El
propiciatorio, el kapporeth, era la tapa o cubierta del Arca
de la Alianza.1 Era de oro
puro; medía 2,5 codos de longitud, 1,5 de anchura. Formando parte de
él había un querubín en cada extremo, estando ambos frente a
frente con las alas extendidas, inclinados hacia el
propiciatorio.2 En griego fue llamado hilasterion,
que significa literalmente “lo que expía o propicia”. Su
significado, por tanto, iba más allá de su función de cobertura,
porque tenía el sentido de propiciar la reconciliación.3 Así,
el concepto de propiciatorio no solo hacía referencia al objeto,
sino también al acto del sacrificio, que tenía lugar una vez al
año. En el gran día de las expiaciones, este era
el punto de encuentro de Dios con su pueblo: “Te
comunicaré todo lo que para los hijos de Israel he de
ordenarte”.4 El
sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo con la sangre del toro
sacrificado, quemaba incienso, rociaba la sangre del toro
ofreciéndola a Dios por sus propios pecados, y luego hacía lo mismo
con la de un macho cabrío inmolado por los pecados del pueblo. La
sangre mostraba que el sacrificio era grato, y así Dios sería
propicio al pecador.5 Una vez cubierto el propiciatorio por la
nube de incienso,6 tenía lugar sobre él la Shejiná,
la presencia de Dios, entre los querubines,7 y la
gloria de Yavé llenaba el tabernáculo.8
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Una de las muchas interpretaciones del Arca de la Alianza |
Pues bien, si el paso de palio es figuración del Arca de la Alianza, es fácil ver
en el palio el propiciatorio protector, la cubierta de gloria –y
sevillanía–
que hace grato a Dios el sacrificio. En definitiva, María,
la obra maestra de la Creación, el templo vivo de Dios;9 es a un tiempo el Arca y el propiciatorio, porque es mediadora para
que agrade a Dios la estación de penitencia. Comprobamos una vez más
cómo todos los
elementos del paso de palio son alegorías marianas.
En las
imágenes medievales, el palio es un baldaquino fijo que sigue el
modelo del palio móvil pintado por el sienés Simone Martini, con la
Virgen rodeada de ángeles y santos. No se sabe cuándo se inició en
Sevilla la costumbre del palio, porque no hay ningún testimonio
gráfico del siglo XVI, cuando empezaron las cofradías, aunque está
asumido que la utilización del palio para cubrir a las imágenes
surgió a finales de dicho siglo. En la primera mitad del siglo XVII
lo adoptaron varias hermandades, generalizándose su uso a partir de
la segunda mitad de dicho siglo.10 Tenemos
la conocida descripción del Abad Gordillo,11 y está el dibujo que hacia 1686 hizo
Lucas Valdés del paso de la Soledad.12 Los varales eran seis u ocho a finales del siglo XVII. En el siglo
XVIII empezó a aumentar el tamaño de los pasos. Desde 1701, la
Virgen de las Cigarreras ya tenía doce varales, y desde 1712,
también los llevaba, de madera, el paso de palio de la hermandad del
Calvario. El palio del Silencio debía de tener ocho hasta que empezó
a llevar diez sobre 1728. Doce varales tenía el paso de palio que está
retratado en un cuadro de principios del siglo XVIII, propiedad de la
hermandad del Silencio, y que se considera, con fundamento, que era
el de la primitiva hermandad de la Vera Cruz.13
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Palio de María Santísima de la Amargura |
El
techo de palio, que ha evolucionado de forma muy rica y variada,
esquematiza la historia, la iconografía y la heráldica de cada
hermandad. En el centro, sobre la propia Virgen, completando en lo
alto la impronta de la visión frontal del paso, está el medallón
de gloria, circular o almendrado. El círculo es arquetipo de
la totalidad, de la eternidad, del cielo mismo, de la perpetua
perfección divina; la forma almendrada era en muchas cosmogonías el
principio de todo, el huevo cósmico, estando asociada a la aureola
elíptica, que rodea todo el cuerpo y que, dividida en tres zonas,
muestra la acción de la Santísima Trinidad.14 Ambos son símbolos solares, del mundo manifestado y de la armonía
universal.15
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Medallón de gloria del palio de Nuestra Señora del Valle |
El
palio más antiguo conocido es el de la Virgen del Valle,
de 1808, que sigue el modelo de las bambalinas, del siglo XVII,
procedentes de la Antigua y Siete Dolores. En el centro, la gloria de
la paloma del Espíritu Santo,16 con ráfagas solares y
circundada por una custodia también solar, en ambos casos alternando
rayos rectos, de luz, y rayos ondulados, de calor,17 con
cabezas de ángeles aladas. Los querubines del Arca se han convertido
en un coro de ángeles.
