viernes, 2 de octubre de 2015

LA CUEVA LUMINOSA (18: PROPICIATORIO, GLORIA, ENCARNACIÓN Y COSMOGONÍA)

El propiciatorio, el kapporeth, era la tapa o cubierta del Arca de la Alianza.1 Era de oro puro; medía 2,5 codos de longitud, 1,5 de anchura. Formando parte de él había un querubín en cada extremo, estando ambos frente a frente con las alas extendidas, inclinados hacia el propiciatorio.2 En griego fue llamado hilasterion, que significa literalmente “lo que expía o propicia”. Su significado, por tanto, iba más allá de su función de cobertura, porque tenía el sentido de propiciar la reconciliación.3 Así, el concepto de propiciatorio no solo hacía referencia al objeto, sino también al acto del sacrificio, que tenía lugar una vez al año. En el gran día de las expiaciones, este era el punto de encuentro de Dios con su pueblo: “Te comunicaré todo lo que para los hijos de Israel he de ordenarte”.4 El sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo con la sangre del toro sacrificado, quemaba incienso, rociaba la sangre del toro ofreciéndola a Dios por sus propios pecados, y luego hacía lo mismo con la de un macho cabrío inmolado por los pecados del pueblo. La sangre mostraba que el sacrificio era grato, y así Dios sería propicio al pecador.5 Una vez cubierto el propiciatorio por la nube de incienso,6 tenía lugar sobre él la Shejiná, la presencia de Dios, entre los querubines,7 y la gloria de Yavé llenaba el tabernáculo.8

Una de las muchas interpretaciones del
Arca de la Alianza

Pues bien, si el paso de palio es figuración del Arca de la Alianza, es fácil ver en el palio el propiciatorio protector, la cubierta de gloria –y sevillanía– que hace grato a Dios el sacrificio. En definitiva, María, la obra maestra de la Creación, el templo vivo de Dios;9 es a un tiempo el Arca y el propiciatorio, porque es mediadora para que agrade a Dios la estación de penitencia. Comprobamos una vez más cómo todos los elementos del paso de palio son alegorías marianas.

En las imágenes medievales, el palio es un baldaquino fijo que sigue el modelo del palio móvil pintado por el sienés Simone Martini, con la Virgen rodeada de ángeles y santos. No se sabe cuándo se inició en Sevilla la costumbre del palio, porque no hay ningún testimonio gráfico del siglo XVI, cuando empezaron las cofradías, aunque está asumido que la utilización del palio para cubrir a las imágenes surgió a finales de dicho siglo. En la primera mitad del siglo XVII lo adoptaron varias hermandades, generalizándose su uso a partir de la segunda mitad de dicho siglo.10 Tenemos la conocida descripción del Abad Gordillo,11 y está el dibujo que hacia 1686 hizo Lucas Valdés del paso de la Soledad.12 Los varales eran seis u ocho a finales del siglo XVII. En el siglo XVIII empezó a aumentar el tamaño de los pasos. Desde 1701, la Virgen de las Cigarreras ya tenía doce varales, y desde 1712, también los llevaba, de madera, el paso de palio de la hermandad del Calvario. El palio del Silencio debía de tener ocho hasta que empezó a llevar diez sobre 1728. Doce varales tenía el paso de palio que está retratado en un cuadro de principios del siglo XVIII, propiedad de la hermandad del Silencio, y que se considera, con fundamento, que era el de la primitiva hermandad de la Vera Cruz.13

Palio de María Santísima de la Amargura
El techo de palio, que ha evolucionado de forma muy rica y variada, esquematiza la historia, la iconografía y la heráldica de cada hermandad. En el centro, sobre la propia Virgen, completando en lo alto la impronta de la visión frontal del paso, está el medallón de gloria, circular o almendrado. El círculo es arquetipo de la totalidad, de la eternidad, del cielo mismo, de la perpetua perfección divina; la forma almendrada era en muchas cosmogonías el principio de todo, el huevo cósmico, estando asociada a la aureola elíptica, que rodea todo el cuerpo y que, dividida en tres zonas, muestra la acción de la Santísima Trinidad.14 Ambos son símbolos solares, del mundo manifestado y de la armonía universal.15

Medallón de gloria del palio de
Nuestra Señora del Valle
El palio más antiguo conocido es el de la Virgen del Valle, de 1808, que sigue el modelo de las bambalinas, del siglo XVII, procedentes de la Antigua y Siete Dolores. En el centro, la gloria de la paloma del Espíritu Santo,16 con ráfagas solares y circundada por una custodia también solar, en ambos casos alternando rayos rectos, de luz, y rayos ondulados, de calor,17 con cabezas de ángeles aladas. Los querubines del Arca se han convertido en un coro de ángeles.

