La sede residencial del provincial
de la Orden de Predicadores de San Pablo el Real había sido el primer tribunal
inquisitorial, la primera cárcel preventiva y el escenario de autos de fe que,
por su menor tamaño, no requerían un escenario mayor. Tras ser casi totalmente destruido
el primer templo mudéjar por un incendio en 1350, fue reconstruido por Pedro I.1
En el imperial Renacimiento
sevillano, San Pablo se convirtió en el centro principal de consagración de los
dominicos que se dedicarían a la evangelización de América, siendo destacada la
figura de fray Bartolomé de las Casas, prohombre de la escuela española del
derecho natural y defensor de la libertad de los indios.3
La familia Las Casas era relevante. Provenía de Bartolomé Casaux, un caballero francés de la estirpe del conde de Limoges que colaboró con Fernando III en la conquista de Sevilla. Alfonso XI tuvo a un miembro de la familia como “fiel regidor de las ordenanzas reales y regidor número 24 del reino”, quedando desde entonces este número unido a su línea familiar en el ejercicio del cargo. Algún miembro de la familia fue también tesorero mayor de Andalucía. Juan II entregó a Guillén Las Casas, el “caballero más poderoso de Sevilla”, la villa de Montilla. A Alonso de Las Casas le fue entregado el castillo de Priego. A otro Las Casas se le concedió la conquista de Tenerife, La Palma y “las otras tierras que conquistare”. También hubo un Las Casas que fue deán de la Catedral de Sevilla. En 1535 era prior de San Pablo, después de haber sido provincial en Andalucía varias veces, fray Alberto de las Casas, que llegó a ser enterrado en el convento.4 Y, sin embargo, no puede descartarse que fuera una familia de judíos conversos.5
La familia Las Casas era relevante. Provenía de Bartolomé Casaux, un caballero francés de la estirpe del conde de Limoges que colaboró con Fernando III en la conquista de Sevilla. Alfonso XI tuvo a un miembro de la familia como “fiel regidor de las ordenanzas reales y regidor número 24 del reino”, quedando desde entonces este número unido a su línea familiar en el ejercicio del cargo. Algún miembro de la familia fue también tesorero mayor de Andalucía. Juan II entregó a Guillén Las Casas, el “caballero más poderoso de Sevilla”, la villa de Montilla. A Alonso de Las Casas le fue entregado el castillo de Priego. A otro Las Casas se le concedió la conquista de Tenerife, La Palma y “las otras tierras que conquistare”. También hubo un Las Casas que fue deán de la Catedral de Sevilla. En 1535 era prior de San Pablo, después de haber sido provincial en Andalucía varias veces, fray Alberto de las Casas, que llegó a ser enterrado en el convento.4 Y, sin embargo, no puede descartarse que fuera una familia de judíos conversos.5
Baldaquino de la Virgen del Rosario en el altar mayor de la parroquia de Santa Cruz |
Muy probablemente, se fundara en
1481, en San Pablo el Real, la primera hermandad de la Virgen del Rosario,
aunque la documentación más antigua conservada es del siglo XVI. La devoción
tenía su origen en la corona de rosas que llevaban, como signo de ofrecimiento,
las cristianas que iban al martirio en Roma. Por cada rosa se rezaba una
oración. La Iglesia instituyó el rosario de salmos de David, sustituidos luego
por el salterio de la Virgen. Pero en el siglo XIII se apareció la Virgen a
santo Domingo de Guzmán y eso fue determinante. Además, se atribuyó a la Virgen la victoria de Muret, tras un reparto de rosas entre las tropas por parte de santo Domingo, en el contexto de la inquisitorial cruzada contra los cátaros, en la que tuvo un papel de primer orden el santo. La devoción a la Virgen del Rosario se identificó con la de la Virgen de las Batallas.6
