía Dolorosa de Jerusalén, no se habría generado la devoción del Viacrucis, y quién sabe si tendríamos o no tendríamos la Semana Santa en Sevilla como la tenemos.
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María Santísima de la Concepción
Según esta recensión B del evangelio de Nicodemo, el joven discípulo Juan, que habría visto a Jesús salir del pretorio hacia el Calvario «llevando sobre sus hombros un pesadísimo madero», corrió a avisar a María, que no sabía nada. La Virgen preguntó a Juan cuál de los tres reos era Jesús, y Juan se lo señaló: «El de la corona de espinas».
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El pasmo de la Virgen María se entendió perfectamente por el humanismo renacentista, como un lógico y natural ataque de histeria. Después de todo, María era humana.
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El Concilio de Trento había promovido la inclusión de san Juan acompañando a la Madre, pero proscribió la advocación del Pasmo, porque quería que prevaleciera la idea de la entereza de María, Mater inviolata. Y esto fue determinante para la iconografía cofrade sevillana. Cabe deducir que, al crecer de tamaño el paso, se pudo integrar en él la figura de san Juan Evangelista, imprescindible para la representación de la secuencia de la Calle de la Amargura.
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Cristo va delante, en su paso, cargando con la cruz, y la Virgen María, su madre, va detrás, con san Juan Evangelista, llena de intenso dolor y honda amargura, a duras penas recuperada del pasmo. (...) Así lo sentimos al comenzar la madrugada del Viernes Santo, con el Nazareno del Silencio y la Virgen de la Concepción, que lleva el pasmo retratado en su cara (...).
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 67 a 72.


jueves, 18 de abril de 2019

JUEVES SANTO DE LÁGRIMAS

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En nuestra cultura cristiana no podemos concebir la corredención de María sin sus lágrimas, aunque no digan nada de ello los Evangelios en relación con la Pasión. Para el cristiano, el llanto de la Virgen es el vínculo que conecta a María con el Cristo doliente. Y para el cofrade, la Dolorosa en el paso de palio es la mejor figura de la corredención.
El llanto es el recurso natural para canalizar la catarsis, para superar las descargas emotivas. (...) Pero también hay una enseñanza en la tragedia clásica, que alecciona sobre los valores de la aceptación de las pérdidas, y esa vía sí es coherente con la Semana Santa. La catarsis, así entendida, es como un camino de purificación, como un viaje iniciático, como una peregrinación —acordémonos otra vez del Camino de Santiago—, como la travesía del desierto, como la soledad de la noche oscura, como la búsqueda del Santo Grial.
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Nuestra Señora de las Lágrimas
Hay también un sentido cósmico en las lágrimas de la Virgen. Las lágrimas son riego. Tendemos a pensar que la lluvia son lágrimas del Cielo. Por algo es necesaria la lluvia, aun en primavera, mal que nos pese a los cofrades si viene a coincidir con la Semana Santa. Pero es que las lágrimas son el riego para las semillas de nuestra vida, necesarias, por lo tanto, para que de lo negativo se extraiga lo positivo. Digámoslo claramente: las lágrimas de la primavera son el riego necesario para que el sacrificio sea fructífero. En pueblos de la Antigüedad, las lágrimas de las divinidades femeninas eran necesarias para la resurrección de los dioses masculinos sacrificados. Efectivamente, en la mística agraria prehistórica reside una raíz fundamental del optimismo soteriológico, sobre la idea de que el muerto, como la semilla, puede esperar así la resurrección. Se entendía lo sagrado en clave agrícola y lo agrícola en clave sagrada.
Si para toda cultura agrícola la mujer es encarnación de la vida, para Sevilla esta simbología es reforzada, en su dimensión cristiana, por la Virgen María. El pueblo sevillano ha visto en la Dolorosa que llora las claves más optimistas de una religiosidad cuyo núcleo —o uno de sus núcleos, al menos— está en la secuencia agrícola de la siembra, el riego y la recolección.
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Así, espiritual, es el llanto desconsolado de Nuestra Señora de las Lágrimas, con auténticos lagrimones (...).
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 223, 224 y 227.