Tello del palio de María Santísima de la
Esperanza Macarena

En el paso blanco de la Virgen de la paz, la paloma es emisaria de concordia, veterotestamentaria. Pero la presencia del Espíritu Santo es rica: está en la Anunciación con Nuestra Señora de la Encarnación; está en el medallón de gloria de la Madre de Dios de la Palma, con la Virgen y su prima santa Isabel y los hijos de ambas, Jesús y Juan; y está, como blanca paloma pentecostal, en el palio del Rocío.

Y con la Macarena están las tres personas de la Santísima Trinidad, recibiendo Cristo la cruz de manos de un ángel, ante la Fe con su venda en los ojos.

Techo del palio de Nuestra
Señora del Sol

La mandorla de la Inmaculada es la gloria del Mayor Dolor y Traspaso. También en el paso de la Amargura la gloria es la de la Inmaculada “ELECTA UT SOL” y “PULCHRA UT LUNA” orlada de rayos solares, rectos de luz y ondulados de calor. Y la Inmaculada franciscana es protagonista del rompimiento de gloria del paso de la Virgen del Sol, con riqueza de técnicas.

La Virgen niña está con Santa Ana en la gloria de la Virgen de las Angustias, recordando los orígenes trianeros de la hermandad gitana. El techo de palio de la Virgen universitaria de la Angustia presenta una Kiriotissa, trono de la sabiduría, de marfil y bordados, con una leyenda: “En el regazo de la Madre se asienta la sabiduría de Dios Padre”.18 La Virgen de los Reyes está sobre la del Socorro y también sobre la del Subterráneo. La Hiniesta gloriosa acompaña a la dolorosa de San Julián, rodeada de flores de pasión. La Virgen de la Cabeza de Andújar está en el palio de la sevillana de San Vicente. La Presentación de Jesús en el Templo es el medallón glorioso de la Candelaria. La Asunción es la gloria de las Aguas y de Regla. En el palio del Dulce Nombre la Santísima Trinidad corona a la Virgen y en el de los Dolores de Santa Cruz son los ángeles los que la coronan. La reina de Todos los Santos en gloria en el paso del Carmen Doloroso, y la Virgen de las Maravillas lo es en el de Consolación. En el palio de las Mercedes, la Virgen se aparece a san Pedro Nolasco; y en el del Rosario de Monte Sión se aparece a santo Domingo de Guzmán, sobre un piso ajedrezado y acompañada, en la orla, de un perro del Señor –un Domini canis– con una antorcha en la boca.19

La cruz de Cristo está en los medallones de los Desamparados o de los Dolores y Misericordia. El Santo Sudario en la Palma. Santas Justa y Rufina en la Estrella y en el Refugio. Hay medallones heráldicos, como el de las Lágrimas, el de la Merced, el de la Victoria, el de la Presentación, el de la Soledad servita... Gracia y Esperanza reproduce en su gloria el escudo de la archidiócesis sevillana, el mismo que está en la fachada del templo de San Roque, testimoniando el carácter de ayuda que tuvo el templo. El medallón de la Concepción ostenta la Cruz de Jerusalén entre cuatro jarras virginales. El corazón con los siete puñales está con los Dolores de San Vicente y con los Dolores del Cerro. La matrona que es alegoría de la Caridad es la gloria en el Baratillo. Y en la Esperanza de Triana, la gloria es el anagrama mariano enmarcado de balaustres, dragones y motivos vegetales, rodeado por una malla de oro.20

Paso de Nuestra Señora de la Palma
Los querubines del propiciatorio estarían hoy en dos palios de azul cielo: en la bambalina frontal y en la trasera de Nuestra Señora de los Ángeles, la Regina angelorum, entre estrellas y motivos vegetales ideales, y en las bambalinas laterales de Nuestra Señora de la Palma, custodiando el anagrama de María. Y el incienso lo bombean en nuestros días los acólitos turiferarios.

