Puestos a hablar de símbolos y de
conceptos, hay que detenerse en el principal: el corazón de la Virgen, que no
es, naturalmente, visible, pero que es el gran protagonista del paso de palio,
porque, si la Virgen en su paso de palio es para sus cofrades el centro del
mundo, el corazón de María es el centro del centro.1
María Santísima de la Estrella www.hermandad-estrella.org |
Y, como los Dolores de María están
asociados a la Vía Dolorosa, el corazón de María es, claramente, el centro del
sufrimiento de la Madre en la Pasión del Hijo. En el paso de palio hay que
saber adivinarlo, más allá de la “apariencia” de madera del candelero y de los
encajes que le adornan el busto. Hay que saber verlo transido, traspasado por
las siete espadas de los siete dolores y, especialmente, sintetizándolos todos,
por la espada del Mayor Dolor, simplificada en puñal. Porque, efectivamente, es
raro encontrar una Virgen sevillana bajo palio sin un puñal en el lado
izquierdo de su pecho.2
Hay que recordar otra vez la
profecía de Simeón, que constituye de por sí el primero de los siete dolores,
relacionado con la presentación de Jesús en el Templo, tras haber derramado su
primera sangre en la circuncisión (en un pasaje, por cierto, que es motivo de
la advocación de Nuestra Señora de la Presentación, de la cofradía del Calvario).3 Pero hay que recordar también al gran doctor y gran mariano universal, san
Bernardo, que, confirmando y explicando el cumplimiento de la profecía, nos dice:
“En verdad, Madre santa, una espada traspasó tu alma. Jamás, esta espada no
hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. Por lo tanto,
te llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las
sensaciones de dolor corporal”.4
María Santísima de la Victoria |
La huida a Egipto para poner a
salvo la vida de Jesús fue el segundo dolor, la segunda espada.5 La
pérdida de Jesús en el Templo fue el tercer dolor.6 Y ya en Semana Santa
tenemos los cuatro dolores ulteriores. El primero de estos, el cuarto, es el
encuentro de la Vía Dolorosa, el único no recogido por evangelista oficial y sí
únicamente por el apócrifo Nicodemo en su Acta
Pilati;7 es el puñal de la Mater
Dolorosa. Luego vendrían la crucifixión y muerte de Jesús,8 que
originaría la iconografía del Stabat Mater,
el descendimiento de la cruz,9 que daría ocasión a la Pietà, y el entierro de Jesús.10 Todos los Dolores de la
Virgen están en Sevilla: El Stabat Mater está
en tantos misterios de Calvario: el Lunes Santo está Nuestra Señora del Mayor
Dolor junto al Cristo de las Aguas; el Martes Santo está Nuestra Señora de la
Antigua junto al Cristo de las Misericordias; el Miércoles Santo están Nuestra
Señora de los Remedios junto a las Siete Palabras y Nuestra Señora de Guía
junto a la Lanzada; el Jueves Santo está la Quinta Angustia en el
Descendimiento; el Viernes está la Virgen de la Luz en las Tres Necesidades de
la Carretería; y el Sábado está la Concepción junto a las Cinco Llagas de la
Trinidad. Por su parte, la Piedad está en el Baratillo, en la Mortaja y en los
Servitas, titulándose además, en este último caso, de los Dolores. Por último, el dolor del
entierro está en la Virgen de las Penas, de Santa Marta, y en la de
Villaviciosa, pero también en la Soledad de la Caridad del Baratillo o del
Mayor Dolor de la Carretería, en la Soledad de San Lorenzo y en la de San
Buenaventura, y en la Soledad bajo palio de los Servitas.