miércoles, 17 de abril de 2019

MIÉRCOLES SANTO DE LA MADRE DE DIOS

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En el Concilio de Éfeso, en 431, María fue proclamada oficialmente Madre de Dios (Theotokos). Era el tercer concilio de la Iglesia. Los dos anteriores habían fijado el Credo. Además, el primero, el concilio de Nicea promovido por Constantino en 325, había determinado qué evangelios debían ser canónicos y cuáles no.
Pasos del Santísimo Cristo de Burgos
y de Madre de Dios de la Palma
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Y hay una Dolorosa sevillana que se titula directamente Madre de Dios, y que sigue al Cristo de Burgos desde que se le construyera su paso de palio: Madre de Dios de la Palma.
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Madre de Dios de la Palma se distingue por llevar la Medalla de Oro de la Ciudad de Burgos, por homenaje burgalés a la hermandad sevillana que tiene como titular al Cristo cuya advocación rememora la vieja capital castellana. Es Castilla en Sevilla. Y es lógico, porque así fue la conquista de nuestra ciudad por el rey de Castilla y León, Fernando III, el santo patrón sevillano que había sido armado caballero en Las Huelgas de Burgos en 1219.
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A veces —lo sabemos— la Virgen guarda en sus retinas al Hijo crucificado, porque en otro tiempo lo acompañaba en el propio paso de Cristo: (...) así es la mirada grande, cálida y emocionada, de Madre de Dios de la Palma, que nos regala cuatro lágrimas.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 188, 188, 192, y 225.


martes, 16 de abril de 2019

MARTES SANTO DE GRACIA Y AMPARO

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Y nada le impide a esta ciudad concebir incluso un Calvario en dos pasos, como ocurre en los Javieres, con el Santísimo Cristo de las Almas en el primer paso y la Madre de Gracia y Amparo, con el discípulo amado, en el segundo.
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Pasos del Santísimo Cristo de las Almas
y de María Santísima de Gracia y Amparo
San Efrén compuso en el año 333 un listado en verso de títulos otorgados por los cristianos a la Virgen, a la que se dirigía como «Señora Nuestra Santísima, Madre de Dios, llena de gracia».
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Vemos la convexidad del manto, pero sentimos su concavidad, que es extensión del corazón de la Virgen. La referencia tiene respaldo etimológico, porque la voz «misericordia» deriva del latín y viene a significar la capacidad del propio corazón de compadecerse de los demás. La condición protectora del manto de la Virgen se destaca litúrgicamente por el himno gregoriano Sub tuum praesidium (...). Los coptos, así, habrían sido los primeros: «Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita! Amén». Luego vendrían los dogmas.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 73, 186 y 197-198.


lunes, 15 de abril de 2019

LUNES SANTO DE AGUAS ESENCIALES

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Toda cueva es concavidad y toda concavidad viene a ser como una cueva. Cóncavo era el Mar de Bronce del Templo de Salomón, imagen de un mar de gracias y virtudes, figuración de las aguas primordiales. La Iglesia vio en María un reflejo del Mar de Bronce, como ha visto siempre en Ella las aguas esenciales, amnióticas. Quizá por esto existe, más allá del fundamento vinculado a san Fernando y a la conquista de la ciudad, la advocación a la Virgen de las Aguas.
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María Santísima de las Aguas
Las palabras de san Gabriel son una actuali­zación del «Fiat lux» («Hágase la luz»), una renovación de la cosmogonía, de la Creación, porque la Encarnación de Cristo en el seno de la Virgen María tiene la connota­ción de un acto de Creación, con el Espíritu cubriendo a María de igual modo que el viento de Dios había aleteado sobre las aguas.
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El tocado de tul, inspirado en la imaginería castellana del Renacimiento y en el arte barroco de Velázquez y Murillo, lo vemos envolviendo como un velo, sobre el manto, la cabeza, los hombros y las mangas de Nuestra Señora de las Aguas, en una expresión tan rotunda de dolor y de misticismo que no necesita puñal, y en una plasmación tan fina de sevillanismo que no precisa de toca ni de bordados en el manto.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 29, 65 y 190.