Medallón de gloria de Nuestra
Señora de la Encarnación
Pero centrémonos en la Encarnación de San Benito. Su medallón glorioso representa el misterio correspondiente un primoroso trabajo de marfil y sedas de colores. El misterio de la Encarnación es el más excelso exponente de la actualización del propiciatorio, porque en él sentimos de nuevo la presencia de la gloria de Dios, el “poder del Altísimo”, que cubre con su sombra a esa nueva Arca que es María.21 Es la misma palabra de Dios –el verbo, de la misma sustancia de Dios– hecha carne.22 Y es por la Encarnación como la humanidad se deifica y como Dios se humaniza mostrando el principio, el medio y el fin de su gloria.23 Porque María, Mater Salvatoris, fue también por la Encarnación Mater Creatoris.

En las culturas precristianas, el año nuevo era la recreación, la vuelta al tiempo del comienzo, repitiendo y actualizando la cosmogonía en busca de los orígenes, del momento primordial in illo tempore, cuando fue vencido el monstruo del pecado. Era la oportunidad para la regeneración general, aboliendo todo lo pasado.24 El equinoccio de primavera es el momento cosmogónico natural, el año nuevo lógico, porque supone la victoria del día sobre la noche, de la primavera sobre el invierno, del bien sobre el mal, de la luz sobre las sombras, del cosmos sobre el caos, de la claridad sobre la incertidumbre. En todas las culturas, el ser humano ha concebido con la primavera un orden físico y metafísico que permitiera conjurar el desorden y la incertidumbre. Muchos pueblos han pensado y celebrado el comienzo de sus años en una primavera inicial.25

En la cosmogonía judeocristiana, el origen del mundo está en el Génesis, a partir de la soledad y el caos, con el espíritu de Dios aleteando sobre las aguas.26 Pero el Cristianismo supuso una renovación y los cristianos celebramos la Eucaristía instituida por Cristo como una nueva cosmogonía que nos dio la clave para superar el mal. Con Jesús y con María todo es nuevo: el Nuevo Testamento, la Nueva Alianza, la buena nueva del Evangelio... Y esta renovación se inició precisamente en un equinoccio de primavera cuando el Ángel del Señor anunció a María, y culminó treinta y cuatro años después, en otro equinoccio de primavera, cuando Cristo venció a la muerte y al pecado.27

Por eso, es precisamente el ritual cofrade del Martes Santo en San Benito el que nos proyecta a lo primordial, haciéndonos contemporáneos de los comienzos trascendentales. Porque es la Virgen dolorosa de la Encarnación la que nos remite a la Creación, al paso del caos al cosmos, porque es la que cumple la secuencia completa de la renovación de la cosmogonía, desde el momento de la Encarnación tras las palabras del Angelus, hasta el momento del dolor, con la gloria de Dios sobre Ella hablándonos desde el nuevo propiciatorio que es su palio encarnado.



1. Éxodo 26:34
3. www.wikicristiano.org. El apoyo para el significado de cubierta proviene de la Cueva 4 de Qumrán, en virtud de una traducción aramea de Levítico.
4. Éxodo 25:22
5. Levítico 16: 1-16
6. Luzarraga, J. Las tradiciones de la nube en la Biblia y en el judaísmo primitivo (Analecta Biblica 54)
7. Easton,. M.G. Easton Bible dictionary, citado en la refª Sekhiná en www.es.wikipedia.org
8. Éxodo 40:34
11. Sánchez Gordillo, Alonso. Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana, citado por Sánchez Herrero, Juan. Sevilla barroca (1581-1700) en Historia de la Iglesia de Sevilla. Se recomienda leer el primer capítulo de esta serie titulado El paso de palio, forma corpórea del conceptismo y del culteranismo, triunfo del Barroco.
12. Sánchez Herrero, José. La Semana Santa de Sevilla
13. Dávila-Armero del Arenal, Álvaro y Pérez Morales, José Carlos. Un paso de palio del siglo XVIII
14. Benoist, Luc. Art du monde, citado por Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos
15. Cirlot, ob.cit.
16. Mañes Manaute, Antonio. Esplendor y simbolismo en los bordados, en Sevilla penitente III
17. Guénon, René. Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada. Fabre d'Olivet, Antoine. La langue hébnraïque restituée. También www.fundacioncrecimientointerior.com
21. Evangelio de san Lucas 1:35
22. Evangelio de san Juan 1:14. Tertuliano. Apologeticum XXI citado en la refª “Tertuliano” en www.es.wikipedia.org
23. Árbol de la ciencia de el iluminado maestro Raymundo Lulio, nuevamente traducido y explicado por (...) Don Alonso de Zepeda y Adrada...
24. Eliade, Mircea. El mito del eterno retorno
26. Génesis 1
27. Eliade, ob.cit.




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