Detalle de la fachada de la capilla de Montserrat (antigua de los Siete Dolores), en la que se ve un fresco de la Virgen de los Siete Dolores, alabada por Felipe II y Felipe III |
Hay que hablar de los Servitas, que
nacieron como Orden de frailes Siervos de María en Florencia hacia 1233,
considerando humildemente a María como su única fundadora.11 En Sevilla, por
1593, se fundó en el convento de Santo Domingo de Portaceli la hermandad de
Nuestra Señora de los Siete Dolores y Compasión, agregada a la orden servita, y
en 1597 Felipe II aprobó la unión de esta hermandad con la de la Virgen de la
Antigua, favorecida por su padre el emperador Carlos y por él mismo, y
establecida en San Pablo el Real, en la capilla que hoy ocupa la hermandad de
Montserrat. La capilla fue llamada “La Tercena”, por la seglar Tertia Ordinis, la Venerable Orden
Tercera Servita.12 La hermandad de la Antigua y Siete Dolores sería sin
duda una de las más importantes de Sevilla, con la Virgen de “agudos cuchillos
que le atraviesan el corazón”,13 siguiendo por la Sevilla de finales del
siglo XVI, convertida en Calle de la Amargura, a Jesús Nazareno. La Virgen de la Antigua, Siete Dolores y Compasión se cobijaría con el tiempo bajo el palio que hoy
acoge a la Virgen del Valle. Y el Nazareno, también con el tiempo, pasó a
llamarse de la Salud, en San Nicolás.
María Santísima del Valle, con san Juan Evangelista y santa María Magdalena, en Sacra Conversación, como suele exponerse el Domingo de Resurrección |
El movimiento servita andaluz es
una de las claves para entender la devoción que hay en esta tierra a la Mater Dolorosa, habiendo influido
notablemente en el marianismo sevillano y andaluz. De ahí viene la iconografía
antigua de la Virgen con las manos entrelazadas, que podemos contemplar en la
Virgen que en su día fue de la cofradía más importante de Sevilla, en San Pablo
el Real, y que hoy conserva un altar en su templo, que es en la actualidad
parroquia de la Magdalena.14
Escudo de la hermandad en el antifaz de un nazareno de los Servitas www.loupiote.com |
Medalla Milagrosa (anverso y reverso) www.en.wikipedia.org |
El corazón traspasado de María
inspiró devociones posteriores. En el siglo XIX floreció la devoción a la
Medalla Milagrosa, cuyo reverso es un compendio fundamental de los signos
marianos: la M coronada con una cruz, los corazones de Jesús y de María –este
atravesado por una espada– y las doce estrellas inmaculistas y apocalípticas.17
Volviendo a la Semana Santa sevillana,
por hablar solo de la capital, veremos en las vísperas a la Virgen de los Dolores tras Jesús Cautivo en Torreblanca; luego la veremos el Domingo de
Ramos, adornada también con la virtud de la Misericordia, seguir a Jesús
Despojado; el Lunes Santo la veremos ir tras Jesús de las Penas, caído en
tierra; y el Martes Santo veremos cómo viene desde el Cerro del Águila tras el
Desamparo y Abandono de Cristo y cómo sale del Barrio de Santa Cruz tras el
Cristo de las Misericordias, que lleva a sus pies, precisamente, a la Virgen de
la Antigua.
El corazón transido de María es
cueva de iniciación del católico dentro de la montaña incólume que es la propia
Virgen, que a su vez está cobijada por la cueva luminosa que es el paso de
palio. No nos sorprenda esta identificación entre la caverna y el corazón,
máxima expresión del continente central.18 Guhâ,
en sánscrito, significa “caverna”,
pero se aplica también a la cavidad interna del corazón y, por extensión, al
corazón mismo. El triángulo del corazón, con el vértice abajo, es signo de la
caverna, a diferencia del triángulo de la montaña, que tiene el vértice arriba,
teniendo ambos una relación inversa y en cierto modo complementaria. El corazón
es la verdadera sede de la inteligencia y del amor, polo necesario del cuerpo
para la eternidad y símbolo de iluminación espiritual y felicidad, que impulsa
y estimula los otros centros; significa en el microcosmos lo que el centro del
mundo en el macrocosmos, siendo en definitiva dos aspectos del centro del ser.19
Pero es que dentro de esta cueva
que es el corazón de la Virgen María hay otra montaña, algo que, como espíritu
absoluto, como principio residente en el centro del ser, es “más pequeño que un
grano de arroz, más pequeño que un grano de cebada, más pequeño que un grano de