Con la peste de 1349, la “muerte negra”, revivió en Francia la devoción, y los dominicos le dieron la forma actual con la aprobación del papa. En 1571, en Lepanto, la flota cristiana se encomendó a la Virgen y el papa san Pío V pidió que se rezara el rosario por la flota. Tras el éxito de la batalla, el papa instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre, día de la batalla, domingo. Un año más tarde, Gregorio XIII fijó la advocación del Rosario y la fiesta el primer domingo de octubre. La devoción a la Virgen del Rosario adquirió difusión universal. Y la tradición del rezo familiar cundió. En los años finales del XVI se inició en el Salvador y el hospital del Amor de Dios la costumbre de rezar el Rosario todas las noches, costumbre que se generalizó en otros templos, incluso con la creación de hermandades. Pero siempre destacaron los dominicos, una elite que practicaba el rezo ortodoxo, con procesiones claustrales los primeros domingos de mes y procesión solemne “de la Batalla Naval” el primer domingo de octubre, en la que, tras un crucifijo, iban los fieles con cruces y rosarios. Sin embargo, el rezo del Rosario estaba aún poco divulgado entre el pueblo.7
Con la peste de 1349, la “muerte negra”, revivió en Francia la devoción, y los dominicos le dieron la forma actual con la aprobación del papa. En 1571, en Lepanto, la flota cristiana se encomendó a la Virgen y el papa san Pío V pidió que se rezara el rosario por la flota. Tras el éxito de la batalla, el papa instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre, día de la batalla, domingo. Un año más tarde, Gregorio XIII fijó la advocación del Rosario y la fiesta el primer domingo de octubre. La devoción a la Virgen del Rosario adquirió difusión universal. Y la tradición del rezo familiar cundió. En los años finales del XVI se inició en el Salvador y el hospital del Amor de Dios la costumbre de rezar el Rosario todas las noches, costumbre que se generalizó en otros templos, incluso con la creación de hermandades. Pero siempre destacaron los dominicos, una elite que practicaba el rezo ortodoxo, con procesiones claustrales los primeros domingos de mes y procesión solemne “de la Batalla Naval” el primer domingo de octubre, en la que, tras un crucifijo, iban los fieles con cruces y rosarios. Sin embargo, el rezo del Rosario estaba aún poco divulgado entre el pueblo.7
En el altar mayor de San Pablo se
veneraba una imagen de la Virgen del Rosario, obra maestra de la imaginería
sevillana del siglo XVI, atribuida a Jerónimo Hernández, que, tras la extinción
del convento de San Pablo el Real, pasó a presidir el templete que hay, a modo
de retablo mayor, en la parroquia de Santa Cruz, la parroquia que fundara el
cardenal Mendoza en el lugar que hoy ocupa la plaza de Santa Cruz, y que, tras
el derribo del templo primitivo, se encuentra hoy en lo que fue convento de los
clérigos menores. Como había otras dos hermandades del Rosario, en Triana y en
Montesión, en 1587 hubo un pleito respecto a la advocación, y la hermandad de
los dominicos en San Pablo conservó en exclusiva el derecho a mantener el
nombre, frente a las otras dos corporaciones existentes: la Triana y la de
Nuestra Señora del Monte Sión.8
Igual celo tuvieron los dominicos con la advocación del Dulce Nombre de María, de tal manera que, cuando se fueron creando hermandades de gloria en Sevilla a lo largo del siglo XVI con esta devoción, la orden obtuvo en 1571 un breve del papa Pío V, en el que se le concedía el privilegio de que cualquier hermandad o agrupación piadosa que diera culto a la Virgen del Dulce Nombre tendría que estar vinculada a la Orden de Predicadores.9
Puerta de los pies de la parroquia de la Magdalena, con la Cruz de Calatrava, santo Tomás de Aquino y, más arriba, el óculo rodeado por el Rosario |
Sobre 1610, el prior de otro
convento dominico, el de Regina Angelorum, se pronunció públicamente contra el
misterio de la Inmaculada Concepción, lo que originó una fuerte controversia
con los franciscanos y los jesuitas. El marianismo de los dominicos fue puesto
en tela de juicio por el pueblo sevillano. Llegó a haber desórdenes públicos.