domingo, 14 de abril de 2019

DOMINGO DE RAMOS, DE GRACIA Y ESPERANZA

Paso de Nuestra Señora de
Gracia y Esperanza
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En todo caso el Santo Grial, más que un objeto, es un símbolo del Axis mundi, el eje vertical hacia el Cielo, como lo es el propio Templo de Salomón. Y la piedra es la materialidad de ese símbolo, considerado como puerta solar por la que descendía el Espíritu Santo, como fuente de nutrición, como objeto sanador, como palabra perdida y como camino necesario para conocer la voluntad de Dios. Por ello, el reino del Grial era semillero de reyes. Y este eje, que es el eje de la escalera del Cielo, presenta los movimientos ascendente y descendente, que también están en el Apocalipsis («Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder en seguida» (Apocalipsis 4:1)). Son los dos movimientos que nos muestra la Virgen de Gracia y Esperanza, Porta Caeli, eje cofrade de Sevilla. Porque, efectivamente, la Gracia es el don que desciende del Cielo a la Tierra, mientras que la Esperanza es el bien que desde la Tierra asciende al Cielo, donde está Ella.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, p. 101.



sábado, 13 de abril de 2019

SÁBADO DE PASIÓN, SÁBADO DE DOLORES

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María Santísima de los Dolores,
de Torreblanca
Pensar en el Corazón de la Virgen es pensar en los dolores de su alma. La devoción a la Virgen de los Dolores, la Mater dolorosa, había sido establecida a finales del siglo XI y había tenido una gran propagación, introduciéndose en la liturgia como el Officium Parvum de Septem Doloribus B.V.M. gracias a los franciscanos, a los dominicos y sobre todo a los servitas florentinos, promovida por estos últimos como devoción principal desde 1239, como un Rosario. (...) La iconografía de los Siete Dolores entró en la Semana Santa de Sevilla con una pintura —inspirada, cómo no, en san Lucas— que había pertenecido a la duquesa de Borgoña, madre de Felipe I el Hermoso, y que Felipe II donó en 1570 a la hermandad, por él instituida, de los Dolores de la Soberana de los Ángeles. Con la devoción a los Siete Dolores se introdujo la costumbre de colocar sobre el pecho de la Virgen un corazón atravesado por siete espadas, o por una espada como compendio de todas.
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Sin duda, el puñal es un símbolo, un concepto, pero no nos debe impedir «ver» el concepto principal de la Virgen: su corazón, que no es, naturalmente, visible con los ojos del cuerpo, pero que es el gran protagonista, porque, si la Virgen en su paso de palio es para sus cofrades el centro del mundo, el corazón de María es el centro del centro.
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Hay que saber adivinar el alma en el corazón de la Virgen, más allá de la «apariencia» de madera del candelero y de los encajes que le adornan el busto.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp.193-194, 195 y 196.



viernes, 12 de abril de 2019

VIERNES DE DOLORES, VIERNES DE AMOR

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El amor cortés era, claramente, un amor humano, diferenciado del amor místico profesado a la Virgen, pero compartía con este un tronco común platónico. San Bernardo distinguía claramente lo cortés de lo místico, y, de hecho, no le gustaba el amor cortesano. Pero la deriva fue inevitable, porque el amor a la Virgen, que feminizaba lo divino, se sentía como un espejo del amor cortés, que divinizaba lo femenino. Se asumía como adecuado aplicar a la Virgen el concepto del eterno femenino, agradable, dulce, atractivo e incluso deleitoso. Se veía a María idealizada en un amor imperecedero, transmutándose así la atracción humana en devoción mariana, de índole superior aunque con claves sensoriales.
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Paso de María Santísima del Amor
La hiperdulía devenía así enamorada, embelesada. Se había abierto la puerta a un amor cortés platónico, idealizado, sublimado, específicamente dedicado a la Virgen María. Lo sensorial fue aceptado como vehículo de religión, llegando a admitirse en el culto a la Virgen María una cierta y moderada sensualidad, porque María, como era un ideal inalcanzable, podía ser venerada —como de hecho lo fue y aun lo es— con oraciones apasionadas y románticas meditaciones, impidiendo su perfección que el placer experimentado en el acercamiento a Ella fuera pecaminoso.
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El rojo es el color de la Encarnación y del Amor Hermoso y es por ello el tono de la evolución espiritual. Para san Isidoro hay concordancia entre el color y el calor, y así, al ser el rojo la coloración más saturada, es para este santo hispalense el tono del fuego y del Sol. Todo tiene sentido.
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Del libro de Antonio Hernández Lázaro El paso de palio: la búsqueda, Editorial Almuzara, 2018, pp. 152, 153 y 206.