A medida que se acercaban las últimas décadas del siglo XV, se preveía la inminencia de la culminación de la
Reconquista, y las órdenes veían aproximarse lo que para ellas tenía que ser,
con toda seguridad, un punto crucial. Ya no habría que gestionar una guerra,
sino una paz. La caballería española se había generado y desarrollado en un
escenario bélico. Una vez desaparecido este, ¿qué pasaría con las órdenes?,
¿qué sería de los principios de la caballería, sus inspiradores? No olvidemos
que estos ideales caballerescos, vinculados a la idea de guerra santa, nacieron
en el escenario de las Cruzadas y tomaron cuerpo en la Orden de los Pobres
Compañeros de Cristo, la Orden del Temple, extendiéndose luego a otras órdenes
internacionales, como el Hospital de San Juan de Jerusalén (luego Orden de
Malta), e inspirando también la gestación de las órdenes peninsulares,
motivadas específicamente por la cruzada hispana que fue la Reconquista. Y no
olvidemos tampoco que el ciclo templario tuvo un recorrido, entre los siglos
XII y XIV, que se correspondió –como no podía ser de otra forma– con las
circunstancias de tiempo y de lugar en que el Temple fue necesario. Así pues,
¿cuál sería el futuro de las órdenes, si ya no serían necesarias?
Desde luego, los caballeros
españoles no tuvieron el mismo trágico fin de los templarios. Y desde luego, una
de las razones de su pervivencia fue el hecho de que ya estaban controladas por los reyes. Entonces, ¿qué había sido de
sus principios caballerescos?
Portada de la primera edición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, dirigida expresamente al duque de Béjar |
Caeríamos en un error si creyéramos
que el alma de la caballería medieval murió con la Edad Media, y erraríamos aún
más si hiciéramos una lectura superficial del Quijote y entendiéramos tal forma de sentir y de ser como algo
trasnochado, ridículo, como algo que es mejor quemar para evitar caer en la
chaladura. En realidad, los principios de la caballería han seguido presentes
en la Historia. En los momentos finales de las órdenes, desvirtuada en gran
medida la impronta monástica, se dieron, sin embargo, virtuosos ejemplos de
espíritu caballeresco en las personas de probos caballeros inspirados por los
ideales del valor, la verdad, la defensa, la fe, la humildad, la justicia, la
generosidad, la templanza, la lealtad, la nobleza…1
Haciendo solo lo que sentían que
debían hacer, estos últimos caballeros medievales hicieron Historia. Sin duda, la
nueva edad tomó cuerpo merced a fuertes y diversas influencias, de tipo
filosófico y tecnológico, que generaron una nueva actitud y una nueva aptitud
en el hombre europeo. Pero ahí están también las improntas de estos últimos
caballeros para llegar a este lugar, que hoy, con perspectiva, identificamos claramente
como el Renacimiento. No nos debe extrañar. ¿Acaso no fue Dante Alighieri su
precursor?
Glorieta de Dante Alighieri en el Parque de María Luisa, erigida por la Asociación Dante Alighieri |
Dante fue miembro importante de la Fede Santa, una organización terciaria
templaria, obligada a la clandestinidad tras la suspensión del Temple. De ella
surgieros los Fedeli d’amore, el
núcleo duro de una nueva corriente literaria, el dolce stil nuovo. Allí estuvo Dante y allí estuvieron sus más
fieles seguidores, Petrarca y Boccaccio.2 Se promovía la escritura en
verso, a la que aun hoy somos tan dados los sevillanos.3 Se ponderó el cuore gentile, el corazón purificado. Se
humanizó el culto a la Virgen María, con las Madonnas, representativas del intelecto activo, de la propia
Sabiduría divina, del vínculo del hombre con Dios… Dante celebró el amor que
mueve el sol y las estrellas,4 lo que para Aristóteles había sido el primer
motor inmóvil de todas las cosas, perfectamente bello, indivisible, que solo se
contempla a sí mismo en una contemplación perfecta.5
Ilustración de la Biblia de Alba: José interpreta los sueños del faraón en Egipto (figura de Josep con su noquete labrado a escaques) www.es.wikipedia.org |
Volvamos a España y a las últimas
fases del Medievo. Luis González de Guzmán fue maestre electo de Calatrava por
merced concedida a su padre, gobernando desde 1414 hasta su muerte en 1443. Fue
vasallo de Juan II, sirviendo en las guerras contra Granada y contra los
infantes de Aragón, por lo que fue recompensado con el señorío de Andújar. Promovió
la traducción al romance de la Biblia hebrea, directamente, soslayando la
Vulgata; encargó el proyecto al rabino de Maqueda, Mosé Arragel de Guadalfaraja,
y pidió a varios amigos religiosos católicos que le asesoraran. En 1433 estaba