Pero la popularidad del Rosario era ya tanta que su devoción no decayó. Finalmente,
los dominicos, para acallar las dudas, aprovecharon la peste de 1649, que había
asolado la ciudad y reducido a su población casi a la mitad –de nuevo otra
epidemia–, para fomentar el rezo público del Rosario. La decisión fue acertada
en cuanto a la imagen de los dominicos, aunque a costa de perder la
exclusividad de la advocación. En la Sevilla de finales del siglo XVII había
tomado cuerpo definitivamente la devoción itinerante. El ámbito del Rosario se había
trasladado a la calle, como había ocurrido con el Viacrucis. A todas luces, ya
era válido el rezo, aunque no fuera en presencia de la imagen en sí. Ya había
una nueva religiosidad autónoma respecto al control directo y permanente de la
oficial.10
Detalle de la fachada principal de la parroquia de la Magdalena, con la Cruz de Calatrava de la Orden de Predicadores |
La iglesia de San Pablo se derrumbó
en 1691. Para los dominicos fue la exigencia de construir un templo que
superara los de los franciscanos y los jesuitas. En 1696 se terminó de
construir la nueva iglesia, soberbio ejemplo de arquitectura barroca sevillana,
de Leonardo de Figueroa. Tres puertas dan a la calle San Pablo, antes
perteneciente al compás del convento: la más cercana al centro de la ciudad, comunicada
con el crucero, presenta una escultura de santo Domingo de Guzmán atribuida a
Pedro Roldán, rodeada de símbolos dominicos, como perros con antorchas, lilas
blancas, la cruz patriarcal y las estrellas. La puerta central, sobre la
primitiva puerta mudéjar, presenta el escudo de la Orden de Predicadores, con
su Cruz de Calatrava blanca y negra. La tercera es la de la hermandad de la
Quinta Angustia, por la que se accede desde la calle a la capilla del Dulce
Nombre de Jesús, que se formó por la unión de las tres capillas funerarias de
la primitiva iglesia mudéjar. La portada que da a la calle Cristo del Calvario,
a los pies del templo, tiene otro escudo dominico, y, entre la puerta y la
magnífica espadaña doble, el óculo con pequeñas esferas azules que simbolizan
los misterios del Rosario, entre dos relojes de sol. Sobre la portada, santo
Tomás de Aquino.11
Detalle de la cúpula de la parroquia de la Magdalena, en la que se aprecian los incas atlantes y las cabezas, probablemente aztecas, que rematan en lo bajo líneas de azulejos amarillos semejando serpientes (www.sevilladailyphoto.blogspot.com.es) |
En la cúpula octogonal, rematada
por corona real, hay figuras escultóricas de indígenas americanos, por cuanto
significó la orden en la evangelización de América. Están los incas atlantes
del cimborrio, y están también las cabezas negras con plumas, que rematan las líneas descendentes de tejas amarillas sobre las nervaduras
sinuosas de la cúpula. ¿Es mi vista o parecen serpientes emplumadas de
Quetzalcoatl, la deidad azteca que se hizo humana, rechazó el lujo y predicó la
humildad, la pureza de espíritu y el sacrificio propio? Este dios, unificador
de las aguas y origen de la vida, es el ser superior que los aztecas creyeron
ver cuando vieron a Hernán Cortés.12
Lucas Valdés fue encargado de
realizar el conjunto mural que debía exaltar el triunfo de la fe y el celo
religioso de la Orden de Predicadores en el nuevo templo barroco. Pintó a La Virgen del Rosario protegiendo
las naves españolas en la Batalla de Lepanto. Y pintó también, en el
crucero, dos grandiosos frescos entre cruces de Calatrava blancas y negras: en
el lado del Evangelio, La entrada
triunfal de San Fernando en Sevilla entre las alegorías de la fortaleza y de
Sevilla liberada, incluidas la Virgen de los Reyes, santo Domingo de Guzmán
y san Pedro Nolasco, con san Isidoro y san Clemente en el cielo; en el lado de
la Epístola, una escena de la Inquisición, en la que un hereje sobre un asno es
conducido al brasero: Auto de Fe en
tiempos de San Fernando. La presencia de san Fernando en el título y en el
fresco, transportando leña, es, evidentemente, una utilización simbólica. Según
la leyenda, representa la ejecución, el
28 de octubre de 1703, del mercader de origen portugués Diego López
Duro, de Osuna, acusado de judaizar. Tal vez el hecho ocurriera incluso
mientras Valdés pintaba al fresco, conocido como El suplicio de Diego Duro.13 Por cierto, ¿cuál es el edificio que aparece al fondo de la escena? ¿Sería el
convento franciscano de San Diego, junto al que estaba el quemadero, que en el
fresco se ve al fondo? Trataremos sobre ello.