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Tello del palio de María Santísima de la Esperanza Macarena |
En
el paso blanco de la Virgen de la paz, la paloma es emisaria de
concordia, veterotestamentaria. Pero la presencia del Espíritu Santo
es rica: está en la Anunciación con Nuestra Señora de la
Encarnación; está en el medallón de gloria de la Madre de Dios de
la Palma, con la Virgen y su prima santa Isabel y los hijos de ambas,
Jesús y Juan; y está, como blanca paloma pentecostal, en el palio
del Rocío.
Y con la Macarena están las tres personas de la
Santísima Trinidad, recibiendo Cristo la cruz de manos de un ángel,
ante la Fe con su venda en los ojos.
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Techo del palio de Nuestra Señora del Sol |
La
mandorla de la Inmaculada es la gloria del Mayor Dolor y Traspaso.
También en el paso de la Amargura la gloria es la de la Inmaculada
“ELECTA UT SOL” y “PULCHRA UT LUNA” orlada de rayos solares,
rectos de luz y ondulados de calor. Y la Inmaculada franciscana es
protagonista del rompimiento de gloria del paso de la Virgen del Sol,
con riqueza de técnicas.
La
Virgen niña está con Santa Ana en la gloria de la Virgen de las
Angustias, recordando los orígenes trianeros de la hermandad gitana.
El techo de
palio de la Virgen universitaria de la Angustia presenta una
Kiriotissa,
trono de la sabiduría, de marfil y bordados, con una leyenda: “En
el regazo de la Madre se asienta la sabiduría de Dios
Padre”.18 La Virgen de los Reyes está sobre la del Socorro y
también sobre la del Subterráneo. La Hiniesta gloriosa acompaña a
la dolorosa de San Julián, rodeada de flores de pasión. La Virgen
de la Cabeza de Andújar está en el palio de la sevillana de San
Vicente. La Presentación de Jesús en el Templo es el medallón
glorioso de la Candelaria. La
Asunción es la gloria de las Aguas y de Regla. En el palio del Dulce Nombre la Santísima Trinidad corona a la Virgen y en el de los Dolores de
Santa Cruz son los ángeles los que la coronan. La reina de Todos los Santos en
gloria en el paso del Carmen Doloroso, y la Virgen de las Maravillas
lo es en el de Consolación. En el palio de las Mercedes, la Virgen
se aparece a san Pedro Nolasco; y en el del Rosario de Monte Sión se
aparece a santo Domingo de Guzmán, sobre un piso ajedrezado y
acompañada, en la orla, de un perro del Señor –un Domini
canis– con una antorcha en la
boca.19
La
cruz de Cristo está en los medallones de los Desamparados o de los
Dolores y Misericordia. El Santo Sudario en la Palma. Santas
Justa y Rufina en la Estrella y en el Refugio. Hay medallones
heráldicos, como el de las Lágrimas, el de la Merced, el de la
Victoria, el de la Presentación, el de la Soledad servita... Gracia
y Esperanza reproduce en su gloria el escudo de la archidiócesis
sevillana, el mismo que está en la fachada del templo de San Roque,
testimoniando el carácter de ayuda que tuvo el templo. El medallón
de la Concepción ostenta la Cruz de Jerusalén entre cuatro jarras
virginales. El corazón con los
siete puñales está con los Dolores de San Vicente y con los Dolores
del Cerro. La matrona que es alegoría de la Caridad es la gloria en
el Baratillo. Y en
la Esperanza de Triana, la gloria es el anagrama mariano enmarcado de
balaustres, dragones y motivos vegetales, rodeado por una malla de
oro.20
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Paso de Nuestra Señora de la Palma |
Los
querubines del propiciatorio estarían hoy en dos palios de azul
cielo: en la bambalina frontal y en la trasera de Nuestra Señora de
los Ángeles, la Regina
angelorum,
entre estrellas y motivos vegetales ideales,
y en las bambalinas laterales de Nuestra Señora de la Palma,
custodiando el anagrama de María. Y
el incienso lo bombean en nuestros días los acólitos turiferarios.
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Medallón de gloria de Nuestra Señora de la Encarnación |
Pero
centrémonos en la Encarnación de San Benito. Su medallón glorioso
representa el misterio correspondiente un primoroso trabajo de marfil
y sedas de colores. El misterio de la Encarnación es el más excelso
exponente de la actualización del propiciatorio, porque en él
sentimos de nuevo la presencia de la gloria de Dios, el “poder del
Altísimo”, que cubre con su sombra a esa nueva Arca que es
María.21 Es la misma palabra de Dios –el verbo, de la misma
sustancia de Dios– hecha carne.22 Y es por la Encarnación como
la humanidad se deifica y como Dios se humaniza mostrando el
principio, el medio y el fin de su gloria.23 Porque María,
Mater Salvatoris,
fue también por la Encarnación Mater
Creatoris.
En
las culturas precristianas, el año nuevo era la recreación, la
vuelta al tiempo del comienzo, repitiendo y actualizando la
cosmogonía en busca de los orígenes, del momento primordial in
illo tempore, cuando fue vencido
el monstruo del pecado. Era la oportunidad para la regeneración
general, aboliendo todo lo pasado.24 El equinoccio de primavera es el momento cosmogónico natural, el año
nuevo lógico, porque supone la victoria del día sobre la noche, de
la primavera sobre el invierno, del bien sobre el mal, de la luz
sobre las sombras, del cosmos sobre el caos, de la claridad sobre la
incertidumbre. En todas las culturas, el ser humano ha concebido con
la primavera un orden físico y metafísico que permitiera conjurar
el desorden y la incertidumbre. Muchos pueblos han pensado y
celebrado el comienzo de sus años en una primavera inicial.25
En
la cosmogonía judeocristiana, el origen del mundo está en el
Génesis, a partir de la soledad y el caos, con el espíritu de Dios
aleteando sobre las aguas.26 Pero
el Cristianismo supuso una renovación y los cristianos celebramos la
Eucaristía instituida por Cristo como una nueva cosmogonía que nos
dio la clave para superar el mal. Con Jesús y con María todo es
nuevo: el Nuevo Testamento, la Nueva Alianza, la buena nueva del
Evangelio... Y esta renovación se inició precisamente en un
equinoccio de primavera cuando el Ángel del Señor anunció a María,
y culminó treinta y cuatro años después, en otro equinoccio de
primavera, cuando Cristo venció a la muerte y al pecado.27
Por
eso, es precisamente el ritual cofrade del Martes Santo en San Benito
el que nos proyecta a lo primordial, haciéndonos contemporáneos de
los comienzos trascendentales. Porque es la Virgen dolorosa de la
Encarnación la que nos remite a la Creación, al paso del caos al
cosmos, porque es la que cumple la secuencia completa de la
renovación de la cosmogonía, desde el momento de la Encarnación
tras las palabras del Angelus,
hasta el momento del dolor, con
la gloria de Dios sobre Ella hablándonos desde el nuevo
propiciatorio que es su palio encarnado.
1. Éxodo 26:34
3.
www.wikicristiano.org.
El
apoyo para el significado de cubierta proviene de la Cueva 4 de
Qumrán, en virtud de una traducción aramea de Levítico.
4.
Éxodo
25:22
5.
Levítico
16: 1-16
6.
Luzarraga, J. Las
tradiciones de la nube en la Biblia y en el judaísmo primitivo
(Analecta
Biblica 54)
7.
Easton,. M.G. Easton
Bible dictionary,
citado en la refª Sekhiná
en www.es.wikipedia.org
8.
Éxodo
40:34
11.
Sánchez Gordillo, Alonso. Religiosas
estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana,
citado por Sánchez Herrero, Juan. Sevilla
barroca (1581-1700) en
Historia de la Iglesia de Sevilla.
Se recomienda leer el primer capítulo de esta serie titulado El
paso de palio, forma corpórea del conceptismo y del culteranismo,
triunfo del Barroco.
12.
Sánchez Herrero, José. La
Semana Santa de Sevilla
13.
Dávila-Armero del Arenal, Álvaro y Pérez Morales, José Carlos. Un
paso de palio del siglo XVIII
14.
Benoist, Luc. Art
du monde,
citado por Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario
de símbolos
15.
Cirlot, ob.cit.
16.
Mañes Manaute, Antonio. Esplendor
y simbolismo en los bordados,
en Sevilla
penitente III
17.
Guénon, René. Símbolos
fundamentales de la ciencia sagrada.
Fabre d'Olivet, Antoine. La
langue hébnraïque restituée.
También www.fundacioncrecimientointerior.com
21.
Evangelio
de san Lucas 1:35
22.
Evangelio
de san Juan 1:14.
Tertuliano. Apologeticum
XXI citado
en la refª “Tertuliano” en www.es.wikipedia.org
23.
Árbol
de la ciencia de el iluminado maestro Raymundo Lulio, nuevamente
traducido y explicado por (...) Don Alonso de Zepeda y Adrada...
24.
Eliade, Mircea. El
mito del eterno retorno
26.
Génesis
1
27.
Eliade, ob.cit.
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