mostaza, más pequeño que un grano de mijo, más pequeño que el germen que está
en un grano de mijo”, pero al mismo tiempo “más grande que el cielo, más grande
que todos estos mundos juntos”.20
Santísimo Cristo de la Caridad en su Traslado al Sepulcro, con José de Arimatea |
Porque el Inmaculado Corazón de María,
destino de la devoción de san Juan Eudes en el siglo XVII,21 fue el
primer continente de la sangre de Cristo cuando la propia sangre de María
irrigó el diminuto cuerpo de su Hijo nascituro. Porque, como el corazón es
también copa, no podemos dejar de pensar en el Santo Grial. Porque ¿acaso no
fue de alguna forma el corazón de María –Vas spirituale, Vas honorabile, Vas insigne devotionis– el primer Santo Grial, precursor, por
tanto, de uno de los símbolos primordiales del Cristianismo y de toda misión
sagrada de búsqueda de lo trascendental?22 Y porque, según ello, el vaso de la Sagrada Cena Sacramental, el que
luego sirvió para que José de Arimatea recogiera la sangre de Cristo en el
Calvario –aunque en el Lunes Santo sevillano es un ángel quien la recoge–, la
vasija que inspiró a Chrétien de Troyes,23 el cáliz sagrado que sería
glosado por Robert de Boron en su José de
Arimatea24 y que daría origen al Parzival del poeta teutón hermanado con los templarios Wolfram von
Eschembach, el trofeo sagrado que requería una fórmula alquímica para su consecución y
que, según la imaginación del teutón, una vez alcanzado, fue custodiado por el Temple en un enigmático lugar llamado Montsalvat,25 la reliquia demandada en el ciclo de la
Vulgata por el influjo de san Bernardo,26 el objeto ideal que tenemos identificado
como Santo Grial, …el fin inaprehensible –en suma– que viene a significar la
búsqueda de nuestro propio ideal interior,27 no sería, en todo caso, sino
una figura a posteriori del Corazón
de María. Y, naturalmente, también del propio Corazón de Jesús.
1. Se recomienda leer el segundo
capítulo de esta serie, titulado El
centro del mundo
2. Se recomienda leer el tercer
capítulo de esta serie, titulado La calle
de la Amargura
3. Evangelio de san Lucas 2:32-35
4. San Bernardo. María estaba junto a la cruz. Sermón en el domingo infraoctava de la
Asunción, 14-15) (www.franciscanos.org)
5. Evangelio de san Mateo 2:13-15
6. Evangelio de san Lucas 2:43-45
7. Nicodemo. Acta Pilati, según Tischendorf, Constantin von. Recesión B.X 1. Se recomienda la lectura
del capítulo 3 de esta serie, ya citado.
8. Evangelio de san Juan 19:17-39
9. Evangelio de san Marcos 15:42-46,
10. Evangelio de san Juan 19:40-42
11. Orden de los Servitas (www.es.wikipedia.org).
También Carrero Rodríguez, Juan. Anales
de las cofradías sevillanas
12. Bermejo y Carballo, José. Glorias religiosas de Sevilla
13. Ref. a Ortiz de Zúñiga, citada
por Carrero, ob.cit.
14. Servitas en Andalucía (www.cofrades.sevilla.abc.es)
15. Carrero, ob.cit
16. Diccionario histórico de las calles de Sevilla. Consejería de Obras
Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla
18. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos
19. Guénon, René. Símbolos fundamentales de la ciencia
sagrada
20. Guénon,ob.cit. Se trata de una
referencia al âtmâ, el alma eterna de
cada individuo en el hinduismo.
21. Juan Eudes (www.es.wikipedia.org).
Eudes fue un sacerdote misionero francés, fundador de la Congregación de Jesús
y María y de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, y autor de
la adoración litúrgica al Sagrado Corazón de Jesús y de María, llegando a ser
llamado por san Pío X “el apóstol de la devoción a los Sagrados Corazones”.
22. Siguiendo a Guénon (ob.cit.)
hay que señalar, aunque sea solo a título de curiosidad, que la copa del Tarot
y de la baraja española ha sido sustituida por el corazón en los naipes
franceses, lo que es sin duda índice de la equivalencia de ambos símbolos.
23. Troyes, Chrétien de. Perceval
24. Boron, Robert de. José de Arimatea
25. Eschembach, Wolfram von. Parzival, citado por Olsen, Oddvar y
otros en El secreto del Temple: descubra
las claves de un enigma histórico
26. San Bernardo. Demanda del Santo Grial. El ciclo de la
Vulgata es una serie de cinco volúmenes escritos en Francia por el siglo XIII,
que constituyen una de las mayores fuentes de la leyenda del rey Arturo (www.es.wikipedia.org)
27. Jung, Carl Gustav. El libro rojo
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