concluida la Biblia miniada gótico-sefardí, pero es posible que no llegara
nunca a estar en poder del maestre. El manuscrito perteneció a Enrique IV y a
Isabel la Católica, siendo luego confiscado por la Inquisición. En el siglo
XVI, el inquisidor Andrés Pacheco lo confió a la Casa de Alba, heredera del
Conde Duque de Olivares. Esta joya histórica, llamada “Biblia de Arragel” y
“Biblia de Alba”, está en Madrid, en el palacio de Liria.6
Portada de la colegiata de Osuna |
Son los últimos momentos de
caballeros relativamente independientes. Los últimos maestres calatravos fueron
el citado Rodrigo Téllez Girón y, desde 1482, García López de Padilla.10 En
cuanto a la Orden de Alcántara, el último fue Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo del
influyente II duque de Béjar, que llegó a la dignidad maestral por bula del
papa Sixto IV en 1473.11
La idea de incorporar los
maestrazgos a la corona había ido madurando en el pensamiento de los Reyes
Católicos, sobre todo en el de Isabel, quien, una vez cumplida la misión
granadina, resolvió dar los pasos necesarios. En 1487, Fernando el Católico fue
elegido maestre de Calatrava por bula de Inocencio VIII. El mismo papa concedió
a Isabel los maestrazgos de Santiago y Alcántara, si bien para esta última
orden hubo que negociar con Juan de Zúñiga, que había colaborado en la
conquista de Granada.12
Lámina de Antonio de Nebrija impartiendo una clase de gramática en presencia de Juan de Zúñiga y Pimentel. Introducciones Latinae (Biblioteca Nacional) www.es.wikipedia.org |
En compensación, Zúñiga obtuvo la
comarca de la Serena, en Badajoz, incluido el castillo de Castilnovo, y una
importante renta. En 1494, firmadas las capitulaciones, se retiró a Villanueva de Magacela, también llamada de los Freyres (hoy de la Serena), la más importante encomienda de la orden, donde fundó un
monasterio para dedicarse al estudio, dirigido nada menos que por Antonio de
Nebrija. Los reyes le ofrecieron, a trueque, la sede episcopal de Sevilla.
Zúñiga aceptó en 1502 y al año siguiente fue nombrado arzobispo y luego
cardenal y primado de España. Entró en Sevilla en 1504, pero ese mismo año
murió.13
Desde Isabel y Fernando, todos los
reyes de España son maestres de las órdenes militares. A finales de la Edad
Media, los bienes de Calatrava se limitaban a las posesiones en la capital
sevillana y a otras en Arcos, Huelva, Niebla, Trigueros y Gibraleón. Y la Orden
de Alcántara se había replegado en Extremadura, reducida a la mitad de lo que
había sido.14
Ya en el siglo XVI fue camarero del
emperador Carlos otro Juan Téllez-Girón, llamado “el Santo”, IV conde de Ureña,
alcalde y gran mecenas, que haría de Osuna el destacado conjunto monumental
renacentista que conocemos, fundando el Colegio-Universidad de la Purísima
Concepción, la conocida universidad de Osuna, ejemplo de arquitectura civil
dedicada a la enseñanza, cuyas titulaciones se equiparaban a las de Alcalá de
Henares, Bolonia o Salamanca, y que contó ya con un sistema de becas y un
hospicio.
1. Llull, Ramon. Libro del Orden de Caballería
2. VV.AA. Codex Templi, capítulo XIV: Zorrilla
Hierro, Mauro. Dante Alighieri y la
filiación templaria de la Fede Santa
3. Guénon, René. Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada
4. Guénon, René. Esoterismo cristiano. Del mismo autor, El esoterismo de Dante. “Aquel que mueve
el sol y las estrellas”, último verso de La
Divina Comedia
5. Aristóteles. Metafísica, citado por Guénon, René. El esoterismo de Dante
6. Ladero Quesada, Miguel Ángel. Capilla, joyas y armas, tapices y libros de
Enrique IV de Castilla.
7. Se recomienda la lectura del
capítulo anterior de esta misma serie, también en relación con el párrafo
anterior.
8. Whinnon, Keith. Introducción a
la obra de San Pedro, Diego de, Pasión
trovada. Poesías menores. Desprecio de la fortuna. Obras completas, III. Morón
de Castro, M.F. La iglesia de San Miguel.
Cinco siglos en la historia de Morón de la Frontera (XIV-XVIII). Artículo
de la misma autora: Las empresas
artísticas de los condes de Ureña (www.dialnet.unirioja.es)
9. Se recomienda la lectura de los
capítulos 5 y 6 de la serie Sevilla
salomónica de este blog, titulados Cruzadas
del medio milenio tras el primer milenio de Cristo y Desde Sevilla a Jerusalén… y al cielo.
10. Ayala Martínez, Carlos de. Las Órdenes Militares en la Edad Media
11. Ibíd. 10
12. Ibíd. 10
13. Sánchez Herrero, José. Sevilla del Renacimiento (VV.AA. Historia de la Iglesia de Sevilla. 3ª parte)
14. Ibíd. 10
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