Auto de Fe en tiempos de San Fernando (El suplicio de Diego Duro) Fresco de Lucas Valdés, pintado en el crucero de la actual parroquia de la Magdalena |
Pórtico de entrada al compás de San Pablo. Fotografía del Vizconde de Vigier (siglo XIX) (www.elpasadodesevilla.blogspot.com.es) |
El patio del convento de San Pablo
el Real era un ameno jardín, con pinturas al fresco, y varios altares y
capillas, destacando la mayor, donde estaba entre otros el sepulcro del maestro
general fray Alberto de las Casas. En el siglo XIX el convento sería invadido y
saqueado y luego, tras momentánea recuperación, suprimido y desamortizado. La
iglesia se convirtió en parroquia de la
Santa María Magdalena, porque la parroquia primitiva de esta advocación, en la
plaza del mismo nombre, había sido derribada.
En 1953 se acabó de derribar lo que quedaba del claustro, para ensanchar la calle Canalejas y de paso construir el hotel.14 También, para crear una nueva calle más ancha por el otro lado, ante la fachada de las tres puertas, se derribó la manzana existente entre las dos calles que había, de San Pablo y de la Magdalena, esta última creada tras la apertura del antiguo compás del convento y el derribo del pórtico de entrada a la barreduela. En la manzana derribada estaba la primitiva capilla de la hermandad de Montserrat.15 También habrá que hablar de ella.
Al Museo de Bellas Artes fueron los paneles de cerámica de Hernando de Valladares que adornaban el claustro, con las cruces dominicas, los escudos de la familia Guzmán y los perros provistos de antorchas.
En 1953 se acabó de derribar lo que quedaba del claustro, para ensanchar la calle Canalejas y de paso construir el hotel.14 También, para crear una nueva calle más ancha por el otro lado, ante la fachada de las tres puertas, se derribó la manzana existente entre las dos calles que había, de San Pablo y de la Magdalena, esta última creada tras la apertura del antiguo compás del convento y el derribo del pórtico de entrada a la barreduela. En la manzana derribada estaba la primitiva capilla de la hermandad de Montserrat.15 También habrá que hablar de ella.
Paneles de cerámica del pórtico del Museo de Bellas Artes |
De todo el recinto de San Pablo el Real, subsiste en el lugar la iglesia, que es hoy parroquia, y que es un compendio de la historia de los dominicos en su relación con Sevilla. Allí están presentes las cruces de Calatrava, las estrellas, santo Domingo de Guzmán, santo Tomás de Aquino, los perros de la predicación, la conquista de Sevilla, el Rosario, la batalla de Lepanto, el Dulce Nombre de Jesús, América… y la Inquisición.16
1. Se recomienda leer el artículo nº 5 de esta serie, titulado …Y
para la cruz blanca y negra de los perros del Señor.
2. Peraza, Luis de. Historia de Sevilla, citada por Morales
Padrón, Francisco. La Historia de Sevilla de Luis de Peraza
3. Se recomienda leer el artículo nº 14 de esta serie, titulado Un nuevo
mundo
4. Martínez Carretero, Ismael, O. Carm. Expolio del
patrimonio artístico de órdenes religiosas de Sevilla (1810-1835)
5. Anabitarte, Héctor. Grandes Personajes. Bartolomé de las Casas
6. Bedouelle, Guy. La fuerza de la palabra: Domingo de Guzmán
7. Romero Mensaque, Carlos José. La Religiosidad marginal en Sevilla durante los siglos XVII y XVIII. Artículos de investigación (www.rosarioensevilla.org)
7. Romero Mensaque, Carlos José. La Religiosidad marginal en Sevilla durante los siglos XVII y XVIII. Artículos de investigación (www.rosarioensevilla.org)
8. Ortiz de Zúñiga, Diego. Annales
eclesiásticos y seculares de la M.N., M.L. y M.H. Ciudad de Sevilla…
9. Mena Calvo, José María de. Todas las Vírgenes sevillanas
10. Ibíd. 7 y 8
10. Ibíd. 7 y 8
11. Se recomienda leer el artículo
nº 16 de la serie de este blog Sevilla
salomónica, titulado Elevar la mirada
y dar gracias al cielo.
12. Orozco, Chela. La leyenda de Quetzalcoatl (www.inside-mexico.com)
13. González de Caldas, Victoria. ¿Judíos
o cristianos? El proceso de fe Sancta Inquisitio
14. Ibíd. 4
15. La calle más bonita que tuvo Sevilla
(www.elpasadodesevilla.blogspot.com.es)
16. Se recomienda la lectura del artículo nº
15 de esta serie, titulado El castillo de San Jorge y su sombra; la
Inquisición y su sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario